Continúa sin aparecer joven tras naufragio de embarcación entre Araya y Cumaná

naufragio de embarcación

Tras el naufragio ocurrido el pasado fin de semana en las costas sucrenses, autoridades aún no han podido encontrar al joven Cecilio López, de 21 años de edad, hijo de la directora de Protección Civil del municipio Cruz Salmerón Acosta, luego de que zarparan de Araya con dos toneladas de sal hacia Cumaná. 

Cumaná. Luego de 96 horas del naufragio registrado durante la madrugada del pasado sábado 10 de julio frente a las costas de Cumaná, aún continúa desaparecido uno de los nueve pasajeros que viajaba a bordo del peñero Don Ramón, embarcación siniestrada.

El joven desaparecido fue identificado como Cecilio López, de 21 años de edad, hijo de Eubildis Fermín, directora de Protección Civil del municipio Cruz Salmerón Acosta en el estado Sucre.

Versiones de los pasajeros rescatados indicaron que ellos viajaban de Araya a Cumaná con un cargamento de sal y zarparon aproximadamente a las 2:30 a. m. del sábado. De manera extraoficial se conoció que, presuntamente, la causa del naufragio fue el exceso de peso.

Personal de la Capitanía de Puertos del estado Sucre, que prefirió no identificarse, indicó que “los pasajeros cargaron el Don Ramón con 25 sacos de sal de 80 kilos cada uno, lo cual sumó un peso total de dos toneladas que, adicional al peso de 75 kilos por persona (medida estándar internacional), rebasaron la capacidad de mínima de la embarcación que aproximadamente soporta una carga entre 1000 y 1500 kilos”.

Pobladores de Araya dijeron que al entrar en la bahía de Punta Arenas, donde confluyen fuertes corrientes marítimas, empezó a entrarle agua al bote y decidieron apagar el único motor con el que viajaban. Así quedaron “al son del mar” y empezaron a liberar de carga la embarcación, desnivelaron el peso del bote y recibieron el impacto de una ola que los volteó.

Se conoció que los responsables del peñero habían notificado a las autoridades marítimas su salida de Araya a Cumaná para las seis de la mañana. Por tal razón, al solicitar información del siniestro, las autoridades no tenían conocimiento del zarpe de alguna embarcación desde la península de Araya y menos de que hubiera naufragado. 

Ante la incertidumbre de este accidente en altamar, pobladores de Araya denunciaron las irregularidades que ocurren con los zarpes de algunas embarcaciones. Sostuvieron que funcionarios de la Guardia Nacional, presuntamente, cobran entre 15 y 17 millones de bolívares a las embarcaciones, sin hacer la respectiva supervisión, y les autorizan la salida.

Aunque no se ha precisado con certeza cuántas personas iban a bordo del bote al momento del naufragio, uno de los pasajeros rescatados aseguró que viajaban solo nueve personas. 


Participa en la conversación