La firma proyecta que las remesas este año ascenderán a 2,5 millardos de dólares y calcula que serán 62 % de las operaciones en el mercado paralelo.

Caracas. Venezuela tiene un año en hiperinflación por los prolongados desequilibrios de la economía, lo que ha pulverizado el salario de los ciudadanos, pero además ha generado cifras inmanejables y para este 2018 las variaciones de precios serán de millardos.

Pedro Palma, economista, señaló en el Foro de Ecoanalítica Apostar por Venezuela ¿Es aún posible?, que el mayor financiamiento monetario del Banco Central de Venezuela está incidiendo con fuerza en el comportamiento de la inflación y destacó que solo en octubre la variación por semana estuvo entre 28 y 37 %, lo que lleva a proyectar un indicador al cierre de este año de 227.000.000 %.

Pero el resultado por grupos es peor. En alimentos, a lo cual las familias destinan el grueso de sus ingresos, la inflación semanal fue mayor a 40 %, por lo cual el índice de precios anualizado de ese rubro se calcula en 6.510.000.000 %, detalló el economista.

Por años Venezuela tuvo la inflación más alta de la región, pero desde 2013 la aceleración de los precios es mayor, porque hay una baja oferta de bienes y un incremento en la impresión desordena de bolívares por parte del BCV para atender el gasto público, que entre 2017 y 2018 se ha disparado por los eventos electorales.

Ya el país entró en el ranking de naciones que con más tiempo en hiperinflación. Nicaragua estuvo 58 meses, Bolivia 18 meses y Venezuela lleva 12 meses.

Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, explicó que no hay una hiperinflación eterna, su duración depende del régimen político. Aunque agregó que “para salir de la hiperinflación se tendría que poner peor. Todavía el gobierno está en su zona de confort”.

En el gobierno la palabra hiperinflación no se menciona, y cuando se indica que hay altos precios se culpa a la “guerra económica”. Desde 2013 la administración de Nicolás Maduro ha estado anunciando “medidas” para la “recuperación”, sin embargo, las acciones han profundizado las distorsiones.

En agosto el primer mandatario nacional devaluó la tasa oficial en 96 %, aumentó los impuestos a las empresas y personas  y subió en 6000 % el salario mínimo, estrategia que se convirtió en gasolina para la inflación.

Durante su exposición, Oliveros dijo que para el próximo año estima que la política económica seguirá de ensayo y error, mientras que la hiperinflación se agudizará y habrá un aumento en las presiones sobre los actores políticos.

Mayor peso de las remesas

Por larga crisis económica ha aumentado el número de ciudadanos que se ha ido del país, y muchos de los que están en otras naciones envían con frecuencia dinero a sus familiares en Venezuela, por lo cual en los últimos meses las remesas han crecido.

A la par, la hiperinflación ha llevado a que las empresas para retener su personal comiencen a dar compensaciones en divisas.

Esas remesas y operaciones de menudeo este año representarán 62 % (2,5 millardos de dólares) de las transacciones en el mercado paralelo cuando en 2017 su peso fue 41%, según Ecoanalítica.

Por tal motivo, Oliveros apuntó que para el próximo ejercicio habrá un efecto de las remesas.

El declive

En el foro, el economista y también director de la firma, Alejandro Grisanti, realizó una balance de la crítica situación de la industria petrolera.

La producción de Pdvsa continúa desplomándose en momentos en que los precios del crudo promedian casi 70 dólares con lo cual deja de percibir millardos de dólares.

Grisanti destacó que la petrolera ha dejado de producir 1,6 millones de barriles diarios, lo que representa cerca de 36 millardos de dólares menos. “La producción petrolera por habitante se ha ubicado hoy en niveles de 1927”.

Destacó que de continuar la caída en la producción petrolera, la economía de Venezuela será más pequeña que la ecuatoriana.

Los niveles de extracción de la estatal se encuentran en 1,4 millones de barriles. Maduro hace un año le ordenó al presidente de la petrolera, Manuel Quevedo, subir la producción en un millón de barriles y ello no ha ocurrido.

Foto: Ecoanalítica


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