Denuncian que pieza fracturada en la estación Chacaíto del Metro de Caracas podría ocasionar un descarrilamiento

Metro de Caracas

El durmiente fracturado en uno de los andenes de Chacaíto representa un riesgo en cuanto a operaciones, advirtió Hernández, debido a que, hasta ahora, no se sabe si la fractura tiene alguna fisura interna que pueda llegar hasta los tornillos que sostienen la grapa, una pieza metálica que, a su vez, sostiene al riel y que podría soltarse y ocasionar el descarrilamiento de un tren.

Caracas. La primera denuncia que hizo la organización no gubernamental Metro Comunidad sobre un durmiente fracturado en los rieles del Metro de Caracas, a la altura del andén de la estación del Chacaíto, fue el pasado 3 de julio. Para este 12 de julio, aún el durmiente sigue roto en la vía con dirección Palo Verde. Los durmientes son las piezas de concreto que dan soporte a los rieles y permiten mantener la distancia correcta entre ellos; además, permiten que las ruedas de los trenes se mantengan encarriladas, según la explicación de Jesús Hernández, fundador de la ONG.

Hasta ahora no hay información oficial sobre qué ocurrió con el durmiente fracturado en Chacaíto, Metro Comunidad tampoco tiene información al respecto, y solo habla de posibles situaciones que pudieron ocasionar el daño en la pieza. Usuarios del Metro también han denunciado la falla a través de redes sociales.

“Nos parece innecesaria esa especie de lotería o ruleta rusa de esperar a ver cuánto aguanta. Eso puede aguantar, un mes, dos meses, el paso de 10 trenes, 20 trenes, a lo mejor aguanta dos años, pero en materia de transporte no se puede jugar de esa manera con la seguridad de los usuarios”.

Existen varias hipótesis de lo que pudo haber ocurrido. Hernández detalló que el golpe de algún objeto pudo haber generado la fractura. También la pudo ocasionar alguna pieza desprendida de un tren o algo que cayó de uno de los vehículos de servicio, o quizás se debió a la fatiga del material del bloque debido al prolongado tiempo de uso que provocó que comenzara a desmoronarse.

Cada vez que pasa el tren, este ejerce diferentes tipos de fuerza sobre el riel, que a su vez son absorbidas por los durmientes. El peso del tren ejerce una fuerza descendente y la uña del tren produce una fuerza transversal hacia fuera y el durmiente absorbe todas esas fuerzas y vibraciones.

Los durmientes son piezas que van embutidas en moldes con losas de concreto, debajo de esa losa hay una especie de hueco donde van dos bloques de concreto y, a su vez, debajo del durmiente hay un material plástico dieléctrico que sirve para amortiguar el peso y absorber las vibraciones. Sin embargo, hablando desde su experiencia como trabajador jubilado del Metro de Caracas, Hernández descartó que la fractura del durmiente la haya ocasionado la caída de una pieza desprendida de algún tren o del vehículo de servicio.

“No sabemos si fue un golpe, pero lo descartamos porque si eso hubiese ocurrido muy probablemente el resto de los durmientes estaría golpeado. Anteriormente ocurrió algo parecido. Se aflojó parte del motor de un tren entre Parque Carabobo y La Hoyada, esa parte del motor se fue arrastrando y dañó parte de la vía. Entonces, por experiencia, nosotros no creemos que se deba a eso”.

Esta situación representa un riesgo en cuanto a operaciones, advirtió Hernández, debido a que no se sabe si dicha fractura tiene internamente alguna fisura que pueda llegar hasta los tornillos que sostienen la grapa, una pieza metálica que, a su vez, sostiene el riel y que podría soltarse y ocasionar el descarrilamiento de un tren.

“Se corre el riesgo de que la pieza termine de fracturarse, se suelten las grapas y se quede el riel sin fijación. Si esa trocha cambia de distancia, lo que ocurre es un descarrilamiento; el tren va a frenar de repente, este puede ladearse. El equipo va a sufrir daños y, dependiendo de la velocidad con la que el tren haya ido, pueden ocurrir daños físicos en los usuarios. Hay que velar por la seguridad de los usuarios, del personal y de los equipos”.

Metro de Caracas
Foto: Ivanna Laura Ordóñez

Cuando Hernández era trabajador activo de la compañía Metro de Caracas existía una filosofía que consistía en prestar un servicio basado en la seguridad, la eficiencia y el confort: En caso de ser necesario, se sacrificaba el confort de los usuarios en beneficio de la eficiencia y la seguridad, si las condiciones no lo permitían, se sacrificaba el confort y la eficiencia, pero la seguridad de los usuarios, del personal y de los equipos nunca se puso en riesgo.

Cambiar un durmiente no es una cosa muy difícil, tampoco es un trabajo que pueda hacer cualquier persona. Todo consiste en tener el durmiente de repuesto, aflojar los tornillos, también de los durmientes adyacentes, levantar la vía un poco, se quita el durmiente fracturado y se pone un durmiente nuevo. Ese es un trabajo que se puede hacer perfectamente fuera del horario comercial, como se ha hecho siempre. La gerencia de vía férrea debería tener los equipos y el personal capacitado para hacerlo, como lo tuvo siempre, explicó Hernández.

Hasta que el durmiente fracturado no sea reemplazado, los conductores de los trenes deben tomar precauciones. Bajo estas condiciones operacionales, los trenes deberían ingresar al andén de Chacaíto con una velocidad de no más de 10 kilómetros por hora y no menos de cinco kilómetros por hora para evitar un exceso de vibración y fuerza: “Afortunadamente, el bloque fracturado está en el andén, lo que hace que el tren tenga que ingresar a baja velocidad”.

El año pasado hubo un cambio de durmientes entre las estaciones Ruiz Pineda y Las Adjuntas. La información que maneja Metro Comunidad es que en dichos trabajos los reemplazos que utilizaron de los durmientes viejos fueron piezas monobloque, el modelo usado en el ferrocarril de Valles del Tuy. En cambio, el modelo que utiliza Metro de Caracas, desde su inauguración, son piezas bibloque.

“Esto hace pensar que Metro de Caracas no tiene durmientes bibloque, los que ha usado siempre. A nosotros nos parece sospechoso que ese durmiente no lo hayan cambiado aún. Pero lo más recomendable sería cambiarlo lo antes posible y no correr riesgo. Ya ha pasado prácticamente una semana y no hay noticias”, dijo Hernández.

Las constantes fallas y retrasos en el servicio, el mal estado de los pocos trenes que quedan activos y de la infraestructura de las estaciones, más el poco personal que labora en Metro de Caracas son una muestra de la situación crítica que vive la compañía estatal desde hace años. Según datos de Metro Comunidad, 95 % de las escaleras mecánicas están paralizadas, 100 % de los ascensores, que fueron instalados en tramos nuevos del servicio, están fuera de servicio. Tampoco hay aire acondicionado en 98 % de los trenes y en el 100 % de las estaciones.

“Todo esto demuestra que no hay confort. No hay eficiencia porque no hay suficientes trenes para cubrir la demanda, y ahora vemos que tampoco hay seguridad, porque son incapaces de cambiar un durmiente fracturado, algo que prácticamente es un trabajo de rutina para el personal de vía férrea”.


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