En una economía dolarizada de facto cada vez son más quienes eligen pagar con divisas, sin embargo, los vendedores dependen de los bolívares para honrar los compromisos con el Estado, como el pago de impuestos. Algunos también usan los pocos bolívares que entran para completar vueltos en montos pequeños.

Caracas. La última vez que a Julia* le pagaron un traje con bolívares en efectivo fue antes de la reconversión monetaria, previo a agosto de 2018, lo recuerda sin titubear por lo inusual que se ha vuelto desde entonces. La tienda está llena de vestidos de fiesta, pero nadie entra siquiera a pedir precios. En una economía dolarizada de facto desde 2019 cada vez son menos quienes eligen pagar con bolívares, sin embargo, a los comerciantes la moneda les sigue siendo necesaria para el pago de impuestos y servicios. 

“Todavía la gente maneja bolívares, pero no efectivo porque tendrías que cargar un saco”, dice Julia quien es encargada de una tienda de ropa ubicada en un centro comercial al este de la ciudad. La mujer explica que hace años que nadie les paga con bolívares en efectivo. La última vez ocurrió antes de la reconversión. “Ya nunca nadie nos pagó con efectivo, lo hacen por punto o divisas”, explica. El poco dinero que entra en bolívares a la tienda lo usan para pagar los impuestos.

La pandemia empeoró la situación de los comercios —en un país que suma siete años de contracción en su economía— el local donde trabaja Julia estuvo parado casi todo 2020 y apenas en noviembre retomaron actividades. Recuerda que el centro comercial donde está ubicada la tienda cerró durante meses y entrar a diario para vigilar un bote de agua en el techo se les convirtió en un dolor de cabeza, pues los vigilantes les decían que el acceso estaba restringido por las medidas de confinamiento.

La mayoría de las transacciones se hacen en divisas, una de las razones es la devaluación de la moneda local y otra es que los montos para pagar con bolívares —a través de la banca— son muy limitados, lo que hace que en algunos casos los comercios dividan la suma para que los puntos de venta lean la operación. Julia cuenta que, recientemente, los bancos “abrieron los límites” y que ahora puede pasar una tarjeta de débito hasta por 200 millones de bolívares. “Eso nos beneficia muchísimo, aunque el movimiento (en las transacciones) es muy diferente a como era antiguamente”, dice.

Tienda de Julia al este de la ciudad – Foto: Luis Morillo

En el centro comercial City Market, dedicado casi exclusivamente a la venta de equipos electrónicos, una mujer que lleva varios años trabajando allí recuerda que hace tres años a la gente le daba miedo mostrar las divisas. “Casi te pagaban escondido”, dice y se reserva el nombre. “De un tiempo para acá el cambio es muy distinto”, apunta. A menudo de 10 teléfonos que venden en divisas uno es en bolívares. El negocio también necesita bolívares para pagar los servicios, en esos casos salen tras su búsqueda y comentan que es difícil conseguirlos cuando el dólar se dispara.

Los pagos en divisas también varían dependiendo del rubro. Por ejemplo, en City Market la mayoría de los comerciantes que venden productos de alta gama reciben pagos en dólares. Un estudio de Ecoanalítica estima que las transacciones en divisas por concepto de electrodomésticos alcanzan 98 % y en alimentos 61 %.

El encargado de un local que vende maquillaje en City Market, algo inusual pues en ese centro comercial las vitrinas resaltan con las luces led y teléfonos inteligentes, cuenta que la mayoría de sus transacciones se hacen por punto de venta en bolívares, ya que los costos de los artículos son montos pequeños. Señala que la situación de los comerciantes varía y que todavía los bolívares le son necesarios para el pago de servicios y el resto de los compromisos con el Estado. No obstante, dice que desde hace unos seis meses es más difícil conseguir bolívares para hacer esos pagos.

Influye el tipo de producto. Esta es una tienda de maquillaje y los montos son bajos, entonces la gente prefiere pagar por punto.

En lo que va de año el Banco Central de Venezuela ha moderado la emisión de billetes, algo que ha tenido impacto en el tipo de cambio y en la tasa de inflación, que en marzo llegó a ser una de las más bajas en los últimos tres años. De 2009 a 2020 la disminución de bolívares (monedas y billetes) en efectivo en manos de la población es de 99 %. El Centro de Investigación y Formación Obrera calcula que —los bolívares en efectivo en manos del público— equivalían en 2009 a $173 per cápita, mientras que en febrero de este año la cifra se ubicaba en apenas $0,32.

En un Automercados Plaza’s, ubicado en Altamira, el encargado contó que allí la gente paga más con bolívares que con divisas. “La gran mayoría son operaciones electrónicas en bolívares y efectivo muy poco, los dólares no son tan representativos en este tipo de negocios”, dijo. Ahora la cadena ofrece también otro método de pago llamado Zinli. En la página web de Zinli se lee que los clientes pueden enviar y recibir dólares gratis.

Algunos usan los debilitados bolívares para dar vueltos pequeños, pero Miguel, encargado de un local de accesorios para celulares, advierte que aplican una tasa superior a la del mercado cambiario para protegerse de la devaluación. Otros al igual que Julia llevan rato sin ver pasar la moneda nacional. En una joyería al preguntarle al vendedor desde hace cuánto no le pagaban con bolívares en efectivo el hombre dijo que hacía mucho tiempo. Mientras que avanza la dolarización los comercios también emplean nuevas formas de pago, como el uso de plataformas Zelle y deben acordarlas con el Estado o pueden sufrir amonestaciones como el caso de Beco, que llegó a ofrecer vales a los clientes.

*El nombre se cambió a petición de la fuente.


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