Para los padres que acuden a las sedes del Saime en todo el país, tramitar por vez primera la cédula de identidad de sus hijos ha sido una tortura. Caos, desorden, abuso de gestores y obstáculos impuestos por los registros civiles han convertido el proceso en un calvario.

Regiones. El pasado lunes 25 de enero comenzó el operativo de cedulación para niños organizado por el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) en todo el país; sin embargo, las quejas de los ciudadanos rebozaron las redes sociales, pues la mayoría asegura que no hubo organización.

Caos, desorganización, solicitud de documentos a última hora, niños desmayados en colas, cobro de gestores, amanecidas a las puertas de las sedes del organismo a escala nacional son las denuncias que han reinado durante toda la semana. 

Catástrofe en Maturín

“Eso ha sido catastrófico”, así han definido los usuarios las jornadas en el municipio Maturín del estado Monagas. Entre madrugonazos, desmayos, exposición al sol e incertidumbre ha transcurrido esta semana para los representantes que han llevado a sus hijos a gestionar el documento de identidad.

Las colas en la sede del Saime Maturín empezaron desde el pasado sábado 23 de enero. Padres pernoctaron a las afueras de la institución para asegurar un puesto por el documento que por ley les corresponde a los niños nacidos en Venezuela.

Yo llegué a las 6:00 de la mañana y había una cola bastante larga; supimos que varias personas habían guardado los puestos desde el sábado. Yo no sé por qué nosotros tenemos que estar pasando por estas cosas. Yo me fui para allá porque tengo dos hijos, uno de 11 y otro de 13, que ya necesitan su cédula porque en el liceo me las piden”, comentó Mervin Machado.

Aunque el Saime informó que las jornadas se mantendrían hasta la 1:00 de la tarde, como consecuencia de la poca organización, las mismas fueron extendidas el primer día hasta aproximadamente las 10:00 de la noche cuando aún se mantenían en las instalaciones niños y representantes esperando para tramitar las cédulas de identidad. 

Pasadas las 12:00 del mediodía solo había sido atendido 50 % de los usuarios en cola.

Esto no lo aguanta un niño, porque allá no hay ni un baño, no hay toldos, estamos en medio del sol, no se respeta el distanciamiento social, el sistema es muy lento. En la tarde se desmayó una niña y se golpeó la cara”, precisó Machado.

El caos no solo reinó el lunes, sino también el resto de la semana. En los días subsiguientes también se reportaron desmayos, niños devueltos por problemas con la partida de nacimiento y largas colas de más de 12 horas.

Se conoció que la mayoría de los niños que fueron devueltos fue porque estaban acompañados de sus abuelos, pues sus padres se encuentran fuera del país y no dejaron permiso legal a quienes ahora son sus representantes.

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En Maturín las colas se extendieron hasta las 12:00 de la medianoche. Foto: Cortesía

Trabajadores del Saime que pidieron mantener su identidad bajo anonimato manifestaron que un grupo de ciudadanos se apostó a las afueras del ente identificador desde el sábado en horas de la noche con la intención de vender los puestos a los representantes que acudieron a la jornada.  

Los montos para optar por los primeros puestos tienen un valor de entre 15 y 20 dólares.

En San Cristóbal el proceso “fue una tortura”

En una verdadera tortura se convirtió el trámite de la cédula de identidad para los niños en San Cristóbal. 

Desde la madrugada, e incluso desde el fin de semana anterior, los padres pernoctaron bajo el frío nocturno y a riesgo de ser víctimas del hampa, con tal de que sus pequeños no padezcan por tantas horas en las afueras de la sede del Saime en La Castra. 

Rocío Pineda, madre de una menor, quien esperó casi un año para tramitar la cédula de su hija, contó a Crónica.Uno que llegó la tarde del lunes para apartar el puesto de la niña para que fuese atendida el día martes. 

“Yo me la traje por si tenía suerte, pero cuando llegué ya habían marcado el último. Mire, son las tres de la tarde y ya tengo a diez por delante y todos nos vamos a quedar, no queda de otra”, dijo.  

Aseguró que, al ser madre soltera, estos menesteres le tocan a ella, ya que no cuenta con nadie que le ayude a hacer la cola. La niña pasaría la noche donde su madrina que vive en los edificios cercanos a las oficinas de identificación, y a eso de las cinco de la mañana se la llevarían. 

Es que si acaso para orinar será que me quite de aquí. Hay mucha gente vivaracha que no le importa colearse”, dijo.

Manuel Pérez, padre de tres, llegó desde la población de El Piñal y estaba de último en la cola. Los funcionarios no le garantizaban si atenderían a sus hijos. 

“Les dije a ver si me atendían. Yo no tengo 40.000 pesos para regresar y 40.000 más para volver, porque eso es lo que me cobran por ir hasta El Piñal. Si no, vamos a ver dónde nos quedamos. Salimos en el primer bus y llegamos a las ocho de la mañana y ya habían marcado a todos”, dijo. 

Llevando sol

Y es que el sol ha sido inclemente con estos pequeños, pues toda esta semana las altas temperaturas diurnas sofocan a los sancristobalenses, quienes aprovechan de hacer sus diligencias en esta semana de flexibilización.

Con carpetas, abrigos y hasta envases de comida, los niños se tapan del astro rey, pues no pueden descuidarse ni un segundo, ya que, de hacerlo, se quedan por fuera. 

Si acaso con el desayuno en la barriga, los niños se impacientan, pues aunque sabían que tramitar la cédula era engorroso, no se imaginaban que pasarían más de ocho horas de pie y aguantando sol, sed y hambre. 

Obstáculos en Barquisimeto

En Barquisimeto la situación no dista mucho de la vivida en el resto del país. El caos se ha apoderado no solo de las oficinas del Saime Lara, sino de cada una de las oficinas del Registro Civil en la entidad. 

Desde horas de la madrugada, cientos de representantes comienzan a hacer las colas para poder hacerse de la partida de nacimiento de sus hijos, requisito obligatorio de presentar para poder obtener el documento de identidad, y el principal obstáculo, ya que se está exigiendo este documento actualizado, lo que implica un doble esfuerzo y preocupación de los representantes.

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En Barquisimeto las colas no solo son en el Saime, sino también en los registros. Foto: Cortesía

La señora Ana Fonseca, habitante de la parroquia El Cují, consideró que atender a los niños en sus centros educativos sería un mejor sistema porque se evitan el traslado, que hasta Barquisimeto se les hace cuesta arriba. Pero no ayuda la situación de las partidas de nacimiento, ya que, por el tema de la pandemia por el COVID-19, el Registro Civil cierra durante las semanas radicales, y en las semanas de flexibilización atienden al público uno o dos días a la semana.

No todas las oficinas de Registro Civil trabajan el mismo día; por ejemplo, la sede de la parroquia Concepción entrega partidas de nacimiento los días miércoles, la sede de la parroquia Catedral trabaja los días martes y jueves, lo que ha ocasionado un retraso en la entrega del único documento válido para expedir la cédula de identidad.

Aseguró la señora Fonseca que el principal problema se ha visto en el Registro Civil de la parroquia Concepción, donde han devuelto a personas por algún error, falta de fecha, numeración de folio y algún otro detalle. Por este problema, los representantes deben esperar 15 días más para acudir nuevamente a solicitar este documento.

“No, bueno, yo te lo tramito, pero eso tenemos que hablarlo cuando tú lo vayas a tramitar, yo te digo”, contó a Crónica.Uno Deisy Álvarez al momento de denunciar la venta de puestos en la cola por parte de gestores, o tramitación bajo cuerda por los mismos funcionarios.  

Aseguró que llegó el día martes para que la atendieran el día miércoles y, como no estaban trabajando, “marcó la cola” y fue a su casa hasta que regresó a la una de la mañana del día jueves. 

Para ella es una injusticia que muchos habían pernoctado desde la noche anterior y casi a mediodía del jueves no le habían entregado el documento de su hija, pero otras personas que habían pagado previamente ya se habían retirado con su partida de nacimiento.


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