Gregoria Rodríguez, directora del Materno Infantil en Macuto, aceptó que las deserciones de los profesionales han afectado el funcionamiento del único centro dedicado a la atención especializada de parturientas, niños y adolescentes en el Litoral Central. Pidió paciencia y comprensión a los usuarios, porque trabajan diariamente con una pediatra de guardia. “Aquí lo que sí han hecho bien es darles una pinturita a las paredes”, manifestó una madre afectada por la falta de atención para su hijo.

La Guaira. “El sol no se puede tapar con un dedo, todos los días las madres se llevan, entre reclamos y lágrimas, a sus niños porque no hay quien se los pueda ver”, comentó en voz baja una enfermera del Hospital Materno Infantil, Ana Teresa Ponce, en Macuto.

El nosocomio, en honor a la madre del doctor José María Vargas, es el único especializado en el Litoral Central para atender a unas 33 parturientas y sus infantes. Pero, hoy no escapa a la crisis humanitaria que sacude al país. Tanto así, que el actual déficit de médicos y personal de salud fue aceptado por su directora, Gregoria Rodríguez.

De los 24 galenos que tenía en nómina, solo siete permanecen en el área de Obstetricia y dos en Pediatría, lo que supone una merma superior a 60%.

“No contamos con médicos residentes y solo trabajamos con un médico de guardia, para las estrictas emergencias que se presenten y las hospitalizaciones”, reconoció Rodríguez ante los medios de comunicación social.

Las deserciones no se limitan a los médicos pediatras, también abarcan neonatólogos, anestesiólogos, enfermeras, camilleros y otros trabajadores administrativos del centro de salud, ubicado en las cercanías del Paseo de Macuto y el Hotel Miramar, este último en ruinas y como guarida de delincuentes, lo que afecta la seguridad de profesionales, proveedores, pacientes, familiares y transeúntes de la zona.

Rodríguez pidió a los usuarios paciencia y comprensión, dado que “estamos laborando con una sola pediatra de guardia. Cuando alguien sale de vacaciones, me queda el puesto vacío. Necesitamos más personal para poder dar el apoyo que tanto necesita la gente”.

De acuerdo con la Organización No Gubernamental Médicos Unidos de Venezuela, capítulo Vargas, los ingresos del nuevo personal en los hospitales y ambulatorios de la región no suelen seguir los procesos legales, además de que se ofrecen bajos salarios a los interesados: un médico residente no devengaría más de 10 dólares al mes (aproximadamente Bs 45,5), con bonificaciones incluidas.

Hasta los llamados MIC (Médicos Integrales Comunitarios de la Misión Barrio Adentro) no quisieran trabajar en esas condiciones”, dijo Bernardo Guerra, director de la citada ONG.

Sin precisar cuántos cargos tiene disponibles, Rodríguez informó que se hacen gestiones para incorporar médicos rurales y residentes en las áreas de Pediatría, Obstetricia y Neonatología. También hay vacantes para los anestesiólogos.

Fundado en el año 1987, el Hospital Ana Teresa Ponce de Macuto, adscrito a la Gobernación de La Guaira, actualmente cuenta con 90 trabajadores (personal de salud y administrativo), de los cuales 30 deberían ser médicos, pero con las renuncias de los últimos meses, se han quedado, por estos días, con una decena de ellos.

Este  centro de salud tiene 33 camas para igual cantidad de parturientas y aunque ahora mismo no ofrece consultas de ramas diferentes a la Pediatría, hasta principios de este año tenía especialistas en Endocrinología, Nutrición y Planificación Familiar.

Los interesados logran las citas para las consultas respectivas después de “madrugar” en largas colas a las puertas del hospital.

En realidad, se necesitaría el doble de los médicos en el Materno de Macuto para atender la demanda de salud de embarazadas y niños en Vargas”, puntualizó Guerra.

Impotencia y frustración
En medio de la merma de profesionales en este hospital, los perjudicados han tenido que “ruletear” a sus niños y adolescentes para obtener la atención de salud, de acuerdo a cada caso.

“No he podido seguir con el control de niño sano de mi hijo de tres meses, porque vengo en las últimas semanas de octubre y no hay consulta pediátrica. Eso sin hablar de las filtraciones de varias zonas del hospital y que no te dan las medicinas completas. Lo que sí han hecho bien aquí es darles una pinturita a las paredes”, sostuvo Vestalia Alfonzo.

La mujer de 19 años de edad, habitante del sector El Cojo en Macuto, camina hasta las proximidades del hospital materno y en no pocas ocasiones, ha debido valerse de un aventón para llegar hasta el ambulatorio de Caraballeda, en búsqueda de un pediatra o médico general.

Una experiencia similar vivió Teresa Ruíz, que, con un bebé de seis meses, ha sufrido cada negativa, y como no posee un vehículo, se ha regresado con “la impotencia y la rabia” a su casa en el sector La Cabrería, en La Guaira colonial.

“Es horrible que no puedas saber la evolución de salud de tu hijo, porque aquí no hay médicos”, agregó Ruíz, sin olvidar que a la hora del retorno “muchas veces tengo que pedir para completar el pasaje”.

En relación con este déficit de galenos, el gobernador interino de La Guaira, José Manuel Suárez Maldonado (que aspira a la Alcaldía del municipio Vargas por el Partido Socialista Unido de Venezuela), no ha emitido ningún comentario, así como tampoco la directora regional de salud, Yadira Castillo.

“Ellos solo están pendientes de las elecciones y no les importa que esto se caiga a pedazos”, comentó un camillero que esperaba su turno de labores en el acceso de emergencias.


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