La UCV realizó un experimento con los estudiantes de la Facultad de Ciencias Veterinarias en la que a través de una encuesta preguntaron a los 729 alumnos si culminarían el semestre en curso, 368 respondieron no estar seguros de continuar.

Caracas. Desde 2008 hasta 2015 la deserción estudiantil en la Universidad Central de Venezuela se mantuvo en 5%. Pero a partir de ese último año el porcentaje se modificó. El informe –Cómo se comporta la dinámica matricular– que presentó la Secretaría de la UCV ante el Consejo Universitario reflejó que 29,1% de los alumnos abandonaron las aulas en 2017. 

Hay un punto de inflexión desde 2015 que se extiende al segundo semestre de 2016 y es lo que no hace percibir 2017 como el peor año al registrarse 29,1% de estudiantes excluidos por factores socioeconómicos. Básicamente tienen dificultades para trasladarse, alimentarse, para poder dotarse del mínimo de materiales que requieren para la investigación, explicó el secretario de la UCV, Amalio Belmonte.

En las facultades más grandes el fenómeno fue mayor: Humanidades y Educación, Ciencias Jurídicas y Políticas y Ciencias Económicas y Sociales, la deserción está entre 40% y 42%, indicó Belmonte. Siendo Arquitectura y Medicina las menos afectadas.

La tendencia para 2018 no es alentadora, pese a que no tienen cifras, para Belmonte la situación se percibe con mayor fuerza que el año pasado.

Recientemente la universidad realizó un experimento con los estudiantes de la Facultad de Ciencias Veterinarias en la que a través de una encuesta preguntaron a los 729 alumnos si culminarían el semestre en curso: Lamentablemente 368 dijeron que no estaban seguro de continuar sus estudios. Esto lo vamos a hacer en todas las facultades.

De 48.000 estudiantes la UCV pasó a 32.000, indicó. El Gobierno está haciendo que en las universidades, a pesar de su voluntad, puedan ingresar solamente estudiantes de estratos superiores, porque son los únicos que pudieran costear no los estudios, porque son gratuitos, sino todo lo que supone ser estudiante: vivienda, alimentación, vestirse, comprar materiales. Este es un Gobierno que excluye a los sectores más vulnerables de la educación superior, destacó Belmonte.

A partir de este informe cuantitativo –realizado por los profesores Jesús González, Iván Flores, Antonio Silva y Victoria García– las autoridades van a emprender una revisión de carácter cualitativa para determinar cuál modalidad de ingreso está más afectada, si los asignados por la Oficina de Planificación Universitaria o los mecanismos internos de la UCV.

Estudiantes no oficializan el retiro

Belmonte aseguró que los estudiantes no están solicitando retiros formales, sino que dejan de asistir a clases y no retornan. Algunos oficializan el retiro y otros simplemente los constata la universidad por PPI (pérdida por inasistencia): El estudiante desaparece y no se incorpora más. Hay una combinación entre los que lo manifiestan a viva voz, se retiran y posponen, y los que se retiran sin informarlo, que son la mayoría.

Puntualiza que se trata de una deserción parcial porque desconocen si esos jóvenes se van a reintegrar. Agregó que todavía falta una segunda fase del informe que supone una parte cualitativa, pero adelantó que el fenómeno está ocurriendo entre los primeros semestres y años de la carrera.

Estamos haciendo una correlación con los becarios donde también se ha producido deserción. El monto de la beca es tan pequeño (considerando la inflación) que ni siquiera puede retener a un estudiante. Las políticas sociales internas de la universidad no son suficientes para retenerlo, factores externos impiden que puedan continuar allí, dijo Belmonte.

Con esta investigación las autoridades esperan rediseñar políticas que les permita atenuar la situación y garantizar la prosecución académica.

Foto referencial: Miguel González


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