Clínicas de Caracas están al tope de casos de COVID-19 y sin respuesta oportuna de la PCR para alta de pacientes

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Un resultado de PCR en Caracas puede tardar de 10 a 12 días. Son días en los que el paciente pudiera estar cumpliendo el aislamiento en casa, pero permanece en la clínica ocupando una cama que seguramente necesita una persona con síntomas.

Caracas. En la mayoría de las clínicas de la Gran Caracas no cabe una persona más con COVID-19. Le dan de alta a un paciente y, enseguida, ingresa otro. Las pocas camas que alcanzaban para tratar personas a finales de marzo y principios de abril tuvieron que doblarse. Los médicos insisten en la descentralización de las pruebas PCR como mecanismo para disminuir el tiempo de hospitalización.

En la Policlínica La Arboleda, ubicada en la parroquia San Bernardino del municipio Libertador, ampliaron hace dos semanas la cantidad de camas para COVID-19. Pasaron de dos cupos en la Unidad de Cuidados Intensivos y ventilación mecánica a cuatro. Además, habilitaron ocho camas para cuidados intermedios, que tentativamente podrían llegar a 10. Hasta este jueves 6 de agosto todas estaban llenas. Todos los pacientes están sintomáticos, aseguró Patricia Valenzuela, infectóloga de la institución, a Crónica.Uno.

La clínica El Ávila, en el municipio Chacao, comenzó a enfrentar la pandemia con 12 camas. Dado el incremento en el número de casos, decidieron abrir un segundo piso con 12 cupos adicionales y se llenó en 48 horas. La terapia intensiva pasó de tres camas a ocho. Todas las camas están ocupadas, sostuvo Héctor Marcano, segundo vicepresidente de la clínica.

La Policlínica Metropolitana, en el municipio Baruta, pasó de 13 camas a 25 para casos sospechosos y confirmados. En la terapia intensiva hay cuatro camas. En las próximas semanas podrían habilitar otro espacio en un ala del centro de salud, pero dependerá de que encuentren personal capacitado y equipos médicos.

Una de las clínicas con mayor capacidad es el Centro Médico Docente La Trinidad. Tienen 46 camas de las cuales nueve son de terapia intensiva. El aumento fue progresivo. Desde febrero se prepararon para la posible llegada de la pandemia al país, lo que se hizo realidad el 13 de marzo. Para esa fecha tenían solo cuatro camas hasta que llegaron a tener dos pisos destinados solo a pacientes infectados de COVID-19.

A juicio de los médicos, es urgente que distintos laboratorios del país que tienen el personal capacitado y la tecnología necesaria puedan procesar pruebas PCR.

Necesitamos que el Estado permita hacer test a los que tenemos la posibilidad técnica, y así consigamos dar de alta más rápido, sostuvo Marcano.

Valenzuela explicó que, por ejemplo, puede llegar un paciente por emergencia con síntomas de COVID-19, como dificultad para respirar o fiebre. En ese momento lo atienden, le toman la muestra y la envían. Lo siguen tratando hasta el punto de que se resuelve su condición de salud rápido y se recupera. Hasta ese momento sigue sin llegar el resultado de la primera PCR, cuando ya necesitan hacer un segundo test para poder dar de alta.

Así todo se va congestionando, y ocurre porque un resultado de PCR en Caracas puede tardar de 10 a 12 días. En el interior del país es más lento, y pueden pasar 18 o 20 días. Son días en los que el paciente, que pudiera estar cumpliendo el aislamiento en casa, permanece en la clínica ocupando una cama que seguramente necesita una persona con síntomas.

La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales estableció dentro de los lineamientos generales para el manejo de la COVID-19 en el país que es urgente una capacidad diagnóstica suficiente, descentralizada y eficiente de pruebas PCR-RT, que no debería ser menor de 8000 o 10.000 test diarios, que garanticen una respuesta al paciente en un período no mayor de tres días. Es decir, al menos nueve días menos de como realmente ocurre.

Hay cerca de 15 laboratorios en el país que tienen el equipo y personal para hacer PCR. Faltarían los reactivos. En el país, el alta médica está atado a esta PCR negativa, y es complejo cuando tienes un único laboratorio que procesa las pruebas y desvía lotes al IVIC, agregó Valenzuela.

Marcano insistió en que el personal de salud está dispuesto a hacer reportes diarios con datos específicos, como edad, sexo, lugar de residencia, siempre y cuando se les permita tomar test PCR. Estoy de acuerdo con que el Estado tenga un control de la epidemia, pero sin limitar la acción de quienes tratan la enfermedad, enfatizó.

Martín Carballo, infectólogo del Centro Médico Docente La Trinidad, destacó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado en su documentación que luego de 13 días de haber presentado síntomas se puede dar de alta a un paciente que está clínicamente estable para que continúe el aislamiento en casa. Sin embargo, subrayó la importancia del incremento de pruebas PCR para tener estadísticas fiables y tratamiento a pacientes asintomáticos.

La OMS también afirma que el número de pruebas que deben hacerse diariamente en un país debe ser, al menos, 10 veces el número de casos nuevos cada día.

Venezuela ya tiene 23.280 casos de COVID-19, 12.470 recuperados y 202 fallecidos. De ese número, según la administración de Nicolás Maduro, hay 168 venezolanos hospitalizados en clínicas privadas. El pico más alto se registró el 6 de agosto con 951 nuevos infectados.

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Foto: Luis Morillo
¿Es posible que las clínicas aumenten su capacidad?

Aumentar el número de camas en una clínica supone más que un colchón. Hace falta personal médico, enfermeras, insumos, respiradores, comida. Todo lo necesario para brindarle una atención óptima al paciente.

En principio nos gustaría ampliar, pero necesitamos personal de enfermería preferiblemente especializado, explicó Valenzuela, y lamentó la fuga de talentos del personal de enfermería que se ha ido a otros países a buscar mejores condiciones de vida.

Ese es nuestro principal obstáculo para poder ampliar, porque son vitales para los cuidados, enfatizó la doctora.

Marcano sostuvo que en la clínica El Ávila hay un debate sobre la posibilidad de aumentar camas, empezando porque tienen una terapia intensiva sin más opciones de crecimiento. En este sentido, tienen que tener en cuenta que si aumentan la cantidad de camas entonces tendrían que estar preparados para tener más pacientes que requieran la UCI.

En su opinión, aunque están muy presionados por la demanda incesante de casos y que ya están copados, abrir más cupos podría complicar la atención, y lo que quieren es hacer su trabajo de la mejor manera posible. Los médicos e infectólogos tienen mucho trabajo y corren un gran riesgo de exposición, resaltó.

El doctor Carballo dijo que en el Centro Médico Docente La Trinidad hasta el momento no creen que aumente la cantidad de camas porque la capacidad que tienen es finita y tendrían que plantearse la idea de conseguir todos los insumos necesarios, adecuación de la infraestructura y otros factores.

Los especialistas coincidieron en que los seguros médicos han tenido buena respuesta frente a los casos de COVID-19. En algunos casos se ha sobrepasado el límite y han tratado de buscar opciones de pago o extensiones. Sin embargo, no negaron que en algunos casos tuvieron que evaluar la condición médica del paciente para ver si podía seguir el aislamiento en casa, en un hospital centinela o en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI).


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