En mayo se estrenó la película que cuenta la historia de la antagonista de 101 dálmatas. Emma Stone protagoniza este largometraje de Disney

Caracas. Cruella de Vil es uno de los villanos más estremecedores popularizados por Disney. La obsesión inconmensurable por los abrigos de pieles, así como por un grupo de dálmatas a los que pretende quitarles la piel para fabricar una prenda, han hecho de ella una de las malvadas más conocidas del mundo animado.

Disney desarrolla desde hace rato un proceso de revisión del pasado de algunos de sus personajes. En 2014 nos presentó a Maléfica, de quien pudimos ver sus pérdidas y dolores en ese mundo de hadas y humanos.

En la cultura es atractivo el mundo de los malvados; conocer sus caminos, y más interesante aún es ver a aquellos que si bien sobreviven a la adversidad y la hostilidad, optan por el camino más mezquino o abyecto, con todas las tonalidades de cada caso. ¿Acaso para algunos no resulta todavía entrañable Tony Soprano?

Ahora, en Cruella vemos el origen de la célebre villana de película animada 101 dálmatas de 1961, que tuvo su remake en 1996 con personajes reales, y con Glenn Close como Cruella de Vil, ahora productora ejecutiva de esta propuesta. 

Cruella
Emma Stone interpreta a una de las villanas más conocidas del imaginario de la ficción

Emma Stone es Stella, una joven que pierde a su madre cuando es niña. Se siente culpable por la muerte de la mamá, y termina en las calles de Londres al no tener un lugar al que ir. 

Pero en esas aceras lúgubres y frías conoce a Jasper (Joel Fry) y Horace (Paul Walter Hauser), dos niños carteristas con los que inmediatamente forja lazos hasta la adultez. Más que aliados, se convierten en familia.

Jasper es el más perspicaz, mientras que Horace cumple más con las características del bribón caricaturesco que colinda con la torpeza. Es Jasper quien ve que su amiga y socia en triquiñuelas merece un mejor futuro debido al talento que tiene.

Desde pequeña Stella ha mostrado talento por el diseño de modas, una pasión que nunca mermó aún en los momentos más trágicos, que tuvieron como antesala el colegio, donde los compañeros de clases siempre la vieron como una persona rara, una percepción subrayada además por su cabellera bicolor. Objeto de bullying, halló las maneras de enfrentar a quienes la agredían. 

Stella recibe el regalo de cumpleaños de su vida: un puesto de trabajo en la firma de modas de la Baronesa von Hellman, una magistral Emma Thompson como malvada entre malvadas. Hasta ese momento, solo era una joven que encontraba la mejor manera de sobrevivir, hasta que un detonante desata un huracán de mil categorías. 

Cruella
Cruella está ambientada en los años setenta, cuando el surgimiento del punk en Londres

La protagonista poco a poco deja de ser Stella para ir convirtiéndose en Cruella. Y así se desarrolla la trama de este largometraje que forma parte de la cartelera venezolana, así como de la oferta Disney+ en Premier Access. A partir del 16 de julio estará disponible sin costo adicional para los suscriptores de la plataforma del ratón Mickey.

Cruella es dirigida por Craig Gillespie, quien en 2017 llevó a la pantalla la historia de la patinadora Tonya Harding (Margot Robbie) en I, Tonya; un cineasta que sabe sobre contar historias de personajes cercanos que derivan en el caos, en la competencia por hacerse cada vez más daño, como se vio en la trama de la competidora olímpica.

Este largometraje se posiciona como una de las mejores obras de Disney recientes surgidas a partir de sus clásicos.

Con una estética influenciada por el punk, Cruella se convierte en una figura que subvierte el orden en Londres y en la industria de la moda, en la que la Baronesa parecía imbatible e impoluta, hasta que llega la joven revoltosa. 

Cruella
El papel de Emma Thompson recuerda al personaje de Miranda Priestly en The Devil Wears Prada

Para los melómanos será un elixir escuchar a Florence + The Machine, Deep Purple, The Doors, Nina Simone, Blondie, The Rolling Stones, The Clash, Supertramp o Queen. Otros extrañarán el emblemático cigarrillo de Cruella, cuyo humo fantasmagórico acentuaba como presencia maligna cada acción, pero en 2007 Disney prometió que sus personajes dejarían de fumar. Cruella dejó el vicio. 

El espectador verá una historia de pérdida, dolor y venganza, pero también de elecciones. Emma Stone sabe muy bien cómo encarnar a un personaje que envilece, y que para lograr sus objetivos, subyuga a quienes consideraba familia. Una tirana atractiva al público, que encuentra oportunos secuaces en su trayecto, y acapara la atención mediática en medio del debate sobre quién es y cuáles son sus planes. 

La Baronesa entra en conflicto. Tenía tiempo sin tener un rival de altura, una verdadera competencia que pone en peligro sus intereses: el reconocimiento y admiración de una ciudad embelesada ante sus formas. Sin advertir que frente a ella una persona lleva una doble vida que trastoca cada vez más su universo. 

Stella es curiosa, insegura, obediente y hasta cierto punto sumisa en el trabajo, clara señal de una disposición a una vida diferente, de comenzar de cero. Pero descubrir un hecho del pasado desata la ira contenida de una persona a la que le advierten que hay otros caminos.

Habrá comparaciones inmediatas con películas como The Devil Wears Prada (2006). Claro, en el equipo de responsables de la historia de Cruella hay personas vinculadas con ese filme, como es el caso de Aline Brosh McKenna. También están Dana Fox, Tony McNamara, Kelly Marcel y Steve Zissis. 

Cruella reivindica la importancia de contar historia más allá de la búsqueda obsesiva de lecciones, sin que ello menoscabe la posibilidad de interpretar  para la discusión los hechos que se ven en pantalla de acuerdo a los valores y principios personales. No hay banderas. 

En este descubrimiento del pasado, los dálmatas en pantalla no son nada amigables, sino casi demoníacos, y no como un ejercicio simplón de justificar la animadversión del personaje principal, sino más bien de mostrar las variantes de la existencia. 

Cruella
Emma Stone ha dicho en entrevista que ansiaba tener el humo verde del personaje a su alrededor

Más allá de eso, la película es un buen relato sobre el origen de una figura que por momentos entiende sus excesos, especialmente en ese entorno más inmediato que no le ha procurado ninguna vicisitud, aunque no necesariamente esto implique un desvío en el camino tomado para objetivos ulteriores. Cruella deja  además un enigma sobre los posibles cambios en la conocida historia original, basada en la novela de Dodie Smith. Hay algunas pistas que se pueden ver en este largometraje, especialmente en el epílogo. Ya se verá en las siguientes entregas.

Mientras, queda una propuesta estética que realza esta historia, digna del mundo que ambienta, con una villana descubierta en toda su capacidad, entre la rabia, el reconcomio, un poco de redención y el enigma por el futuro. Sin nicotina, pero con suficientes elementos para causar adicción durante poco más de horas, entre suspenso, comedia y drama. 


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