En Caracas funciona solo un equipo de radioterapia para pacientes con cáncer de mama

cáncer mama

En el sector público solo está operativo el servicio del hospital Dr. Domingo Luciani. Las pacientes que son atendidas en las consultas en otros hospitales son referidas a una larga lista de espera.

Caracas. A pesar de que el cáncer es un problema de salud claramente reconocido, pues es la segunda causa de muerte en Venezuela, según el último Anuario de Mortalidad 2014, publicado por el Ministerio del Poder Popular para la Salud, año 2015, los pacientes y sus familiares sufren terriblemente, pues no son atendidos oportunamente, con calidad y eficiencia en la red hospitalaria pública.

De los enfermos con esta patología, los de cáncer de mama viven en constante riesgo. Los avances de la medicina y la tecnología muestran tratamientos cada vez más efectivos y que garantizan calidad de vida; pero en Venezuela, a raíz de la crisis humanitaria que se vive desde 2016, es muy difícil curarse.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 500.000 nuevos casos de cáncer de mama y más de 100.000 muertes por esta patología se registraron en la región de las Américas.

En Venezuela, en 2020, de acuerdo a los datos del Observatorio Mundial del Cáncer, una plataforma del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 3.000 y 3.500 mujeres murieron de cáncer de mama; aproximadamente nueve por día, en promedio.

En 2021, la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), registró 3.128 fallecidas. El mayor número de ellas entre 55 y 64 años; y destacó que hubo ese año el mayor número de pacientes nuevas entre 45 y 54 años.

¿Pero a dónde acuden?

La atención es particularmente crítica, en los últimos cuatro años (y más con la pandemia). Una vez diagnosticadas hay ciertas limitaciones para proseguir con los tratamientos, en especial con la radioterapia de haz externa.

Actualmente, solo hay un equipo en el hospital Domingo Luciani, ubicado en El Llanito, centro que actualmente atiende la demanda de casi todo el país.

En el Hospital Clínico Universitario de Caracas (HCUC) no ha ni en el oncológico Luis Razetti, dos de los centros de referencia nacional.

Esa corta oferta (de nueve centros de la red pública caraqueña que hacían radioterapia de haz externa, con los aceleradores lineales que son unas máquinas que enfocan la radiación al cáncer y con cobalto), mantiene al tope un equipo del Domingo Luciani: al día son cerca de 70 pacientes de toda Venezuela.

 Actualmente, hay una o dos máquinas para todo el país, cuando la OMS dice que el estándar debe ser una por cada millón y medio. Estamos viendo 1.7883 pacientes, porque no pueden recibir tratamientos en otros centros y en el privado eso está entre 3.500 y 2.800 dólares en promedio, sin contar la cirugía, la quimioterapia, las otras medicinas, dijo un especialista oncólogo que pidió la reserva de su identidad.  

Este servicio recién entró en operaciones, pues estuvo parado entre abril y junio, por lo que la lista de espera es alta, aunado a que aún arrastra las consecuencias del cierre de los servicios para patología crónica, por el desarrollo de la pandemia generada por el COVID-19.

Tenemos consecuencias de esa situación, casos con tumores muy avanzados, diagnósticos que pudieron haberse hecho temprano, tenemos cáncer en adolescente. Hay mujeres que deben esperar hasta más de un año para recibir tratamiento.

La crisis avanza

En 14 de octubre de 2020, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), exigió al Estado venezolano adoptar medidas necesarias para proteger el derecho a la salud y la vida y la integridad de 12 mujeres con cáncer de mama.

Esa solicitud la realizaron representantes del Centro de Justicia y Paz (Cepaz), Acción Solidaria, Funcamama, Prepara Familia y Senos Ayuda. Pero esas beneficiarias al paso de un año no recibieron los tratamientos por parte del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) y cuatro de ellas murieron a la espera de medicinas.

Funcamama, organización no gubernamental, de autogestión, sin fines de lucro y de derechos humanos, fundada en el 2002 con la misión de contribuir a la lucha contra el cáncer de mama en Venezuela, señaló en 2021 que las personas con cáncer de mama no fallecen por la enfermedad. “En Venezuela mueren por diagnósticos tardíos, falta de acceso a tratamientos en tiempos oportunos, lo que promueve el desarrollo de metástasis y complicaciones por otras condiciones de salud”.

Afirmación que en la actualidad día sigue vigente, pues la emergencia humanitaria compleja que se evidenció en 2016 con el colapso del sistema sanitario público y la falta de medicamentos oncológicos, se reafirma con las fallas operativas de las 25 unidades de radioterapia instaladas en el país. A esto se suma la migración de profesionales de la salud, entre ellos médicos y enfermeras especialistas en el área oncológica.

Los centros oncológicos no han garantizado quimioterapia a unas 140.000 personas con cáncer y las cirugías disminuyeron 80 %, según la Alianza Venezolana para la Salud. Las cirugías oncológicas son electivas por lo que la lista de espera promedio es de tres meses. Las unidades de oncología se encuentran inoperativas, están desactualizadas y muchas han sido desmontadas y clausuradas, sin esperanza de ser reacondicionadas y abiertas nuevamente, sentenció en su informe Mujeres con cáncer de mama Metastásico en Venezuela: Un sufrimiento sin límites, publicado en junio de 2021.

Es un viacrucis realizar cada año mamografías con regularidad para detectar la enfermedad (como recomienda la OPS para mujeres entre 50 y 69 años). Las denuncias de las pacientes resaltan el precio de estos exámenes en centros de salud privados. Para costearlos se requiere de mínimo 50 dólares; sin contar los ecos mamarios, la densitometría ósea, si le mandan una tomografía con contraste.

Fuentes del sector informan que, en el caso de los mamógrafos, en los hospitales públicos están fuera de servicio en 90 %.

Hasta un simple perfil hormonal es un golpe al bolsillo. Cuando voy al chequeo siempre me falta algo, por lo general dejo de último el examen tiroideo. Son muchas cosas, por ejemplo, no he ido al cardiólogo, tengo que ir al traumatólogo. No solo es el cáncer, contó una paciente que se ve en el Luis Razetti de Cotiza, donde ahora solo hay radioterapia de cobalto.

La situación es muy difícil ahora, el tratamiento contra el cáncer de mama está en su peor momento: nuevos diagnósticos muy avanzados, falta de equipos y de personal, pues los postgrados de Radioterapia se están quedando vacíos, apuntó el oncólogo.

Y lo que se dice a gritos entre los técnicos hospitalarios es que muchos de estos equipos están muy comprometidos debido a la falta de mantenimiento, debido a que el convenio bilateral hecho con Argentina (durante el tiempo de Eugenia Sader en el Ministerio de Salud), para la rehabilitación de 19 salas de radioterapia y de medicina nuclear, carecía de contrato de mantenimiento preventivo.

Por donde se vea, son muchos los obstáculos para superar y para sobreponerse al cáncer de mama en Venezuela, donde las proyecciones se conocen por la incidencia de los gremios y de las organizaciones no gubernamentales en el levantamiento de los datos. Esto porque desde el Estado, órgano rector, se hacen pocos esfuerzos (para no decir nulos) en la prevención y promoción de la salud en general.

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