Elevar producción de Pdvsa depende del diluyente que suministra Irán y posible acuerdo con EE. UU.

patrimonio de pdvsa - producción

Desde septiembre de 2021 Irán y Venezuela mantienen un acuerdo de intercambio de petróleo, que ha beneficiado la producción de Pdvsa. Pero la relación entre ambas naciones se pondrá a prueba en los próximos meses, debido a que mantienen por separado conversaciones con EE. UU. para alcanzar un acuerdo de relajación de sanciones. La economista Pilar Navarro considera que Irán tiene pocos incentivos para abandonar la cooperación con Venezuela.

Caracas. La producción petrolera de Venezuela se recupera, luego de caer a mínimos en 2020, un desempeño provocado por la suma de las sanciones estadounidenses y la baja demanda en el mercado energético a raíz de la pandemia. En 2021 la estatal logró un aumento en la producción de 40 % con ayuda del suministro de diluyente por parte de Irán, en el marco de un acuerdo que suscribieron ambas naciones en septiembre de ese año.

La producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) depende en gran medida del suministro de la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC, la empresa petrolera estatal iraní), que permite que ambos países sancionados por Estados Unidos intercambien petróleo crudo (Venezuela) por condensados ​(Irán).

Un análisis de la economista Pilar Navarro para Medley Global Advisors señala que el acuerdo de intercambio de petróleo, firmado por ambas partes en septiembre de 2021, ha jugado un papel crucial en el aumento de la producción en los últimos meses, ya que proporciona a Pdvsa el diluyente que tanto necesita para mezclar su crudo pesado.

Fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), muestran que la producción petrolera venezolana ascendió a 718.000 barriles de petróleo diarios (bpd) en diciembre de 2021, frente a los 531.000 bpd de agosto, justo antes del intercambio y a los 432.000 barriles de diciembre de 2020.

La cooperación entre Irán y Venezuela se pondrá a prueba en los próximos meses, debido a que ambas naciones mantienen conversaciones por separado con EE. UU. para relajar las sanciones. Por un lado Irán busca retomar un acuerdo nuclear suspendido en 2018 por órdenes de Donald Trump y por el otro, Venezuela aspira a suplir un poco el vacío que deja Rusia en el mercado petrolero a causa de la invasión de ese país a Ucrania, que le ha costado sanciones y el rechazo de la comunidad internacional.

El 5 de marzo el gobierno de Estados Unidos envió una delegación de alto nivel a Caracas para reunirse con Nicolás Maduro y algunos miembros de la oposición. Un encuentro que era impensable un mes antes. Ambos países discuten el levantamiento de las sanciones petroleras a Caracas en el contexto de un aumento en los precios del petróleo debido al conflicto Rusia-Ucrania.

Nicolás Maduro está reevaluando los lazos estrechos con Moscú ya que algunos bancos rusos han sido eliminados de la red financiera Swift desde el comienzo del conflicto, lo que plantea un problema para Venezuela, que trabaja con bancos rusos para eludir sanciones”, se lee en el reporte de Medley Global Advisors.

El 22 de febrero de este año Irán y Venezuela firmaron un memorando de entendimiento al margen de la cumbre del Foro de Países Exportadores de Gas (GECF), en Doha (Qatar). En el memorando Irán acordó ayudar a Venezuela a revisar y renovar su sistema de refinación y plantas de procesamiento de gas. El ministro de Petróleo iraní, Javad Owji, también manifestó el compromiso de Irán de ayudar a Venezuela a desarrollar sus yacimientos de petróleo y gas, además de brindarle transferencias de tecnología y servicios de capacitación.

Si el acuerdo entre EE. UU. y Venezuela falla la producción de Pdvsa podría caer a finales de este año si Irán deja de suministrar diluyente. La producción venezolana podría volver a caer por debajo de 600.000 barriles diarios.

Firmas de análisis macroeconómico mantienen hasta marzo proyecciones desalentadoras para la producción de crudo de Venezuela, incluso por debajo de lo que la nación generó en 2021. FocusEconomics, por ejemplo, estima que para 2022 la producción promedie 670.000 barriles diarios, menos que la que registraron en 2021 (720.000 bpd).

La economista Pilar Navarro considera que Irán otorga un grado de importancia estratégica a su relación con Venezuela, debido a sus intereses geopolíticos compartidos. Además, apunta que cualquier acuerdo entre Irán y EE. UU. no será legalmente vinculante, lo que aumenta el riesgo de que se elimine si una administración estadounidense diferente toma el poder en 2025. “Esto reduce el incentivo para que Irán dañe las relaciones con Venezuela, un aliado mucho más confiable. En tercer lugar, el volumen de condensado que Irán envía a Venezuela es modesto desde un punto de vista económico, alrededor del 10-12 % de la producción total de Irán, un monto relativamente pequeño a pagar para continuar con el acuerdo actual”, dice.

Pero a pesar de lo citado en el párrafo anterior existe una mayor incertidumbre sobre el futuro del acuerdo, ya que Irán se ha acercado poco a poco a obtener el alivio de las sanciones de EE. UU. Si se otorga el alivio, NIOC podría optar por vender su condensado a compradores asiáticos, en lugar de continuar intercambiándolo por crudo venezolano pesado.

A finales de enero y principios de febrero, Venezuela recibió dos envíos de condensado iraní, lo que podría permitir que la producción de Pdvsa vuelva a subir estos meses. No obstante, Navarro indica que las perspectivas para el sector petrolero venezolano están lejos de ser optimistas, dada la escasez de inversión de capital y la gravedad de las actuales dificultades operativas. Incluso si Pdvsa logra un acuerdo con EE. UU. el debilitamiento de la industria por años de corrupción y falta de mantenimiento condicionan el levantamiento de la producción. 

La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) prevé que las interrupciones a gran escala en la producción de petróleo de Rusia genere un shock en el suministro mundial de petróleo. “Estimamos que a partir de abril 3 millones de barriles diarios de la producción de petróleo de Rusia podrían cerrarse a medida que se impongan las sanciones y los compradores eviten las exportaciones”.

La institución también advierte que el aumento de los precios de las materias primas y las sanciones internacionales impuestas a Rusia tras su invasión a Ucrania depriman el crecimiento económico mundial. Los precios del barril de petróleo subieron desde principios de febrero tras el conflicto llegando a superar los 100 dólares. Los precios han vuelto a bajar debido a las preocupaciones económicas, el aumento de los casos de covid en China y a los comerciantes que reducen posiciones debido a la extrema volatilidad del mercado. 

La Unión Europea evalúa aplicar sanciones a las exportaciones petroleras de Rusia. La Agencia Internacional de Energía señala que solo Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos tienen una capacidad adicional sustancial para ayudar de inmediato a compensar el déficit que deja Moscú.

Un levantamiento parcial de las sanciones

Un alivio limitado de las sanciones estadounidenses a Venezuela solo permitiría aumentar la producción en otros 100.000 o 200.000 barriles de petróleo diarios en los próximos seis meses, además de las ganancias que ya ha logrado desde que Irán comenzó a suministrar condensado para usar como diluyente, advierte Navarro. Por ahora la economista apunta que EE. UU. no evalúa devolver a Maduro el control de Citgo, ni levantar por completo las sanciones petroleras, lo que sí ve más inmediato es que este país otorgue un mayor número de licencias especiales a las empresas estadounidenses que operan en Venezuela.

Incluso con un suministro constante de condensado iraní y los altos precios del petróleo, las cosas podrían ser difíciles para Pdvsa. La empresa lucha con problemas de calidad que han llevado a que algunos cargamentos sean rechazados por los compradores, además de las malas condiciones de la mayoría de las instalaciones petroleras de Venezuela y sanciones a los bancos rusos, señala el documento.

La especialista también prevé que la producción de este año seguirá estando un 19 % por debajo de su nivel de 2019 (antes de la pandemia) y un 73 % por debajo de su nivel de 2013 antes de la depresión económica del país.


Participa en la conversación