Entre 2017 y 2021, una decena de países han dictado normas y controles de visados para Venezuela. Esto coincide con la crisis de refugiados que supera los 5,4 millones de venezolanos. Solo en 2019 cuatro países de la región resolvieron solicitar visas para el ingreso de venezolanos.

Caracas.  Desde el 15 de enero las partes caribeñas del Reino de los Países Bajos (Aruba, Bonaire, Curazao, Saba, Sint Eustatius y Sint Maarten) se sumaron a los países de la región que han establecidos controles de visados para Venezuela. Por el coronavirus, no es posible solicitar al momento la visa para el Caribe holandés; esta tendrá un costo de 80 euros. 

Diez países han dictado normas y controles de visados para Venezuela entre 2017 y 2021: Honduras, Panamá, Guatemala, República Dominicana, Ecuador, Chile, Perú, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, y las parte caribeñas del Reino de los Países Bajos. Esto coincide con la crisis de refugiados que supera los 5,4 millones de venezolanos, según cifras de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela de la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). 

El año más significativo fue 2019, cuando los gobiernos de Perú (visa humanitaria), Chile (visa consular de turismo) y Ecuador (visa humanitaria), casi al unísono, anunciaron medidas de visados para los venezolanos entre los meses de junio y agosto. Luego, en diciembre, República Dominica también emitió una resolución de visado.

Consulte aquí los países de la región que solicitan visa a los venezolanos. 

Acnur calcula que entre 500 y 700 venezolanos están saliendo diariamente del país, la mayoría por caminos irregulares, aun en medio de la pandemia de la COVID-19 y con las fronteras cerradas. 

En la medida en que los Estados imponen más barreras a una población que de todas maneras está determinada a salir, que no la frena ni el coronavirus, ni la visa, ni las fronteras cerradas, lo que está es fomentando la irregularidad, dijo Ligia Bolívar, investigadora asociada del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello. 

Bolívar explica que esta situación genera que los países receptores desconozcan quiénes son los que están llegando, sus necesidades: A los Estados les convendría incluso adelantar procesos de registros y regularización migratoria para poder conocer esos aspectos

Para Claudia Vargas, especialista en Migración y profesora de la Universidad Simón Bolívar, los Estados han direccionado el uso de las visas aludiendo a temas de seguridad nacional, control sanitario. “No quieren asumir la responsabilidad de lo que significa incorporar a los venezolanos en sus países porque, entre otras cosas, tiene que ver con que no hay  políticas de integración  y regularización”, agrega.  

Tanto Vargas como Bolívar coinciden en que ha habido un doble discurso, pues el control de visado se da a la par de la crisis y la emergencia humanitaria compleja de Venezuela que los gobiernos de la región reconocen. Sin embargo, en la actuación, no habido protección para quienes huyen del país. 

Precisamente cuando estamos en presencia de personas que necesitan protección internacional, como es el caso de las personas que están saliendo de Venezuela, no se les puede exigir pasaporte, entrar al país con los trámites normales con los que entra una persona que es migrante voluntario. El gran drama es ese, cuando más necesita la gente el apoyo, es cuando se les presentan mayores obstáculos para el ingreso, enfatiza Bolívar.

Vargas explica que las restricciones están llevando a que quienes salgan de Venezuela sean más vulnerables en el país receptor: Significa que sale de Venezuela para mejorar aspectos muy concretos como tener qué comer y pagar un alquiler, pero la persona no tiene, en el mediano y largo plazo, una estabilidad

Bolívar señala que es este contexto de estatus irregular por no tener documentación, a los venezolanos se les hace más difícil, prácticamente imposible, su regularización migratoria, empleo formal, seguridad social, acceso al sistema de salud y educación, abrir cuentas bancarias. De los 5,4 millones de refugiados y migrantes venezolanos, solo 2,4 millones tienen permisos de residencia y de estancia regular concedidos. 

Foto referencial: Carmen Victoria Inojosa


Participa en la conversación