David Sosa aspira a que la dirección nacional de VP corrija malas prácticas tras la renuncia de más de 100 dirigentes este año

dirección nacional de Voluntad Popular

David Sosa, hasta esta semana directivo nacional de Voluntad Popular, espera que la renuncia masiva de dirigentes juveniles de Caracas, Portuguesa, Anzoátegui y Miranda registrada esta semana, lleve a la dirigencia a reflexionar y reorientar el partido. La aplicación discrecional de los estatutos y la existencia de cúpulas que deciden las políticas partidistas al margen de las bases son algunas causas del profundo descontento.


Caracas. David Sosa es un nombre que quizá no conozca mucha gente fuera del ámbito universitario y del activismo político juvenil, pero en esos dos espacios su nombre es valorado como uno de los jóvenes venezolanos comprometidos con el cambio por vías democráticas.

Desde junio de 2019, Sosa es presidente de la históricamente aguerrida Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela, donde cursa Ciencias Políticas; además, es directivo nacional de la Confederación de Estudiantes de Venezuela, y a la par fue hasta esta semana integrante de la dirección nacional del partido Voluntad Popular, liderado por Leopoldo López.

El martes de esta semana, David Sosa junto a otros 40 dirigentes juveniles de Caracas, Portuguesa, Miranda y Anzoátegui, hicieron pública su renuncia irrevocable a la tolda política, por considerar que el partido se convirtió en “un régimen sistemático de faltas y malas prácticas” sin espacios para el debate, el reclamo y la rectificación interna.

Entre los 40 dirigentes juveniles de VP que renunciaron junto a David Sosa esta semana, figuran Ricardo Millán, coordinador de organización nacional de juventudes; Jonathan Mendoza, coordinador de juventudes del eje Los Llanos; David Astudillo, coordinador político regional de juventudes en Anzoátegui; Mohamed Jokh, coordinador del Frente Estudiantil de Juventudes de Miranda; Anggelo Vásquez, coordinador municipal de juventudes del municipio Araure de Portuguesa; y Terry Villanueva, coordinador del Frente Estudiantil Nacional. Podría decirse que Voluntad Popular perdió a la juventud.

Crónica.Uno conversó con David Sosa vía telefónica para ahondar más en las razones de esta estampida de activistas, la segunda que se produce en Voluntad Popular en lo que va de año, y la tercera desde 2021.

Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela
Sosa inició su militancia en VP en el año 2012 como dirigente juvenil de base hasta llegar a ser parte de la dirección nacional. Foto cortesía @davidgsosae

Vale recordar que el pasado 19 de febrero, un centenar de miembros del partido en Caracas renunció e hizo público el descontento de las bases con las “malas prácticas, poca institucionalidad en el seno del partido y poca democracia interna”, según expresó en esa oportunidad Javier González, conocido como el Gocho, quien hasta ese día fue coordinador regional de VP en Caracas.

Y en junio del año pasado, 72 dirigentes regionales, municipales y parroquiales de VP en el estado Bolívar, junto a más de 400 activistas de base, renunciaron a su militancia en rechazo a la designación del diputado electo en 2015, Francisco Sucre, como nuevo coordinador estadal de la tolda, en sustitución de César Dommar. Denunciaron “vejaciones, imposiciones y atropellos” y aseguraron que el partido estaba sumido “en una debacle”.

Tanto en la carta pública de renuncia como en la conversación con este portal, Sosa hace énfasis en que con esa decisión no pretenden dañar el partido en el que se formaron, sino generar una reacción de la dirigencia que en los últimos años, dice, ha desoído las críticas, propuestas y llamados de alarma.

“Lo que yo espero que ocurra a partir de esta renuncia es que el partido haga un ejercicio de reflexión importante sobre los mecanismos del partido que han generado que activistas, incluso fundadores, que siempre estuvieron allí por convicción y no por cargos, hoy estén dando un paso a un lado. Esa es mi aspiración. Voluntad Popular está a las puertas de un proceso interno y espero que esta renuncia ayude a encauzar ese proceso en la dirección que merecen los activistas”.

¿Para promover ese cambio que ustedes deseaban que ocurriera en el partido no era mejor insistir y luchar desde adentro? ¿Qué pudo ser más grande que el anhelo de tener un partido moderno y democrático al que se refieren en la carta de renuncia, como para preferir apartarse?

–Las ganas y la aspiración de hacerlo desde adentro la mantuvimos por años. Creo que el deterioro en general de los partidos políticos en Venezuela tiene ya muchos tiempo y lo que estamos viendo ahora no son síntomas, sino las consecuencias crónicas de no haber atendido los síntomas en su momento. En mi caso he denunciado muchos de estos síntomas internamente desde hace dos o tres años y no se han hecho las correcciones necesarias. Lamentablemente el agua llegó al cuello. Al tomar esta decisión consideré que ya no había más nada qué hacer y decidí cerrar el ciclo para enfocarme en construir alternativas de participación que me mantengan alineado con mi objetivo que es seguir luchando por la democracia y la libertad de mi país. Ese es mi centro. Mi centro no es destruir Voluntad Popular, ni es acabar con los partidos políticos; por el contrario, creo que los partidos son necesarios en Venezuela, soy estudiante de Ciencias Políticas y lo entiendo: no puede haber democracia si no hay alternativas, si no hay opciones, y los partidos políticos representan esa opción. Pero comparto el anhelo de la mayoría de los venezolanos que queremos mejores partidos.

Cuando mencionas la renuncia de dirigentes fundadores a lo largo de los últimos años me vienen a la memoria nombres como Gaby Arellano, Luis Florido, Rosmit Mantilla que hoy están inscritos en otros partidos…

–Las razones para renunciar a un partido son múltiples. Hay gente que ha renunciado por motivos coyunturales, porque iban a unas elecciones y no consiguieron un cargo; otros lo hacen por razones estructurales como es mi caso. Yo no renuncio por sentirme víctima directa de alguna falta o situación. Pero como miembro de la dirección nacional me ha tocado presenciar injusticias que sufren otros. Yo he tratado de ayudar a solucionar, he hecho propuestas, formulado denuncias, llamados de alerta y al final no se atienden. He sido solidario con los dirigentes de Caracas que renunciaron hace unas semanas y con los que aún hoy siguen dentro del partido, pero que están sufriendo graves situaciones en cuanto a sus derechos dentro del partido.

¿Tú y los dirigentes que han renunciado contigo tienen pensado unirse a otra organización política, crear su propio movimiento?

–Yo aspiro a estar en un partido en donde se respeten las instituciones y sentí que ya no estaba alineado con lo que Voluntad Popular está haciendo. Veremos con qué personas y con qué dirigentes nos sintamos alineados en cuanto a valores y visión, para discutir nuevas alternativas. ¿Cuáles? No descarto nada. No descarto que podamos encontrar la manera de incidir en la política a través de la creación de una organización, un movimiento o un partido. Pero tampoco descarto que nos podamos incorporar a algún otro movimiento o partido que lo esté haciendo bien y que consideremos una buena plataforma para crecer políticamente. Yo quiero hacer política, pero no estoy desesperado por llegar a los espacios, quiero ganarme mis cosas, quiero trabajar, tengo tiempo, soy joven y lo que busco es un espacio para trabajar a largo plazo y hacerlo bien, con principios y valores.

los partidos son necesarios en Venezuela
David Sosa asegura que antes de renunciar a VP acudió a todas las instancias internas para hacer sus planteamientos, pero no fueron atendidos debidamente. Foto cortesía @davidgsosae

En la carta de renuncia ustedes se refieren a la existencia de un “régimen sistemático de faltas y malas prácticas” dentro del partido, ¿a qué tipo de situaciones se refieren concretamente?

–La infraestructura política sobre la que se asienta el funcionamiento orgánico del partido son sus normativas internas, sus estatutos. Cuando los estatutos de una organización no se cumplen o se cumplen a medias o se cumplen para unos sí y para otros no, se genera un estado sistemático de violación de la vida orgánica dentro del partido. Muchos dirigentes nos hemos decepcionado por la incapacidad para solucionar o responder a los problemas, precisamente por la falta de cumplimiento de los estatutos. Otro elemento es la falta de deliberación política. Toda organización tiene espacios para debatir y discutir sobre los problemas del país. No puede ser que los debates se generen en espacios alternos a los institucionales, entre un grupo reducido de dirigentes.

¿Consideras que esa situación es exclusiva de Voluntad Popular o la has visto también en otros partidos de la oposición?

–Me atrevería a decir que no es solo en Voluntad Popular. Los partidos en general en Venezuela deben renovarse y hacer verdaderos procesos de renovación. Por mi posición como directivo nacional de un partido he visto y me ha tocado conocer cómo muchas organizaciones están hablando y vendiendo que habrá procesos internos de renovación de sus estructuras cuando internamente hay toda una estrategia para sencillamente legitimar a los mismos que ya están y que son los que han llevado a las organizaciones al punto en el que se encuentran en este momento. Entonces esos procesos no representan realmente ninguna renovación.

¿Estas fallas en la democracia interna y en el cumplimiento de los estatutos son responsabilidad de cuáles instancias? ¿Contra cuáles directivos del partido van dirigidas estas críticas: Freddy Guevara, Leopoldo López, Juan Guaidó?

–Hay una gran responsabilidad de la cúpula directiva del partido en las situaciones que me llevan hoy a tomar esta decisión. Sin embargo, también debo señalar que si bien en diversos momentos no he estado de acuerdo con muchos de ellos en determinadas posturas, los respeto. No cualquiera se entrega a un sistema de justicia injusto como el venezolano y se pierde el crecimiento de sus hijos como hizo Leopoldo López. Eso solo lo hace alguien con convicciones firmes. No cualquiera se pone al frente de un arma de fuego que te apunta a la cara para proteger a un estudiante como lo hizo Freddy Guevara durante las protestas de 2017. Pero mi análisis me llevó a determinar que el régimen sistemático de incumplimiento de la vida orgánica del partido no se va a resolver de la mano de una sola persona. La responsabilidad es colectiva, no es individual.

¿En el caso de Voluntad Popular crees que el proceso de reestructuración interna apunta, como decías hace rato, a relegitimar a la actual dirigencia o apunta a una verdadera renovación de liderazgos?

–No dudo que dentro del partido haya personas que con honestidad y buenas intenciones han promovido el proceso interno para generar una renovación verdadera; entre ellos muchos miembros de la dirección nacional. Creo que muchos lo hacen con honestidad. Sin embargo, la ausencia de un sistema de funcionamiento orgánico del partido apegado a los estatutos genera que cuando las posiciones y los procesos comienzan a bajar hacia las regiones, los estados, las parroquias y las localidades, se profundiza la desinstitucionalización. Entonces, no es un tema de participar o no en el proceso, es que si el proceso está débil porque carece de instituciones fuertes que lo lleven a cabo, el resultado no será el mejor. Estas debilidades las aprovechan dirigentes que le hacen daño al partido, con actitudes y posiciones egoístas, e incluso algunas que pudieran contemplar la acción solapada del régimen.

Como lo que pasó en 2020 con la denominada Operación Alacrán y en 2021 con la judicialización del partido…

–No es para nadie un secreto que Voluntad Popular es el enemigo número uno del régimen de Nicolás Maduro. No debería entonces ser una sorpresa el que pudiera haber pseudodirigentes que se hacen pasar por opositores y están dentro del partido precisamente para destruirlo.


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