En Anzoátegui
el gobierno dejó
el desarrollo infraestructural
a medio camino

Las promesas gubernamentales apuntaban a un plan de desarrollo de infraestructura de alto impacto que permitiría el progreso de la entidad en áreas que van desde la salud hasta el deporte. 20 años después del inicio de esas obras, muchas no se ejecutaron, unas apenas se comenzaron y otras se inauguraron a media capacidad y lejos de lo prometido.

José Alberto camacho

Barcelona. En los últimos 20 años una serie de obras se planificaron para incentivar el desarrollo de Anzoátegui en diversas áreas que van desde lo deportivo hasta la salud. Sin embargo, una buena cantidad quedaron a medio terminar, otras fueron inauguradas a media capacidad y en algunos casos solo se levantaron los cimientos. 

Un hospital que vendría a descongestionar el vetusto hospital Luis Razetti, un complejo de piscinas olímpicas, un desarrollo urbano-turístico que se perfilaba como “el más grande de Latinoamérica”, un nuevo mercado municipal, una nueva autopista, un sistema de transporte que fue vendido como “la gran solución para la ciudad”, es el conjunto de obras sin concluir que los anzoatiguenses observan a diario en la llamada zona norte de la entidad. 

En medio de la pandemia de COVID-19 que en la entidad, hasta el 22 de febrero había dejado 1984 contagios y 32 muertes, para los anzoatiguenses el punto de honor se centra en la paralización desde 2018 del hospital de Guanta, adscrito al IVSS. Ese soplo de modernidad sería el primer hospital construido en Anzoátegui en más de 50 años y hoy es consumido por el salitre y la maleza. 

El refrán popular reza que una imagen vale más que mil palabras, en Crónica.Uno realizamos un recorrido por varias de estas obras que en la actualidad forman parte de la visual de un área urbana que clama atención por parte de las autoridades.

 

Hospital del Instituto Venezolano
de los Seguros Sociales
de Guanta

Es un punto de honor, no solo para quienes habitan en el municipio Guanta, sino para buena parte de Anzoátegui y el oriente venezolano. Promocionado con bombos y platillos e  incontables pases de transmisión televisiva con Nicolás Maduro para mostrar los avances en su construcción, este soplo de modernidad que comprendía obras alternas y, lo más importante, el descongestionamiento de los hospitales Luis Razetti y César Rodríguez (Guaraguao), hoy sucumbe frente al abandono y nadie ha sido acusado por la paralización de la obra, tan necesaria para afrontar la pandemia. 

Presupuestada en su oportunidad en 2440 millones de bolívares, (567 millones de dólares en 2012 bajo el sistema preferencial Cadivi), las 294 camas con las que contaría, 12 de terapia neonatal, 6 de terapia intensiva, junto a sus 10 quirófanos, sala de partos, rayos X, cardiología, sala de tomografía y mamografía, unidad de hemodinamia, morgue, crematorio, banco de sangre y el punto fuerte: la primera unidad de caumatología del oriente del país, espacios que significaban una importante añadidura al alicaído sistema sanitario de la entidad. 

Nuevo Mercado Municipal
de Puerto La Cruz

Fue unas de las primeras menciones de modernidad y cambio de estructuras en Anzoátegui. En 2001, bajo el convenio de Fides y LAAE, el entonces alcalde Nelson Moreno anunció la construcción de un nuevo mercado municipal para la ciudad de Puerto La Cruz y así cerrar el ya colapsado recinto que por más de 40 años ha funcionado entre las calles Dividive y Paseo Miranda de la ciudad.

A un costo de 4.000 millones de bolívares, que representaban algo más de 5,7 millones de dólares para 2001, el nuevo mercado municipal de Puerto La Cruz se convirtió un punto de honor para el que también fungió como gobernador de Anzoátegui, de este punto de honor solo se edificaron las bases, pero hasta allí llegó la obra y las autoridades nunca explicaron el porqué de su paralización. 

En 2013, con la llegada de Magglio Ordóñez a la Alcaldía de Puerto La Cruz, este prometió reconducir el proyecto y construir un auditorio, proyecto que nunca se concretó y el espacio hoy es guarida de delincuentes, hábitat de indigentes y en la temporada de béisbol profesional sirve de estacionamiento para el estadio Alfonso Chico Carrasquel de Puerto La Cruz. 

Terminal Metropolitano de pasajeros José Antonio Anzoátegui
en Barcelona

Con la edificación de esta obra se pretendía incentivar el turismo y hacer que todo aquel que llegase a Barcelona lo hiciera en una infraestructura de primer mundo. Ese propósito quedó en promesas y hoy los pocos viajeros que van a la capital de Anzoátegui tienen que quedarse en una parada improvisada frente a la estación central del Cuerpo de Bomberos de la entidad, ubicada a escasos 100 metros de la obra y a expensas de los delincuentes de la zona. 

Al igual que el Hospital de Guanta, esta obra fue promocionada con bombos y platillos. En 2014, cuando se proyectó y comenzaron los trabajos, el alcalde Guillermo Martínez la catalogó como “parte del renacimiento de Barcelona”. Hoy, es un esqueleto de hierro enclavado en 100.000 m2, de 25 millones de bolívares pagados en su totalidad (casi 4,0 millones de dólares según el tipo de cambio Cencoex II, usado por el gobierno para bienes esenciales de Bs. 6,30 por dólar para el momento) y símbolo de peligro para las comunidades de Portugal Arriba y Guamachito, adyacentes a la infraestructura, por ser escondite de delincuentes que aprovechan su abandono. 

Complejo Turístico de Caicara “Barcelona Caribe”

 

3946 hectáreas de terrenos del llamado “lomito de Nueva Barcelona”, representan el área de construcción del proyecto turístico-habitacional “Barcelona Caribe”, el más grande de Latinoamérica según sus proyectistas. El mismo comprendía replicar a los canales del Complejo Turístico El Morro de Lechería, pero con el añadido de un hospital, un hotel cinco estrellas, marina, un domo para conciertos y posible sede del equipo de baloncesto profesional Marinos de Anzoátegui, y un desarrollo de varios conjuntos residenciales para la clase media. 

En 2017, el alcalde Guillermo Martínez y su secretario de gobierno Zelim Avendaño, indicaron que por el desarrollo del área la ciudad había recibido 30.000 millones de bolívares gracias al acuerdo de 25 proyectos a desarrollarse en el lote, que, supuestamente, fueron invertidos en obras que no especificaron. No obstante, una investigación parlamentaria, encabezada por el exdiputado Richard Arteaga, indicó que el proyecto servía para una operación de lavado de dinero y los beneficiarios eran Martínez, Avendaño y Luis Medrano, antiguo operador de la empresa Kamacuto, adscrita a la Alcaldía de Barcelona y encargada de encabezar el proyecto y distribuir los lotes de terreno. 

El proyecto, presentado a Nicolás Maduro en 2015, sería la joya de la corona de la expansión de la ciudad de Barcelona, sus promotores indicaron que le devolvería a la capital su cara al mar y sería una imagen imponente para quienes llegaran a Barcelona en avión, dado que el aeropuerto José Antonio Anzoátegui es prácticamente vecino de la obra. 

 

Tres años después de la puesta en marcha del megaproyecto (2020), lo único que se hizo fue abrir una especie de canal, colocar la viga fundacional de un puente que nunca se construyó y el resto es un lote baldío de terreno.

Gran “Plaza Libertador Simón Bolívar” de Barcelona

Nuevamente, el exalcalde Guillermo Martínez sale a la palestra con la promesa de hacer una “gran plaza” al final de la avenida 5 de Julio de Barcelona, que pretendía unir las plazas Bolívar, Cayaurima y Freites con los jardines de la Gobernación de Anzoátegui.

Su ejecución significaba el reordenamiento de gran parte del centro de Barcelona, porque la unión de las plazas implicaba el desvío del tráfico, acometida de servicios, una obra de alto impacto. Del proyecto no se conoce el costo. En su período como alcalde, el ahora protector de Anzoátegui, Luis José Marcano, levantó una losa de cemento muy lejos del proyecto anunciado por Martínez. 

Previo a la gran Plaza Libertador Simón Bolívar, José Pérez Fernández, primer alcalde de la era oficialista en la capital de Anzoátegui, en su segundo período iniciado en 2004, demolió una plaza ubicada en la zona y prometió la construcción de un teatro. Hoy en el lugar hay un planchón de cemento que bautizaron como plaza. 

Proyecto

Estadio Olímpico de fútbol
y complejo de piscinas 

Con la designación de Anzoátegui como una de las sedes para jugar la Copa América Venezuela 2007, el entonces gobernador de la entidad, Tarek William Saab, prometió remodelar el estadio de fútbol del complejo deportivo Luis Ramos. El proyecto original concibió una obra que generaría los recursos para su mantenimiento y depender poco del estado para tal fin, al contemplar la edificación de un centro comercial, a la par de espacios para la Universidad del Deporte, un edificio de oficinas para asociaciones deportivas y el Instituto de Deportes estadal.

100.000 millones de bolívares (46,5 millones de dólares según el tipo de cambio establecido por el sistema Cadivi de Bs. 2150 por $) se destinaron para tal emprendimiento. Sin embargo, pese a que el estadio albergó los juegos pautados de la Copa América, solo quedó apto para jugar fútbol, el resto de lo prometido aún es una deuda que está lejos de saldarse.

Y el centro empezó con el pie izquierdo, se inauguró sin el techo, el cual, según los arquitectos, era una lona que arropaba de punta a punta un arco de metal. Esa lona nunca se instaló y en su lugar se dispuso un techo de acerolit que no tiene sentido en semejante estructura. El edificio de ocho niveles para oficinas tampoco de construyó, el centro comercial no existe, ni la sede de la Universidad del Deporte. La pista de atletismo tampoco se instaló, los alrededores aún tienen escombros de la época.

Pese a esa deuda, al momento de recibir los juegos una pancarta enorme fue desplegada en un terreno adyacente al recinto, con una fotografía enorme de Tarek William Saab anunciaba, sin especificar los costos, la edificación de un complejo de piscinas olímpicas y un auditorio para conferencias. De ello solo quedaron unas bases que apenas logran divisarse porque las oculta la maleza.

piscinas

Sistema de Buses de Tránsito Rápido BTR Cacique Cayaurima 

El 18 de noviembre de 2015, Nicolás Maduro recorrió los 17,5 kilómetros de vialidad en los que los autobuses del sistema de Buses de Transporte Rápido (BTR) Cacique Cayaurima recorren entre Barcelona y Puerto La Cruz. Un día después, el sistema entró en pleno funcionamiento, pero con deudas.

El entonces gobernador Aristóbulo Istúriz indicó que el monto invertido para la edificación de las 19 paradas y sede del sistema rondó los 640 millones de bolívares, (101 millones de dólares según el cambio oficial Cencoex de Bs. 6,30 por dólar). Estas paradas, según Istúriz, serían climatizadas, contarían con una taquilla para la compra y recarga de las tarjetas electrónicas para cancelar el pasaje a bordo de las unidades, grúas y hasta servicio de paramédicos para atender posibles emergencias. Nada de eso existe, y si bien algunas paradas han recibido retoques, de todo lo ofrecido solo operan los autobuses, muchos de los cuales están deteriorados. 

Según las promesas gubernamentales, los pasajeros solo esperarían un máximo de 10 minutos en cada estación para abordar un autobús. Sin embargo, usuarios consultados indican que no hay diferencias con el transporte privado: la espera por un bus es eterna, van atestados de pasajeros, sin aire acondicionado, sucios, algunos sin ventanas y con un colector de pasaje que a cada rato arrima a los usuarios al final del pasillo. Un cementerio de buses del sistema reposa en el estacionamiento del complejo deportivo Simón Bolívar de Barcelona.

Autopista Costanera de Barcelona 

En abril de 2015, Nicolás Maduro visitó el estado Anzoátegui para “inaugurar” 3,5 kilómetros de la avenida Costanera ubicada en Barcelona. Esta vía, que en su concepción original empalma con la Troncal 9, permitiría a los viajeros llegar hasta la ciudad de Lechería sin pasar por la zona urbana de Barcelona. Maduro anunció que para la ejecución de esos 3,5 kilómetros de vialidad, distribuidos en dos canales por sentido y un distribuidor que comunica con el sector Caicara, se destinaron 400 millones de bolívares (63.492.063 de dólares según el cambio oficial Cencoex de Bs. 6,30 por dólar).

El ministro de transporte Terrestre para la fecha, Haiman El Troudi, indicó que al día siguiente de la visita de Nicolás Maduro (26 de abril de 2015), se iniciaría la construcción de la tercera fase comprendida en un tramo de 6 kilómetros, el cual permitirá el empalme con la Troncal 9. Los trabajos nunca se emprendieron y la autopista, que colinda con los terrenos del proyecto “Barcelona Caribe”, termina en una pequeña vía llena de huecos que conduce a la avenida Aeropuerto y permite el acceso hasta el terminal aéreo barcelonés.