La Universidad Pedagógica Experimental Libertador no tiene presupuesto para adquirir bombillos, material de oficina o productos de limpieza. Sobreviven con donaciones. Por los pasillos se camina sin luz y en el ascensor no hay iluminación.

Caracas. En la oficina del director del Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), Juan Acosta, está un joven que solicita un espacio de la institución para filmar un video. Pregunta por el procedimiento. Acosta le dice que debe enviar una carta explicativa sobre lo que harán. No cobramos nada, solo recibimos donaciones. Pueden ser coletos, productos de limpieza, bombillos. Es lo que necesitamos, agrega.

El IPC es uno de los ocho núcleos que conforman la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), la universidad de los maestros. El estado actual del campus también dificulta la formación de maestros.

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La institución no cuenta con partidas presupuestarias para el mantenimiento de las instalaciones. Foto: Tairy Gamboa

El rector de la UPEL, Raúl López Sayago, explicó que uno de los grandes problemas de la institución es la dotación, infraestructura física y funcional: bibliotecas, tecnología, transporte, comedor, seguridad social, mantenimiento.

Para 2020 el presupuesto asignado por el Ministerio de Educación a través de la Oficina de Planificación del Sector Educativo (OPSU) fue 0,33 % de lo solicitado. El de 2019 fue 2,92 %.

Todos los años hemos planteado la necesidad de que se cuestionen las asignaciones de presupuesto. Cuando formulamos un proyecto no es porque se nos ocurrió una cifra, son datos reales y naturales para la formulación de ese anteproyecto, destacó López Sayago.

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Los estudiantes deben utilizar la linterna del celular para iluminar el ascensor. Foto: Tairy Gamboa

Las instalaciones viven el deterioro de la asfixia presupuestaria. Los estudiantes de Educación caminan a oscuras por los pasillos del IPC porque no hay presupuesto para reponer bombillos. Para marcar el ascensor hay que iluminar con la linterna del celular.

Cualquier mínimo recurso es para emergencias: reparaciones de algún servicio o mantenimiento. Pero no contamos con pinturas, bombillos. Por eso los pasillos y oficinas no están iluminados, aires acondicionados dañados, explica Marlys Vásquez, directora de Desarrollo y Planificación de la UPEL.

79 % de las unidades de transporte de la UPEL están inoperativas. Vásquez cuenta que en 2019 no recibieron recursos para reparar la flota del servicio de transporte. De los 77 autobuses, solo 16 pueden hacer rutas estudiantiles. Estas fueron reparadas con repuestos de otras camionetas. El deterioro viene desde 2013.

La reposición de equipos tampoco ha sido posible. Hace mucho tiempo que tenemos limitación para adquirir computadoras porque las partidas no se pueden utilizar. El Ministerio le llama ‘gastos suntuarios’, dice Vásquez.

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El presupuesto para 2020 de la UPEL fue 0,33 % de lo solicitado. Foto: Tairy Gamboa

Cómo vamos a trabajar, cómo vamos a mantener la infraestructura, los servicios generales y estudiantiles, se pregunta López Sayago. En algunos casos han recurrido a donaciones de empresas privadas.

Acosta explica que están realizando asociaciones estratégicas con la empresa privada. En el IPC han podido recuperar de esta manera varios gimnasios, canchas y servicios. “Tenemos un convenio en que hacemos préstamos de las instalaciones y ellos hacen mantenimiento”, cuenta.

Por ejemplo, los programas de computadoras para la contabilidad cuestan aproximadamente 150 dólares. “Se les solicitan a estas personas y hacen una donación. Pero esta debería ser una labor específica de la OPSU, así como también, el mantenimiento de la infraestructura”, aclara Acosta.

La UPEL coordina un censo internacional para que los profesores egresados puedan colaborar con la universidad.

Personal renuncia

López Sayago recuerda cuando su salario eran 1050 dólares mensuales. Estaba recién graduado y fue contratado como profesor asistente. 40 años después, como rector, mi salario son 100 dólares. Hay que vender cosas para subsistir.

En la actualidad, los ingresos mensuales de licenciado recién graduado que ingresa como docente en la universidad son 600.000 bolívares. El del profesor titular son 1.200.000 bolívares.

Hay profesores que me han dicho que ellos vendiendo tetas de helado o café ganan más que laborando aquí, lamenta Acosta.

Solo en 2019 renunciaron 68 profesores. Del personal administrativo se fueron 212 y de obreros, 64.

Azotados por la delincuencia

Desde marzo de 2019 no envían recursos para pagar a la compañía de seguridad de la UPEL. Solo ese año ocurrieron 49 robos, contabilizó López Sayago. El desmantelamiento es total, terrible, señala Acosta. El 13 de enero robaron el laboratorio de lenguas extranjeras del IPC.

“Aquí en Venezuela ven la educación como un gasto, no como una inversión”, piensa López Sayago.