Caña para producir 160.000 toneladas de azúcar podría no llegar a los centrales por falta de diésel

toneladas de azúcar

Los cañicultores temen perder los 160 millones de dólares que invirtieron en producir. El consumo actual de azúcar es de 770.000 toneladas al año, según Fesoca, y la producción está a niveles de los años 60.

Caracas. Al cúmulo de problemas que padecen el sector azucarero y el agrícola en general, como falta de fertilizantes, problemas con los servicios públicos o vialidad deteriorada, se le suma la falta de gasoil o diésel para transportar la mercancía.

La Federación Nacional de Cañicultores (Fesoca) estima que cerca de dos millones de toneladas de caña de azúcar, equivalentes a 160.000 toneladas de azúcar producida y correspondientes a la zafra 2020-2021, corren el riesgo de quedarse en el campo debido a la falta de combustible para arrimarlas a los centrales azucareros. 

Los productores temen que, pese a todos los esfuerzos que han hecho para mantener a flote la producción nacional de azúcar, se pierda una inversión estimada de más de 160 millones de dólares hecha en un contexto de hiperinflación y falta de financiamiento bancario.

En este momento, el cuello de botella del sector es la falta de combustible. Si no hay gasoil, corremos el riesgo de que se pierda la zafra. Urge una medida inmediata para el suministro de gasoil a los productores que permita realizar la zafra”, indicó José Ricardo Álvarez, presidente de Fesoca.

Problemas de distribución

Sin embargo, el problema del gasoil o diésel es más de distribución que de producción. Entre enero y septiembre de 2020 se produjeron 21.000 barriles diarios en la refinería de Amuay y 13.000 en Cardón. En octubre la importación del combustible aumentó 19 % respecto a septiembre (de 80.000 a 95.000 barriles diarios).

Y cifras no divulgadas por Pdvsa registraron un consumo promedio de 27.000 barriles diarios de diésel en 2019. En 2018, 85 % del consumo privado de diésel vehicular fue usado para transporte de carga y el resto para transporte de pasajeros, según estimaciones de organizaciones civiles publicadas en una carta enviada en septiembre al Gobierno de Estados Unidos.

En noviembre, debido a las sanciones estadounidenses, fue suspendido el intercambio de petróleo por productos como el diésel entre Pdvsa y petroleras extranjeras, aunque la española Repsol y la rusa Rosneft reanudaron el acuerdo este 12 de enero: Repsol entregará 250.00 barriles de diésel bajo en azufre a la refinería de Amuay, y Rosneft descargó 540.000 barriles de destilado al vacío en la de Cardón, según conoció el portal Energy News Today.

El problema se agrava

El gremio calcula que se requieren al menos 20 millones de litros de gasoil para trasladar la caña a los centrales, y un mínimo de seis gandolas diarias, a escala nacional, solamente para sacar las cosechas azucareras, sin contar el combustible que se requiere para otras labores agronómicas.

Óscar Contreras, presidente de la Sociedad de Cañicultores de Portuguesa (SOCA-Portuguesa) y vicepresidente de Fesoca, manifestó que la entidad productora de 80 % del azúcar del país requiere 60.000 litros diarios de gasoil y en las últimas semanas solo han llegado gandolas de hasta 19.000 litros.

“Lo que queremos es que nos resuelvan el problema del gasoil, porque eso es algo que nosotros no podemos resolver, como hemos hecho con los insumos y el financiamiento. Han pasado 34 días de zafra y nuestro lapso para sacarla es finito”, dijo Contreras.

El presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Aquiles Hopkins, indicó que el sector agrícola requiere de aproximadamente 18.000 barriles diarios de diésel para producir y distribuir sus productos, por lo que instó al Estado (único distribuidor del combustible) a garantizarles el suministro.

“No es que nos ayuden, sino que nos faciliten el trabajo, nos den un apoyo”, exclamó el presidente de SOCA-Aragua, Carlos Celli, quien pidió que los productores agrícolas sean incluidos como sectores prioritarios a la hora de abastecerse de combustible, pues, si pierden la producción, el daño económico podría ser irreversible.

“Queremos una competencia y un mercado más ‘leal”

Además de la falta de combustible, otro elemento que golpeó fuertemente al sector azucarero en 2020 fue el de las importaciones de azúcar refinada, que desde diciembre de 2019 estuvo libre de impuestos y aranceles, lo que volvió los productos extranjeros más económicos que los nacionales.

La medida fue revertida a finales de 2020, aunque los productores aseguran que no es suficiente para recuperar la producción nacional de azúcar, y piden que solo se importe azúcar crudo en momentos en que haya déficit o no sea época de cosecha.

En la zafra 2019-2020 los seis centrales azucareros produjeron poco más de 159.000 toneladas de azúcar y Fesoca estima que se importaron más de 350.000 toneladas en ese lapso. Las 1,9 millones de toneladas de caña molida hacen que Venezuela esté a niveles de los años sesenta en cuanto a producción de azúcar. 

Inversión y otras condiciones para mejorar la producción

Los cañicultores resaltan que las expropiaciones, falta de financiamiento, agroquímicos y fertilizantes, mal estado de la vialidad agrícola, inseguridad, los problemas eléctricos y la caída del consumo han incidido en la caída del sector.

El presidente de Fesoca, José Ricardo Álvarez, señaló que actualmente el consumo de azúcar en el país es de 770.000 toneladas al año, cuando llegó a ser de cerca de 1,2 millones. Aquiles Hopkins, presidente de Fedeagro, indicó que el venezolano, en promedio, consume solo 40 % de los alimentos deseados.

De ese consumo, calcula que la mitad es importado, en contraste con 1998, cuando el nivel de consumo de alimentos hechos en Venezuela llegó a ser de 80 %. Hopkins dijo que actualmente se requerirían al menos 5000 millones de dólares para recuperar la producción agrícola nacional.

Mientras, en el sector azucarero, que genera entre 30.000 y 50.000 empleos directos e indirectos tanto públicos como privados, el monto aproximado de inversión es de 3000 dólares por hectárea, es decir, cerca de 300 millones de dólares si se quisiera duplicar la producción actual.

Foto principal: Gregoria Díaz.


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