La CIDH consideró en 2020 que un grupo de pacientes con cáncer mama en Venezuela se encontraba en “una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos”, luego de valorar la solicitud presentada por varias ONG venezolanas

Caracas. Aún estoy a la espera de que el gobierno me contacte. En esa espera tuve una recaída, aseguró María Alejandra Díaz, quien tiene un diagnóstico de cáncer de mama, por el cual forma parte de las 12 mujeres venezolanas beneficiadas de las medidas cautelares que otorgó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hace exactamente un año.

Actualmente estoy padeciendo de cáncer de hígado, cáncer de pulmón y cáncer en los huesos, añadió Díaz durante una rueda de prensa que ofrecieron este lunes 18 de octubre varias organización no gubernamentales, como el Centro de Justicia y Paz, Funcamama, SenosAyuda y Acción Solidaria, para hablar sobre el deterioro de la salud de este grupo de pacientes y cómo están funcionando los servicios oncológicos dentro del sistema público de salud venezolano.

Esto ha sido sumamente difícil, hemos tenido que vender cosas para conseguir los medicamentos. Para nadie es un secreto que el sistema de salud en Venezuela está muy deteriorado. Si tú quieres luchar por tu vida, o como en mi caso, quieres ver a tus hijos crecer, tenemos que buscar opciones, comentó Díaz, de 45 años de edad, mientras relataba su testimonio vía Zoom.

La CIDH consideró en 2020 que un grupo de pacientes con cáncer mama en Venezuela se encontraba en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos, luego de valorar la solicitud presentada por varias ONG venezolanas que planteaba todo el contexto de escasez y desabastecimiento de medicamentos, insumos, material y tratamiento médico en Venezuela.

Las beneficiarias no estarían recibiendo el tratamiento médico prescrito correspondiente por parte del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) por períodos prolongados, a pesar de haberlo recibido previamente, indicó la CIDH en 2020.

Otra de las beneficiarias de las medidas cautelares que relató su situación fue María Zambrano, quien padece un cáncer de mama triple negativo, un tipo del que no hay acceso a tratamientos en Venezuela y, sobre el cual, una investigación de Funcamama —con 4200 mujeres— logró demostrar que es muy frecuente en las mujeres venezolanas, sobre todo en edades tempranas.

Este cáncer de mama es bastante fuerte. Tengo que seguir luchando. En Venezuela la situación es muy difícil. Por favor, traigan ayuda, tengan más humanidad con nosotras por lo que estamos pasando, solicitó Zambrano, quien estuvo acompañada de su hermana Damelis. Ella en particular habló sobre lo difícil que ha sido como familia costear los gastos médicos de su hermana, al punto de tener que organizar rifas y solicitar ayuda a otros familiares y amigos en el exterior.

Foto: Gleybert Asencio
No hay mantenimiento de equipos

Específicamente este 19 de octubre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, como parte de una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud. Luisa Rodríguez Táriba, presidenta de Funcamama, detalló que en Venezuela se calcula que la crisis del sistema público afecta directamente a 8,9 millones de personas con condiciones de salud crónicas, y son los pacientes con cáncer uno de los grupos más vulnerables.

La falta de mantenimiento de los equipos y el incumplimiento de los pagos, por parte del Ministerio de Salud, ha traído como consecuencia el cierre de 22 unidades de radioterapia en los últimos cinco años. Estas unidades estaban dispuestas para atender 31 tipos de cáncer, incluyendo cáncer de mama y cuello uterino, detalló Táriba.

Al respecto, la Alianza Venezolana para la Salud estima que los centros oncológicos no garantizan quimioterapia a un promedio de 140.000 personas con cáncer en el país. Además, asegura que las cirugías han disminuido un 80 %.

Tampoco se cuenta con mamógrafos, ecógrafos, resonadores, tomógrafos. No hay realización de estudios de diagnóstico y seguimiento. El acceso a tratamientos y medicamentos de personas con cáncer de mama continúa dependiendo de la capacidad (económica) de cada familia, para poder costearlos, mínimo se necesitan 2500 dólares, añadió Táriba.

Enrique López-Loyo, vicepresidente de la Sociedad Venezolana de Mastología y presidente de la Academia Nacional de Medicina, estimó que desde aproximadamente hace siete años el sistema de obtención de terapias radiantes, en el caso de cáncer mama, ha disminuido de manera progresiva hasta prácticamente desaparecer del sistema de salud pública.

Solamente uno, y a la postre un segundo centro, está en capacidad de dar radioterapia a casos de cáncer de mama. Las terapias oncológicas de alto costo desaparecieron en su totalidad entre la frontera de 2013 y 2014. Existen solo en privado a un altísimo costo, explicó López-Loyo.

Sobre las unidades de radioterapia activas en el país, Táriba aseguró que solo las unidades de los centros médicos oncológicos Padre Machado y Luis Razetti, en Caracas, están recibiendo pacientes, pero con largas listas de espera de hasta seis meses para ser atendido por primera vez.

López-Loyo también recordó que la necesidad de tener acceso a mamografías es imperativo, sobre todo para los diagnósticos tempranos. La Sociedad Venezolana de Mastología indica que una primera mamografía se debe practicar entre los 35 y 40 años de edad. Sin embargo, López-Loyo aclaró que existen diagnósticos precoces en mujeres de mucho menos edad.

El año pasado me correspondió hacer un diagnóstico en una niña de 20 años, añadió el especialista.

A toda la situación adversa que afrontan los pacientes con enfermedades crónicas en el país también se une los bajos salarios y las condiciones laborales precarias: falta de insumos y medicamentos que enfrenta el personal de salud en la actualidad, incluyendo recientemente la carencia de elementos de bioseguridad para enfrentar la pandemia por COVID-19.

Esto ha generado, denunció Táriba, un éxodo y ausentismo laboral por parte del personal dentro de los servicios oncológicos del sistema de salud pública, como falta de mastólogos y médicos especialistas, por lo que los pacientes tienen que acudir a la atención privada.

Foto: Gleybert Asencio
¿Qué ha pasado con las 12 beneficiarias de las medidas cautelares?

Táriba relató que, desde Funcamama, tienen conocimiento del fallecimiento de una de las beneficiarias de las medidas cautelares otorgadas el 14 de octubre de 2020 por la CIDH. Les puedo decir que una de ellas ya no nos acompaña porque se quedó sin tener capacidad de atención y falleció esperando.

Otra de las beneficiarias, comentó Táriba, se encuentra actualmente hospitalizada por complicaciones de salud relacionadas con la recolección de agua potable ante la falta de suministro continuo, otra problemática que ha surgido debido a la crisis de los últimos años, la cual también incluye el deterioro de los servicios básicos en todo el país.

Tiene metástasis en la cadera y está en cama, sin movilidad. Una de las cosas que le pasó es que se le terminó de fracturar la cadera. Por falta de acceso al servicio de agua potable. Ella tenía que caminar tres cuadras con envases de agua para poder cubrir las necesidades de aseo del hogar y de ella misma, relató Táriba.

Hay una historia de migración dentro de las beneficiarias. Una de ellas, cuya profesión es la enfermería, optó por solicitar empleo en Alemania, pero en el papeleo ocultó su estado de salud, todo esto con la finalidad de encontrar en ese país la atención médica que no tuvo en Venezuela.

Hoy en día tenemos a esta beneficiaria en Alemania sin atención médica, sin empleo y sin querer manifestar a su familia lo que está sucediendo, por lo que estamos tratando de ubicarla para tratar de llevarla a España y allí reciba algún tipo de ayuda dentro de la comunidad venezolana, expresó Táriba.

Nunca supieron qué pasó con otras dos beneficiarias. No podemos saber si salieron del país o si su condición de salud se agravó, relató Nancy Cardozo, gerente de SenosAyuda, quien también añadió que otra de ellas sufrió una segunda mastectomía, y que este momento está enfrentando una posible metástasis.

Foto: Gleybert Asencio
Peticiones al Estado Venezolano

Natasha Saturno, vocera de Acción Solidaria, en nombre de todas las organizaciones que formaron parte de la petición elaborada en 2020 para ser entregar a la CIDH, solicitaron al Estado venezolano el cumplimiento de lo estipulado en la resolución 68/2020:

  • La adopción de medidas necesarias para proteger los derechos a la salud, la vida y la integridad física de las beneficiarias, posibilitando el acceso a tratamiento médico adecuado, incluyendo sus medicamentos y exámenes diagnósticos o especializados que requieran.
  • Que ofrezcan información actualizada a la CIDH sobre las medidas adoptadas respecto a la resolución.
  • El reconocimiento de la gravedad de la emergencia humanitaria compleja que enfrenta Venezuela, y la afectación especial que tienen las personas con condiciones de salud crónicas, especialmente las personas con problemas oncológicos
  • La reestructuración del Programa Nacional de Oncología para que brinden tratamiento médico adecuado y oportuno, exámenes especializados y atención de calidad.
  • Que incida para que en el Programa de Respuesta Humanitaria incluya las condiciones de salud no transmisibles como el cáncer dentro de las necesidades de atención, con un enfoque de género que reconozca el impacto que la emergencia humanitaria tiene en las mujeres venezolanas.
  • La publicación y actualización periódica de las estadísticas sanitarias y epidemiológicas, especialmente las oncológicas que no se publican desde 2014.

Hasta la fecha no existen avances ni ningún tipo de comunicación con las beneficiarias ni con los peticionarios. Ha pasado un año sin información ni medidas que se hayan tomado en pro de los derechos humanos de estas víctimas, insistió Saturno.


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