La Vela se niega a morir. Sus marinos están decididos a recomenzar la historia con Aruba, Bonaire y Curazao. El próximo encuentro diplomático será el 30 de enero.

Falcón. Casi cuatro años cumple un cierre de frontera “que nos estropeó la vida a nosotros”, dice Elis Quiñónez, marino y vicepresidente de la Fundación Barquitos de Venezuela, organización que agrupa a 500 marinos del estado Falcón.

El gobierno de Nicolás Maduro cerró en 2019 las fronteras con las llamadas “islas ABC” (Aruba, Bonaire y Curazao) por la juramentación del opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

Pese a que nunca llegó la ayuda humanitaria, el anuncio del 19 de febrero de 2019 dejó una huella de dolor, pobreza y declive económico en los más de 29.000 habitantes y en los 300 negocios cerrados.

También provocó una estampida de migrantes que buscaban evitar el hambre y el colapso sanitario ante la pandemia, muchos han muerto en el camino. Otros han desaparecido en viajes clandestinos y otros huyeron por el Darién.

No sabe con precisión cuántos marinos han emigrado, pero familias completas ya no se ven por las calles veleñas, asegura Antonio García, capitán de la embarcación polivalente Osmangela.

Al menos 20 embarcaciones, entre frutales y polivalentes, están operativas para navegar al abrirse las fronteras. Foto: Joanne López

Más de una treintena de sus compañeros están fuera del país esperando la apertura de las fronteras para volver. Quizás el número sea mayor, pero no hay estadísticas.

El primer cierre fronterizo entre Venezuela y Países Bajos se produjo en enero de 2018 y en cinco meses se retomaron las actividades económicas de intercambio, mencionó.

García ha surcado las aguas caribeñas por 30 años. Recuerda que podía ganar entre 2000 y 3000 dólares cada dos meses, tiempo en que se quedaban en el Floating Market de Curazao. “Descansábamos un mes sin problemas”. Los viajes eran hasta cuatro veces por año.

Parálisis casi letal

Al caminar por las riberas de La Vela se observan lanchas en estado deplorable, casas casi en ruinas, marinos vendiendo pescado y quienes con mirada perdida contemplan el horizonte.

Leonardo Flores es uno de esos veleños golpeados por el cierre de frontera:

Imagínese, podía ganar hasta 60 dólares diarios llevando cestas de frutas desde tierra firme hasta las lanchas”.

Leo, como lo conocen, es caletero y solía cargar entre 40 y 50 cajas diarias: “Era un desgaste, pero a mi familia nada le faltaba”.

Ahora se dedica a la pesca con redes remendadas. Junto con otros pescadores recorre entre 30 a 40 km mar adentro por faena, dos veces por semana, porque la escasez de gasolina es un obstáculo en su nuevo oficio.

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Muchos marinos migraron a la pesca artesanal y se concentran en muelle para arreglar redes. Algunos han sido capitanes, como Rafael Vargas. Foto: Joanne López

Antes le entregaban 180 litros de combustible, ahora solo recibe 120, que alcanzan para un viaje.

Leo concluye que la vida ha sido dura estos cuatro años. “Todo se paralizó”, comentó a Crónica.Uno.

El vicepresidente de Fedecámaras, Adán Celis, lo reconoce: “La Vela ha sufrido una caída muy importante en el aspecto económico”.

¿Abrirán la frontera?

La primera cumbre de empresarios venezolanos con sus pares en Aruba y Curazao incrementa la expectativa en el sector servicios de una apertura de las fronteras con Países Bajos. Pero hay que mejorar las condiciones de los puertos, explicó Celis, pues en Curazao están desmantelados. 

La situación es similar en Venezuela. En Colina, por ejemplo, está ubicado el puerto internacional Muaco, desde donde se hacían los zarpes hasta 2017 cuando presentó fractura en la plataforma. Lleva cinco años inhabilitado.

De reactivarse el comercio binacional se continuarán las labores desde el muelle artesanal de La Vela. Situación similar presenta Tucacas en la costa oriental de Falcón.

cierre de fronteras islas ABC
Empresariado de Venezuela, Aruba y Curazao discuten alternativas para lograr que el espacio aéreo abra y el mar se achique para el reinicio del intercambio agrícola, frutícola y de construcción.

Otro aspecto técnico, esbozó Celis, es la actualización de documentos para barcos y el visado para marinos. Así como los factores arancelarios, detalló en entrevista con una televisora de las islas.

Caracas ha tenido acercamientos con Países Bajos para retomar relaciones luego de tres años de ruptura y cierre de las fronteras.

Después de 15 años que no anclaba un crucero en Venezuela, el Amadea fue el primero en hacerlo desde Europa hacia el puerto internacional de Margarita; de allí partió a Bonaire y Aruba. 

El 9 de enero un avión de carga modelo ATR42 perteneciente a DHL Venezuela salió de Maiquetía con destino al Aeropuerto Reina Beatriz de Aruba.

El representante de la Cámara de Comercio de La Vela, Juan Gotopo, dijo a Crónica Uno que si esto se extrapola a las islas Aruba y Curazao, oxigenará la economía del estado Falcón. Tras el cierre, centenares de comercios en la zona bajaron las santamarías y se perdieron unos 3000 empleos directos. 15.000 personas resultaron afectadas directamente, con una depreciación económica del 70 %.

Con el restablecimiento de las relaciones comerciales “se prevé entre 200 a 300 millones de dólares de intercambio comercial entre las islas ABC y Venezuela”, dijo Celis en entrevista para Unión Radio.

El 9 de enero el gobierno de Países Bajos hablaría con Venezuela sobre la reapertura de las fronteras, pero las conversaciones se aplazaron, informó el Ministerio de Asuntos Generales de Curazao. La nueva fecha propuesta es en la semana del 30 de enero.

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