Esta semana los zulianos han registrado más de 50 fluctuaciones eléctricas, esto significa tres o cuatro por día. Mientras la Corporación Eléctrica Nacional ofrece a los zulianos el Plan Borrón y Cuenta Nueva los expertos aseguran que el estado es el más vulnerable del sistema interconectado.
Maracaibo. Nelly está cansada, casi no duerme y no puede trabajar porque a cada rato tiene que correr a apagar todo. Dice que lo que más le molesta es que su hijo, de apenas dos años de edad, llora casi todo el día por el calor abrasador que esta época del año se siente en Maracaibo. Le da miedo prender su único aire acondicionado porque un bajón le dañó el otro, le siguió la nevera, dos ventiladores y el microondas.
En la última semana el estado Zulia ha registrado más de 50 fluctuaciones eléctricas, subidas de voltaje que se llevan cuanto aparato esté conectado, pero también hay cortes no programados de hasta seis horas o días, si la avería es mayor.
Los zulianos aprendimos a vivir apagados”, dice Nelly Fuenmayor, una madre comerciante del oeste de Maracaibo.
El Comité de Afectados por Apagones informó que en Venezuela se registraron 3296 fallas eléctricas solo en enero de 2023, esta cifra representa un aumento de 16 % en comparación con el año 2022 cuando la cifra alcanzó los 2839 cortes eléctricos.
Sin embargo, la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) anunció el Plan Borrón y Cuenta Nueva en el occidente venezolano para que los usuarios se pusieran al día con el pago del servicio con una tarifa única de 400 bolívares. Luego de 90 días de vigencia, Corpoelec reveló que en esta primera fase se abrieron 259.087 nuevos contratos con un registro de 223.215 usuarios hasta el 4 de febrero.
Gladys Urdaneta, de 70 años, lo intentó. “Dejé de comprar la pastilla de la tensión y solo agarraba 50 bolívares de la pensión para comprar arroz y verdura, vos sabéis, para ir reuniendo. Al final no pagué porque me faltaban 80 bolívares para completar los 400, me quedé por fuera”.
Cuenta que sintió mucha angustia porque sabía que en cualquier momento le cortaban la luz, así que decidió prepararse para vivir sin electricidad, le pidió una cava a un vecino para guardar la comida y puso la cama en la sala. A los pocos días sintió alivio, Corpoelec dio una prórroga hasta el 6 de marzo, pero Gladys no contaba con que el pago aumentaría a mil bolívares.
Me puse a llorar porque no tengo para pagar semejante cifra, además me da rabia porque igual casi nunca tengo luz, que vengan y la corten porque no puedo hacer más nada”, dijo.
De acuerdo con el Comité de Afectados por Apagones, Zulia lidera la lista de regiones más afectadas por fallas eléctricas en el país, le siguen Mérida, Guárico, Miranda y Lara.
Electricidad del Zulia está guindando
Adolfo Velázquez, ingeniero eléctrico, explicó que de 11 plantas termoeléctricas que hay en el Zulia, solo una trabaja. “De todos esos puntos solo sirve una perna que viene de Tablazo a Cuatricentenario, la que viene del Guri de 400.000 voltios. Nuestro sistema eléctrico está bastante fallo, estamos funcionando con menos del 50 % de generación”, explicó.
En relación con las fluctuaciones eléctricas especificó: “Hay circuitos que están transferidos de una subestación a otra porque hay transformadores de potencia quemados. Al tener un sistema tan endeble, tenemos inestabilidad”.
Según el especialista, el estado petrolero tenía hasta 2010 un sistema de distribución de 24.000 voltios. “Termo Zulia está generando de 600 a 900 megavatios, no más. Contando la energía que recibimos del Guri, podría decir que recibimos unos 1400 megavatios, esto gracias a la perna aérea del sistema de interconexión, porque la sublacustre volvió a fallar. Por eso volvemos a caer en el mismo cuadro clínico porque no hay inversión, se repara lo que se va dañando, así van solucionando, al paso. Es un ciclo, un vicio”.
El ingeniero recalcó que los zulianos no tienen el servicio eléctrico que merecen y mucho menos por el que se pueda pagar.
Dependemos del Guri
Víctor Poleo, ingeniero eléctrico, explicó que “la electricidad que está recibiendo el Zulia se genera en el Caroní a más de mil kilómetros de distancia: 8 de cada 10 minutos de electricidad que recibe el Zulia vienen del Caroní en líneas de muy alto voltaje. La probabilidad de no poder mantener la estabilidad eléctrica es muy alta porque el Zulia no tiene autogeneración térmica que respalde el sistema interconectado por fallas en el suministro de gas. Hay estimaciones que refieren que de cada 10 megavatios que reclama el Zulia, solo 7 son satisfechos. Hay un déficit de 30 %, de manera que Maracaibo está azotada”, refirió.
Poleo insiste en que las caídas de tensión se deben a “la no muy buena operación del sistema interconectado que está en manos militares que no están preparados para esto y tienden a sobrecargar las líneas. Significa enviar más megavatios de lo que las líneas toleran –7500 megavatios puede enviar el Caroní. El Zulia requiere 400 megavatios–; cuando eso pasa el sistema eléctrico entra en fluctuaciones de voltaje y esto es lo que explica las fallas y caídas de tensión, porque el sistema interconectado tiene su propio sistema de conexión y cuando hay sobrevoltaje se dispara, se deslindan del sistema para protegerse”.
Para Poleo, el sistema eléctrico de Venezuela es vulnerable. “Cualquier pequeño desastre que ocurra en cualquiera de las hidroeléctricas centrales o eventos como la sequía nos pone en jaque”.
Insiste en que por ahora la red eléctrica nacional está sostenida únicamente gracias a los trabajos de ingeniería que Edelca hizo en el siglo pasado. “Estamos dependiendo del azar y la benevolencia de la naturaleza”.
Caracas no está mejor que el Zulia, solo que envían mayor electricidad porque es la sede de los poderes centrales y tal vez para protegerse de protestas, pero no está mejor. Todas las ciudades del norte como Maracaibo, la Costa Oriental del Lago, Barquisimeto, Puerto Cabello, Caracas, los Andes y Oriente dependen del río Caroní.
Para ambos especialistas, no hay solución al drama de los zulianos a corto plazo, al contrario, las fallas eléctricas se han regado por el resto del país como un cáncer que hace metástasis, mientras tanto, en el occidente solo esperan no repetir la pesadilla del apagón nacional de 2019.
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