Las camisas y calzados no pagan impuestos, ni ningún arancel al Estado. Más de 200 empresas que están registradas desde hace 40 años se encuentran asfixiadas por el ingreso ilegal de las mercancías. La materia prima es comprada en Colombia lo que aumenta los costos de producción.
San Cristóbal. Los comerciantes que se dedican a la venta de textiles y calzado en el estado Táchira no ven luz verde en sus ventas, debido al contrabando de estos rubros provenientes desde Colombia y China, sin obstáculos por parte de las autoridades venezolanas.
Y es que para estos empresarios es desesperante la situación de competencia desleal, más ahora que se encuentran en plena temporada escolar, cuya fecha es aprovechada por los padres y representantes para hacer sus compras.
Martha Arciniegas, representante del Conglomerado de Calzados en Táchira, indicó que muchas empresas que tienen más de 40 años, entre cooperativas o firmas personales atraviesan una emergencia por las ventas ilegales de estos productos, que a su juicio son de pésima calidad.
Indicó que en redes sociales se evidencia como importadoras de Valencia, y otras ciudades de Venezuela, ofrecen 100 pares de zapatos por 300 dólares, lo que quiere decir que cada par tiene un valor de tres dólares, un costo irrisorio para lo que implica la producción del mismo.
¿Quién puede competir con eso? Absolutamente ninguno de nosotros, pues los insumos venezolanos son pocos, lo que aumenta aún más el precio final del producto”, expresó.
Lamentó lo que ocurre pues muchas familias se ven afectadas por este contrabando que si bien no es algo nuevo, parece no importarle a las autoridades competentes al no ponerle un freno a estas acciones ilegales.
Insumos colombianos
El empresario José Morales explicó que en el país los materiales para confeccionar son “carísimos”, lo que los obliga a trasladarse hasta el departamento de Norte de Santander, Colombia, para hacer las compras de suelas, cuero, pega, accesorios, entre otros.
Además, debido a la crisis humanitaria compleja muchos comercios cerraron, tanto así que hace una década la región contaba con al menos 500 negocios, hoy día la cifra no supera los 200.
La lucha que tenemos es que las personas consuman el producto nacional, pero esto se hace imposible ya que estamos abarrotados de la mercancía colombiana o china, que no se asemeja en calidad a la nuestra”, aseveró.
Aseguró que para paliar este problema es necesario un incentivo por parte del gobierno, en que se garantice una compra masiva de los productos que se confeccionan en la región andina, pues esto incrementará las ganancias en toda la cadena comercialización.
Para Morales es inviable que un calzado pueda costar tres dólares, cuando tan solo la suela del mismo tiene un costo de dos dólares, mientras que la caja donde se empaca 0,50 centavos de dólar.
“Necesitamos leyes como en otros países donde se controla el ingreso de mercancías a través de la exigencia que los artículos sean triple A, que son a un precio alto, y no una calidad ‘chinchurria’ por precios bajos”, indicó.
En cuanto a los precios de las mercancías, un par de botas pueden costar entre 15 dólares y 40 dólares, mientras que el zapato colegial puede ir desde 10 dólares a 35 dólares.
Uniformes chimbos
Otro sector afectado por el contrabando es el textil. El ingreso de camisas o jumper con un bajo costo, pone en duda la calidad de este producto.
Wendy Sayago, quien ha trabajado por más de 10 años en este rubro, sostuvo que mientras no haya un control sobre el contrabando, los comerciantes continuarán asfixiados, pues ni siquiera contarán con recursos para cancelar los impuestos.
Recordó que como empresarios están obligados a pagar ante las alcaldías, Inces, servicios públicos, aseo, nómina, pero que de continuar la problemática no podrán hacerlo más.
Comparado con años atrás, las ventas están bajas por la proliferación de vendedores informales. Las ventas de jumpers que no superan los 25.000 pesos o 6 dólares, mientras que en una empresa constituida el valor es de 45.000 pesos o 12 dólares.
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