Las acusaciones en contra del cantante Alejandro Sojo fueron el primer paso de una ola de denuncias en contra de músicos, directores, actores y escritores

Caracas. El mundo cultural venezolano atraviesa uno de los escándalos más graves de su historia, en medio de acusaciones de acoso o abuso sexual a menores de edad por parte de músicos, directores, escritores y actores. 

La pieza detonante fue la cuenta en Instagram @AlejandroSojoEstupro, que el 19 de abril instó a sumar testimonios de aquellos que hayan sido acosados o abusados por Alejandro Sojo, cantante de la banda Los Colores, que hace menos de un mes había estrenado un tema llamado “La receta”, cuyo video fue bajado de Youtube. 

Hasta ese momento aseguraban tener seis testimonios. “Conversaciones de WhatsApp, FB e Instagram con menores de edad (14, 15 y 16 años) con las que Alejandro tuvo relaciones sexuales en Caracas cuando él ya era mayor de edad”, se lee en el texto.

El 24 de abril subieron las primeras capturas de pantalla. También han expuesto denuncias contra Murachi Palomo, amigo del vocalista. 

Cultura venezolana abusos
Las denuncias contra el cantante de Los Colores comenzaron en la cuenta @alejandrosojoestupro

Alejandro Sojo, desde su cuenta en Instagram @alejandroflojo, ese mismo día se refirió a las acusaciones de estupro. Lamentó las consecuencias de sus acciones y dijo que se comunicaría con las víctimas para expresar su arrepentimiento. El texto indicaba que fue escrito desde Buenos Aires. Actualmente, la cuenta del cantante no está activa. 

Desde entonces ha habido denuncias similares a otros artistas, no solo del mundo de la música. Al guitarrista de Okills, Leonardo Jaramillo, lo señalaron de acosar a una menor de edad. Según el testimonio de la cuenta en Twitter @mereqtengue, el músico llegó a enviarle fotos de él desnudo. 

El músico emitió un comunicado en esa red social en el que pidió disculpas. La banda hizo un hilo en apoyo a las víctimas. Instaron al músico a asumir las consecuencias mediante el debido proceso, e  informaron que el guitarrista ya no es parte del proyecto. 

En Twitter acusaron de abuso al baterista de Tomates Fritos, Tony Maestracci. De acuerdo con la usuaria @chellesoy, ocurrió durante los días del Cúsica Fest, en diciembre de 2019. El músico rechazó los señalamientos y se prevé que ejerza su derecho a la defensa. Informó que se separaba de la banda, que a su vez en Twitter exhortó a las autoridades a asistir a la denunciante, y que haya legítimo derecho a la defensa. 

También hay dos acusaciones de abuso sexual en contra del baterista de la banda Le’Cinena, Daniel Landaeta. Desde las cuentas @isatrap_ , @ayymariquitaa y @Anshie_Perez aseguran haber sido víctimas del músico.  

Miembros de Le’Cinema publicaron en Instagram un comunicado sobre el caso. Y el viernes 20 de abril, Daniel Landaeta informó en Instagram que había ido al Ministerio Público a solicitar una investigación penal para determinar su presunta responsabilidad en los hechos de abuso señalados.

Teatro y letras

El 27 de abril un grupo de artistas presentó la plataforma Yo Te Creo Venezuela, que tiene como objetivo enfrentar la violencia de género. Una de las principales impulsoras es la cantante y trompetista Linda Briceño. En redes se han encargado de recopilar denuncias de acoso y abuso. 

Pero no todo ha quedado en la música. Los señalamientos se han extendido a otros sectores del quehacer artístico venezolano. En el teatro, uno de los primeros acusados esta semana fue el actor y director Juan Carlos Ogando, cofundador de la compañía Skena. Es señalado de acosar a menores de edad en talleres de actuación. 

En un video en Instagram, Andrea González Cariello afirma que Ogando tocaba parte de su cuerpo cuando ella era menor de edad. 

La actriz Stephanie Cardone publicó un post en el que relata que Ogando intentó besarla en los camerinos del Trasnocho Cultural. Si bien recuerda que ya era mayor de edad cuando ocurrió, no dejó de ser repugnante la situación. 

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El actor y director teatral Juan Carlos Ogando ha participado en obras como Los hombros de América

Jóvenes de las tablas empezaron también a sumar testimonios. La actriz Andrea Levada contó en Instagram que el director José Luis “Pepe” Arceo, cuando ella tenía 18 años de edad, la invitó a un ensayo privado con otros jóvenes. “Nos pidió que nos vendáramos los ojos, nos desnudáramos, y nos tocáramos entre nosotras”.

Su testimonio es similar al de Rocío Balassone. “A los 18 años fui violada por él. Me llamó a un ensayo privado para el personaje de Roxie Hart, de Chicago, que según él, debería ser más sexual, y él me iba a ayudar. Me ayudó a tener diez años de confusión, culpa y asco”.

El miércoles 28 de abril las redes estallaron por el caso de Willy Mckey, a quien desde la cuenta en Twitter @McKeyAbusador señalaron de abusar de menores. La persona que se reservó su identidad, contó que tenía 16 años de edad cuando pasó todo con el poeta. 

La cuenta sumó capturas de pantalla de chats y correos electrónicos que daban cuenta de las conversaciones del autor con la joven, que afirma que en ese momento él tenía 34 años de edad.

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El poeta Willy McKey solo dejó en su cuenta en Instagram los tres comunicados sobre los abusos cometidos

A las pocas horas de hacerse público, el portal Prodavinci se solidarizó con las víctimas, además de asegurar que se desligaba de Willy McKey, quien formaba parte del equipo del medio. Ese mismo día el fiscal Tarek William Saab informó que se abría una investigación en contra del escritor, así como de los músicos Alejandro Sojo y Tony Maestracci, y de los directores teatrales Juan Carlos Ogando y José Luis “Pepe” Arceo. Dijo que para denuncias estaban disponibles el número de teléfono 0212.5098251 y el correo electrónico dgpfm@mp.gob.ve

Mckey se habría suicidado el jueves 29 de abril en Buenos Aires, donde residía, la policía de ese país abrió una investigación. En redes sociales dejó mensajes en los que se refería a los hechos. En Instagram publicó tres comunicados el día miércoles 28 de abril. 

Todo lo ocurrido ha sido calificado como el Me Too venezolano, en referencia al movimiento que en 2017 surgió en Hollywood a partir de las denuncias contra el productor Harvey Weinstein.

Desde entonces han sido varias las personas que han manifestado experiencias traumáticas. Por ejemplo, Grecia Augusta Rodríguez, hija del fallecido actor Gustavo Rodríguez, aseguró en un video en Instagram que fue violada por un actor a los 6 años de edad en un baño de Venevisión. Luego, a los 12 años de edad, fue víctima de un instructor de canto. El viernes 30 de mayo dio los nombres: Perucho Conde y el tenor Víctor Manuel López Pacheco. 

También han salido testimonios de otros cantantes, como el rapero McKlopedia, quien en Twitter contó: “A los cuatro años fui abusado por un grupo de vecinos en la urbanización El Obelisco. Los siguientes 12 años fueron un infierno”. 

Javier Alejandro García, mejor conocido en el mundo del rock como Yei, publicó en su cuenta en Instagram que desde los 10 años hasta los 16 años de edad fue abusado sexualmente por Luis Alberto Siso Sosa. 

También fue tendencia en redes la acusación de violación cometida, presuntamente, por el actor Luis Gerónimo Abreu, quien el jueves 29 de abril negó en Instagram los señalamientos. Otro escritor señalado de abusos es Miguel Marcotrigiano. 

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El cantante Yei relató su experiencia en su cuenta en Instagram

Sobre el abuso. Todo lo ocurrido ha generado revuelo en las redes, así como en grupos de amigos y familiares sobre las conductas que se han normalizado y las relaciones de poder.

El psicólogo Oscar Misle recuerda que los temas de abuso y acoso suelen estar ocultos. “No se conversa porque hay un tabú sobre la sexualidad. Se piensa que si se habla sobre el tema con niños y niñas, se despertará una curiosidad. La formación para la prevención del abuso sexual debe empezar desde el preescolar para que el niño entienda que nadie puede irrespetar su cuerpo, decir que no frente a cualquier solicitud. También es importante que aprenda que puede comunicar lo que está padeciendo. Recordemos que la víctima de abuso sexual siente miedo y culpa. Si no tiene el acompañamiento de un familiar o especialista, posiblemente guarde silencio”. 

Indica que para la prevención, es importante comprender qué es el abuso sexual en niños. “No solo es penetración. Es toda práctica a menores de edad en la que un adulto usa su poder para satisfacerse sexualmente”.

Oscar Misle, fundador de Cecodap, indica que 80 % de casos de abuso son contra niñas, de acuerdo con las investigaciones de la organización, y que el resto son contra varones. “En el caso del varón, no se denuncia por miedo a que se ponga en duda su masculinidad si fue abusado por un hombre”. 

El psicólogo llama a estar atentos a si un niño o adolescente cambia su estado anímico, si empieza a ser introvertido, o si el joven empieza a consumir alcohol o drogas, pues son formas de mitigar abusos que no pueden expresar. “No son recomendables los interrogatorios. Mejor es crear oportunidades como ver películas, documentales o noticias sobre el tema”, comenta el fundador de Cecodap, una de las primeras organizaciones en pedir una investigación expedita sobre los hechos. 

Considera que si bien es importante la denuncia a través de redes, es necesario ir a las instancias pertinentes. “Hay que también educar sobre el tratamiento en las redes. Saber cuáles son las fuentes reales, y pedir que se investigue, especialmente cuando hay suposiciones que no se pueden comprobar”. 

La psiquiatra María Elisa Lozada coincide en lo contraproducente que es el tabú sobre la sexualidad. Considera que para las víctimas es muy difícil concientizar lo ocurrido. “Fíjate que en el caso de Willy McKey, la muchacha todavía no ha internalizado el daño que la situación le generó”.

Una vez concientizado, dice, el siguiente paso es la terapia. “Es necesario un acompañamiento para indagar qué consecuencias se pueden generar después de estas situaciones, y explorar cómo cada individuo puede percibir su sexualidad”.  

Recomienda también conocer el entorno por el que los hijos muestran interés, así como buscar asesoría si se sienten incapaces de manejar ciertos temas.

Sobre los victimarios, María Elisa Lozada asevera que hay que indagar el ambiente familiar en el que estas personas se desarrollan. Familias con dinámicas patológicas, padres ausentes, personas criadas por figuras que no son padres biológicos, estructuras en las que el alcohol se manifiesta, así como otras sustancias, además de los pocos límites que imperan alrededor. “Hay algunos que cursan con la psicopatía que es un rasgo patológico de la personalidad. No tiene un fundamento genético ni de crianza. Se desconoce de dónde viene, pero es importante considerarlo”. 

La psiquiatra también se refiere al machismo como impedimento para ver también la violencia en los varones, así como considera pertinente evaluar el tema del poder como anzuelo para establecer vínculos con las víctimas. 

Comprende las denuncias de acoso y abuso por redes, especialmente ante la desconfianza en los entes oficiales. “Pero es importante también hacer campañas desplegadas en zonas que no tienen acceso a Twitter y demás redes para que la gente sepa que su voz es escuchada”. 

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Andrea González Cariello también publicó en Instagram una foto de sus años en Skena

Portarse bien. Tulia Monsalve es directora de Grupo Plus Comunicación Estratégica. Su análisis del caso se enfoca en el manejo de la crisis que han tenido las personas señaladas de abuso hasta los momentos. 

“El objetivo del manejo de crisis es proteger la reputación, pero hay situaciones y casos que son indefendibles. Sería una irresponsabilidad intentar asumir una defensa comunicacional ante una situación atroz. La ética es un valor fundamental en el desarrollo de nuestro trabajo como asesores de comunicaciones. El manejo de una crisis tiene sentido si existe una razón loable para emprender la defensa”, advierte la experta.

Señala que cuando se trata de un caso en el cual hay responsabilidad y consecuencias penales, ya no se habla de una crisis de reputación solamente. “Hay un delito que debe ser investigado, juzgado y quedar en manos de la justicia”.

Ahora bien, en los casos en los que una institución o grupo de personas deben responder ante un escándalo de abuso de uno de sus miembros, se refiere a la posible defensa ante una acusación. Esa crisis usualmente es un acontecimiento inesperado, no programado. Sin embargo, acota, es verdad que 75 % de los casos de crisis se encuentran como riesgos latentes. “No porque no haya percibido algo, no quiere decir que no esté ahí. Parece una obviedad, pero una de las cosas que se hace regularmente cuando se desarrollan planes de contingencia para empresas o personas es ubicar esos riesgos. De esa lista, hay que ponderar la posibilidad de ocurrencia de cada uno, y luego trabajar en la anticipación.

La también profesora de la Universidad Monteávila dice que en todas las crisis de opinión pública generan alto perfil. “El escrutinio estará puesto en ti durante todo ese tiempo, por lo que se expone toda la reputación acumulada”. 

“A estos músicos, actores y demás uno los recuerda por su trabajo. Cuando como público descubrimos que puede haber una disonancia entre el trabajo con su moralidad y valores, se crea una disonancia terrible. Como siempre le digo a mis clientes y mis alumnos, portarse bien es rentable”, acota Tulia Monsalve. 

Subraya que en estos casos de abuso también suelen surgir grupos de interés como Yo Te Creo Venezuela. “Son valiosos porque permiten poner en contexto, más allá de la diatriba entre la víctima y victimario. Eso tiene valor como sociedad. Visibiliza muchas cosas que quizá no se conocen de algunos casos”. 

El comunicado de Skena fue uno de los más cuestionados en redes, por las maneras en la que busca desmarcarse de los hechos. A eso, responde: “Lo que pasa es que está lleno de términos muy leguleyos. No hace honor al problema. Una de las cosas más importantes es que esto es un tema no visibilizado, en el que quizá se habían normalizado conductas o abusos, y que probablemente a la persona abusada nadie la había escuchado. Hay que tener valor para hablar. Lo más terrible de ese comunicado es la poca empatía con la situación en general”. 

Considera que las crisis se pueden superar. “Es factible que la opinión pública perdone. Cuando las crisis son bien manejadas, es posible que la persona o la organización fortalezca su reputación. Todos entendemos que no somos perfectos. La importancia es que tengamos la sabiduría de reconocer los errores, y tener la gallardía de resarcir. Las crisis no se resuelven con una disculpa. Ameritan planes de acción. Muchas veces las personas y organizaciones tienen miedo porque piensan que la ola de la crisis vendrá nuevamente a culparlos. Es posible que alguien vuelva a reclamar el mismo hecho. Pero una vez demuestren que pueden ser consistentes con sus valores, deben pensar cuáles son los próximos pasos para apuntar en la reputación”.


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