El Aissami fue el vocero predilecto de los intentos del Gobierno por disminuir, sin éxito, la inflación mediante controles de precios. Al exministro también se le encargó, en 2020, liderar la reestructuración de Pdvsa, donde fue parte de la búsqueda de vías alternas y opacas para vender petróleo.

Caracas. La política económica del gobierno de Nicolás Maduro en los últimos cinco años tuvo en Tareck El Aissami una de sus caras más visibles, como vicepresidente sectorial de Economía, ministro de Industrias y, hasta este 20 de marzo, ministro de Petróleo. 

En más de 20 años de chavismo, El Aissami ocupó tanto cargos de libre remoción como de elección popular, al pasar por diputado, gobernador y ministro de varias carteras.

Pero en los últimos cinco años, el exministro de Petróleo fue ficha clave de la política económica de Maduro en los últimos intentos por mantener las ideas socialistas de su predecesor, Hugo Chávez, y al dar los primeros pasos de la “liberalización parcial” de la economía que persiste hasta hoy. 

La creación del petro

En medio de las primeras sanciones contra funcionarios oficialistas, el gobierno de Maduro anunció la creación del petro y de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), cuyo expresidente, Joselit Ramírez, fue detenido recientemente por presuntos hechos de corrupción.

Desde su creación, la Sunacrip estuvo ligada directamente a El Aissami al adscribirse, primero, a la Vicepresidencia Ejecutiva, luego al Ministerio de Industrias y al final a la Vicepresidencia Sectorial de Economía, siempre en sintonía con los cambios de puesto del exministro. 

Foto: Cortesía

Semanas después de que El Aissami anunciara la “preventa” de 34,8 millones de petros, el gobierno de Estados Unidos (EE. UU.) alertó que Venezuela intentaba eludir las sanciones a través de la moneda virtual y prohibió cualquier tipo de operación que vinculara a su sistema financiero con el petro

Su papel en el control de cambio y precios

Durante su paso por la vicepresidencia ejecutiva, El Aissami fue el vocero predilecto de los intentos del Gobierno por disminuir, sin éxito, la inflación mediante controles de precios. 

En septiembre de 2017, un mes antes de que Venezuela entrara en hiperinflación, Maduro ordenó la implementación del “Plan 50” para fijar precios “máximos y acordados” de 50 bienes y servicios. Su ejecución, así como la dirección de las fiscalizaciones, recayó en El Aissami.

La inflación, sin embargo, siguió su curso y se agravó el desabastecimiento. En junio de 2018, El Aissami fue nombrado vicepresidente sectorial de Economía y ministro de Industrias y su primera aparición con el cargo fue al instalar una “comisión de asesores” que presentarían sugerencias para la “recuperación” de la economía. 

Sin resolver el tema cambiario es imposible solventar la fijación de precios, que es el mayor problema que padece nuestro pueblo, queremos que nos digan qué tenemos que hacer, dijo en esa oportunidad.

El Aissami también estuvo detrás de la reactivación del sistema de tipo de cambio complementario (Dicom), en enero de 2018, tras cinco meses de paralización y esta vez con participación del sector privado. 

La falta de divisas llevó al traste esa idea y en agosto se acordó derogar la ley de ilícitos cambiarios. Sin resultados en cuanto a precios y abastecimiento, el Gobierno se vio obligado a dejar a un lado los controles y bajó el tono del discurso al insistir en que las listas que se publicaban eran de precios “acordados” con las empresas.

De la reestructuración de Pdvsa a la crisis del combustible

La caída en la producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) llevó a Nicolás Maduro, en febrero de 2020, a declarar en “emergencia energética” a la industria petrolera y designar a Tareck El Aissami como presidente de una comisión con “poderes incontestables” para reestructurar la estatal.

El deterioro de Pdvsa por presuntos hechos de corrupción y falta de inversión, sumado a los efectos de las sanciones estadounidenses impuestas en 2019, comprometieron su operatividad y producción. La reestructuración de Pdvsa profundizó la búsqueda de vías alternas para vender el petróleo venezolano y sortear el cerco estadounidense, en las que se presume que El Aissami jugó un papel clave.

No acepto más excusas, producimos o producimos. Venezuela tiene que ser una potencia petrolera mundial”, dijo Maduro cuando ordenó la reestructuración de la estatal.

El AissamiLa caída de la producción se tradujo, también, en una escasez de combustible sin precedentes que se juntó con la cuarentena por COVID-19 y que, actualmente, aún se siente en las regiones. En abril de 2020, Maduro designó a El Aissami como ministro de Petróleo.

Al frente de la cartera petrolera, Tareck El Aissami estuvo al frente del nuevo plan de distribución de combustible bajo las modalidades subsidiada y a precio internacional. El exministro también dirigió la implementación del sistema biopago (creado por la Sunacrip en 2019) para controlar el abastecimiento y enlazar todo con el sistema Patria.

El paso de El Aissami por el Ministerio de Petróleo, además, concluye con la promesa incumplida de elevar la producción petrolera a hasta dos millones de barriles, meta que parece lejana dado el estado de la industria y la baja disposición gubernamental a abrirla a la inversión privada.

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