Kisbel Varela se mudó de Cagua a Caracas a los 17 años buscando oportunidades y crecimiento profesional; encontró eso, el Ávila y la versatilidad de una ciudad que sigue enamorando a quien acoge. Crónica.Uno cuenta su historia de apego a “la ciudad de los techos rojos” en su 453 aniversario.

Caracas. Si algo tenía claro Kisbel Varela desde su adolescencia, era que quería desarrollarse profesionalmente en Caracas. “Fue un reto de adaptación, pero considero que valió mucho la pena”, dice, casi cinco años después, sobre lo que fue un cambio total respecto a lo que estaba acostumbrada en su natal Cagua.

Fue entre cuarto y quinto año de bachillerato cuando Kisbel empezó a notar que quería estudiar Comunicación Social. La radio, la televisión, la animación y el periodismo eran cosas que le llamaban la atención y tenía certeza de que encontraría más oportunidades laborales en la capital del país.

Adaptarse a la urbe le costó, principalmente por cuestiones emocionales. Un día le dije a mi mamá que me quería devolver, que prefería estudiar en Maracay porque me sentía demasiado sola. Mi mamá me dijo ‘tú estás donde querías estar y vas a poder con eso’, señala.

Kisbel Varela tiene 21 años de edad y actualmente cursa el décimo semestre de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). En Caracas aprendió a valerse por sí misma y descubrió su interés por el marketing, área de la Comunicación a la que se dedica desde hace varios años.

“Algo que me encanta de Caracas es su versatilidad”

Desde antes de mudarse a Caracas, Kisbel tenía el presentimiento de que Cagua no era su lugar, principalmente por sus proyectos personales. Considera que el principal atractivo de la capital es “que todo está allí, es la élite del país”.

“Me siento más caraqueña que otra cosa”, exclama, al tiempo que enumera las bondades de una ciudad que, si bien ha perdido algo de brillo por la crisis, sigue teniendo cierto atractivo cosmopolita. “Hay más opciones para todo, y eso es algo que no pasa tanto en el interior”.

Te puedes ir a Las Mercedes y decidir desde ver dónde rumbear hasta optar por algo más tranquilo: ver una película relajada, entrar a una librería… Depende de lo que tú quieras, tienes las opciones. Hay mucha versatilidad y la ciudad se adapta a tus gustos”, dice Kisbel.

Sitios y experiencias icónicas de Caracas

Se considera fanática del béisbol, pero nunca tuvo la oportunidad de ir al estadio de Maracay, así que la primera experiencia la vivió en el mítico Universitario de Los Chaguaramos. El relacionarse con más personas le permitió conocer mas lugares y eso influyó en su decisión de quedarse.

Hice buenos amigos desde el comienzo, personas que me preguntaban por Cagua o me decían ‘Kisbel, te vienes conmigo porque no vas a saber llegar’. También hubo una persona que influyó bastante en mi vida en cuanto a conocer Caracas, mostrarme cosas que no sabía y lugares”.

Como todo caraqueño, disfruta admirar el Ávila desde cualquier ángulo, especialmente desde la autopista. “El Ávila es un plus de la ciudad y es súper lindo cuando está despejado”, dice.

Menciona también otros sitios al aire libre que ofrece la ciudad, como el Centro de Arte Los Galpones y lo asocia con la versatilidad de Caracas pues le ha servido tanto para ir a pasar una que otra tarde, como para hacer fotografías, otro de sus pasatiempos.

Las cervezas en “los chinos” de Montalbán o Altamira tampoco pueden faltar y son parte de esa amplia gama de opciones que ha disfrutado Kisbel en la que considera es su ciudad, aunque aún le gustaría vivir o visitar otras zonas como la cuadra gastronómica de Los Palos Grandes.

Y aunque el bullicio, el ajetreo, el transporte público y el tráfico son cosas que hacen que haya momentos en los que le agarre idea a la ciudad, “predominan en los que digo ‘qué fino esto, me gusta mucho Caracas’“.

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