Cada vez es más difícil llenar el plato con los diferentes grupos de alimentos en las escuelas. De preparar un almuerzo que contenía croquetas de pescado, papas al vapor con perejil, ensalada rallada y jugo de guayaba, los niños pasaron a consumir arroz con lentejas. El Programa de Alimentación Escolar, lejos de contribuir con la permanencia, prosecución y rendimiento escolar, ha excluido, en tres años, a 352.972 niños. Hoy, 5235 instituciones educativas dejaron de contar con el PAE.

Caracas. La conversación se inicia con una pregunta: ¿Y tú qué estás dando de comida?. A cada respuesta le acompaña un leve apretón de labios, que va a parar en una respiración larga y honda. Son los recetarios de guerra: Hemos dado pasta con onoto. Nosotras mismas compramos bastante aliños y onoto o cubitos, para darle algo de color al plato, se escucha. No hay sorpresa entre ellas por lo que oyen, pero sí lamentos. Porque en sus cocinas escolares también hay ollas en las que solo hierven agua para sancochar pasta o arroz.Esa ración se las mandamos a sus casas, allá que el papá y la mamá resuelvan.

Otra toma la batuta y presenta las arepas de arroz. Las demás escuchan atentas. Arroz, huevo, harina de maíz precocida, agua y sal, enumera. Pero rápidamente comienzan a descartar ingredientes. Pero si no nos despachan huevos, tampoco sal ni harina. Alguien murmura: En ocasiones les pedimos a los padres para que colaboren y completamos el menú.

Quienes dialogan son directoras, coordinadoras o madres cocineras de las instituciones. La conversación transcurre en la Unidad Educativa Nacional Tomás Vicente González, en Caricuao, escuela donde la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (CNAE) realiza el despacho de insumos para el Programa de Alimentación Escolar (PAE) de 47 planteles, ubicados en las parroquias Caricuao y Macarao. De esos, 12 son centros de educación inicial.

El plátano verde, la auyama, las lentejas, la patilla y la naranja, la pasta y el arroz, son los ingredientes de un recetario que se repite lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. En trozos, en crema, en cuadritos o guisaditos.

Ahora y que nos vamos a sentar a discutir qué podemos hacer con ese poquito de alimentos que entrega el PAE. Uno estirando esa carne, reacciona una y mueve la mano como si estuviese sacando tiritas. Ellos son quienes deberían decirnos qué cosas preparar con esos tres o cuatro productos que entregan, esgrime otra. Más bien deberían darnos un premio por todo lo que inventamos para darles comida a esos niños, replica. El Ministerio de Educación les pidió que realicen un recetario para diseñar el menú.

El 21 de junio la CNAE hizo el despacho a los 47 planteles. De una lista de 30 insumos (entre verduras, hortalizas y frutas) entregó siete: auyama, ñame, plátano verde, ají dulce, cebolla, naranja y patilla. De rubros sensibles, como son denominados en la nota de entrega, despacharon aceite, arroz, lentejas, pasta y carne -importada de Nicaragua.  No hay desayuno, señores, dijo una maestra al ver lo que descargan del camión.

Carmen Victoria Inojosa
Nota de entrega de los rubros que reciben los planteles.

Desde 2011 los proveedores del PAE son Mercal, Pdval y Ceval. Pero, en 2014, con la creación del CNAE, el Ministerio de Educación gestiona desde ese organismo la entrega de alimentos. Para entonces Maduro dijo que sería para mejorar la administración y desarrollo del programa. Tres años después, con motivo del Día de la juventud, afirmaba: El PAE quedó herido de guerra en el año 2016… Tenemos que recuperar el PAE para todas las escuelas, todos los liceos. Yo voy a poner los recursos y el esfuerzo.

Maduro sabe que los niños se desmayan por hambre en las escuelas. Unos días antes de esa alocución, Dulbi Tabarquino, una estudiante del Colegio Benito Canónico, se lo dijo en televisión nacional. La institución tenía dos años sin el PAE.

En tres años, 352.972 niños fueron excluidos del PAE: La memoria y cuenta de 2013 del Ministerio de Educación refiere que el PAE alcanzó a asisitir a 4.352.972 personas. Hoy, el programa llega a cuatro millones en 18.000 planteles, según indicó en el programa Vladimir a la 1, el pasado 12 de junio, el ministro de educación, Elías Jaua. Esta cifra es menor a la reportada hace 10 años, cuando 4.055.135 estudiantes contaba con el programa. No solo niños, también la instituciones fueron desplazadas: En los últimos cinco años 5235 planteles ya no tienen PAE.

Menú de papel

La herida en el PAE se hizo más profunda este año escolar 2017-2018. Lejos de contribuir con la permanencia, prosecución y rendimiento escolar, puso en emergencia y desplazó el Plan General de Menú que diseñó el Instituto Nacional de Nutrición (INN) para el Subsistema Educativo. Crónica.Uno tuvo acceso al documento al cual deben atender Simoncitos y Preescolares, el cual fue entregado a una institución en 2014 y no ha tenido nuevas revisiones.

Desayuno: revoltillo, bollito con margarina y jugo de mango. Almuerzo: croquetas de pescado, papas al vapor con perejil, ensalada rallada y jugo de guayaba. Merienda: arroz con leche. Este es uno de los menús expuestos en la cartelera de un preescolar de Macarao. Cada vez está más lejano de las hornillas.

Durante la penúltima semana de junio los niños de este preescolar solo comieron arroz con lentejas, por lo que la directora decidió despacharlos el viernes a las 11:30 a. m. sin almuerzo: Ya no querían comerse las lentejas, nos las estaban dejando en el plato.

No solo caen en el patio por hambre. Los niños ya presentan cuadros médicos por desnutrición. En ese plantel cada tres meses realizan una jornada de peso y talla con ayuda de un módulo de Barrio Adentro. En abril fue la última evaluación: tres niños se sumaron al grupo de los 11 que tienen bajo peso y se mantienen los tres diagnosticados con anemia desde enero.

Carmen Victoria Inojosa
La carne es importada de Nicaragua.

El monitoreo de Cáritas Venezuela sobre la situación nutricional en menores de cinco años lo viene advirtiendo desde octubre de 2016. El último informe —correspondiente a enero-marzo de 2018— registró que 78 % de los evaluados tenía algún grado de desnutrición o estaba en riesgo de tenerla: 17 % padece desnutrición moderada y severa, 27 % de los niños tiene desnutrición leve y 34 % está en riesgo de desnutrición (han comenzado a deteriorarse). Solo 22 % no tiene déficit nutricional.

Parte del menú escolar aprobado por el Instituto Nacional de Nutrición.

En otro centro de educación inicial, donde los niños deberían tener garantizadas tres ingestas, solo reciben el almuerzo, pues no cuentan con los insumos para la elaboración de desayunos. Los planteles también quedaron durante el año escolar sin lácteos: los menús 7 y 8 contemplan un vaso de chicha de arroz y uno de fororo con leche, respectivamente. O merengada y avena fría para la merienda.

En el transcurso de todo el año escolar solo en cinco oportunidades entregaron carne y pollo. El despacho de insumos se realiza cada 15 días, aunque se puede demorar hasta 20. Esta vez [el 21 de junio] nos dieron seis paquetes de carne, cada uno de dos kilos. En total 12 kilos para 15 días. No es suficiente para 68 niños, se queja una docente de un centro de educación inicial. Pollo a la jardinera, carne en salsa, asado criollo y carne mechada forman parte del plan general del INN.

Carmen Victoria Inojosa
Los insumos despachados son insuficientes para cumplir con el Plan General de Menú que diseñó el Instituto Nacional de Nutrición

La dotación de aceite y margarina también fue irregular. Y ante la falta de harina de maíz, las arepas fueron de ñame y auyama. Así solas, sin nada de relleno. Los padres y representantes colaboraban con “los aliñitos” para sazonar las comidas: en frascos de compotas o bolsitas, los niños llevan sal.

Si les digo a los representantes que deben traerle la comida a los niños porque ya se agotó la nuestra, no los mandan a clases. De una matrícula de 68 niños, terminan asistiendo 28. Siempre hay una semana que nos quedamos sin comida porque no nos alcanza para los 15 días, cuenta la docente.

Así es como el trompo de alimentos, propuesto en 2007 por el INN, ya no baila. Sus franjas de colores que identifican a cinco grupos de alimentos –cereales, granos, tubérculos y plátanos, hortalizas y frutas, lácteos, carnes y huevos, grasas y aceites vegetales, azúcar, miel y papelón–, quedó en blanco en las escuelas.

Mientras tanto, la CNAE presenta “recetas alternativas” en su página web: arepas de arroz sin harina, pasta de zanahoria, pan de yuca, tortas de papa, perros calientes con plátano maduro, entre otras. Las madres cocineras recurren a estas o a videos en Facebook para tratar de llenar un plato que, desde hace aproximadamente cinco años, no es supervisado por el INN. De entregar porciones adecuadas, pasaron a repartir lo poco que tienen entre todos.

Un despacho inhumano

El grupo de WhatsApp de la CNAE envía el plan de despacho a los directivos de las escuelas ubicadas en la parroquia Macarao y Caricuao para el retiro de los alimentos. Están divididos en dos turnos: De 9:00 a. m. a las 12:00 m y de 12:30 p. m. a 2:30 p. m. El 21 de junio, a las 3:00 p. m., el primer grupo todavía no había sido atendido. Pasadas las 9:00 a. m. llegó el camión de hortalizas y frutas, mientras que el de víveres lo hizo a la 1:00 p. m. Ese día la espera fue de ocho horas para recibir 13 artículos.

En la penúltima entrega me llamó la coordinadora del PAE de mi colegio y me dijo: ‘De pana que estoy aquí es por ti. Porque esto es una humillación, es un desastre. No hay organización’. Ese día se había ido a la 1:00 p. m. y eran las 6:00 p. m. y seguía sin despacho, cuenta la directora de un de plantel en la zona. El año pasado debían quedarse durmiendo o irse de madrugada, aun así, salían de noche del centro de acopio.

[irp posts=”102021″ name=”El año escolar cerró con cuadernos en blanco (I)”]

Entre las irregularidades que denuncian, destacan el desconocimiento de la cantidad de artículos que les corresponde de acuerdo con su matrícula. Tampoco tienen la seguridad de poder llevar todos los insumos que despachan.

Si traen carne y se acaba, te la sustituyen por lentejas. Antes, cuando las entregas las hacía Mercal, yo podía estar segura de que los rubros que iban a mi escuela estaban completos. Aquí no, quienes queden de último llevan menos cantidad y variedad, manifiesta una de las directoras.

Carmen Victoria Inojosa

Hasta el año escolar 2016-2017 el Ministerio de Educación envió la orden que detallaba la cantidad de rubros que le correspondía a cada plantel: Ahorita nadie sabe qué le toca, ni qué le van a dar ni cómo se lo van a dar. Quienes despachan son quienes tienen la orden de cada colegio, no nos permiten verla. Eso lo he reclamado, yo quiero ver qué es lo que le toca a mi colegio. En Caricuao hay una escuela bolivariana con una matrícula de 400 estudiantes; sin embargo, la CNAE le entrega alimentos para 220, matrícula de años anteriores.

En diversas ocasiones los directivos se han negado a firmar y colocar el sello a las facturas por no tener seguridad del contenido de ese documento, el cual se queda en manos del proveedor.

En octubre de 2017 los directores de planteles sostuvieron una reunión con el presidente de la CNAE, Eduardo Hurtado. Allí plantearon todas estas irregularidades. Han mejorado en muchas cosas, la modalidad de entrega, que se organizó por grupos. También han sido más consecuentes en el despacho. Pero todavía falta mucho, comentan.

El transporte para el traslado de los alimentos a las escuelas también es una dificultad. En ocasiones no tienen cómo llevarse los insumos o deben pedir colaboración a padres y representantes para pagar el transporte. Ha llegado el día de despacho y están sin vehículo.

El PAE falla en organización y en control. La rendición de cuenta de la comida, la cual deben hacer las escuelas ante el Ministerio de Educación, no se realiza desde hace dos años. Allí debían presentar la orden de entrega y detallar lo consumido.

A lo mejor el ministro pensará que está generando los recursos para que llegue la comida, pero no es real. No se ha hecho una revisión de lo que está pasando y qué es lo que se le está dando a los muchachos. La orden que tenemos es que ninguna escuela puede devolver a un muchacho porque no hay comida. ¿Pero qué comida es la que estamos dando? ¿Es la que requiere? Y con la cantidad de problemas nutricionales que hay, lamenta una docente.

Bajo sospecha

En marzo, el ministro Jaua acudió al Ministerio Público para que se investigue “el desvío de insumos y alimentos del Programa de Alimentación Escolar”. “Hoy formalizamos una averiguación frente al desvío de alimentos para el PAE, una vez que son distribuidos para escuelas y centros de acopio”, dijo. En 2013 la Contraloría General de la República publicó un informe sobre el PAE tras inspeccionar 42 escuelas en Distrito Capital y las fiscalizaciones de 2009, 2010 y 2011 en Falcón, Carabobo, Apure, Guárico y Lara. El documento reveló: falta de soportes, facturas, órdenes de compra, notas de entrega, comprobantes, ausencia de control fiscal y registros contables, irregularidades en contrataciones, pagos dobles, retrasos en pagos y opacidad en el manejo de recursos. El cambio de proveedores para hortalizas y frutas es frecuente en la actualidad. La empresa responsable del despacho el 21 de junio fue Comercializadora e Inversiones Hermanos Ramírez. La del 8 de marzo, Congustto Asesores C.A.

Foto: Francisco Bruzco/ Carmen Victoria Inojosa


Participa en la conversación