En el centro de Caracas la gente impone su propio levantamiento de cuarentena

levantamiento de cuarentena

Desde temprano se escucha el sonido de las motos pasar, de los carros, las cornetas, las alarmas, las llaves de vendedores que se aventuraron a romper el confinamiento. A partir de las 8:00 a. m. se empiezan a ver colas en los locales y abastos de comida.

Caracas. En La Candelaria, la avenida Urdaneta, la avenida Universidad, la avenida Fuerzas Armadas, La Hoyada y Capitolio la gente pone en práctica su propio levantamiento de la cuarentena. Se percibe la bulla y la aglomeración de personas. Además, en el centro de Caracas ya son pocas las tiendas que están cerradas atendiendo el decreto de emergencia nacional.

Desde temprano se escucha el sonido de las motos pasar, de los carros, las cornetas, las alarmas, las llaves de vendedores que se aventuraron a romper el confinamiento. A partir de las 8:00 a. m. se empiezan a ver colas en los locales y abastos de comida.

Casi ocho semanas han pasado desde que se implementó la cuarentena. La gente no respeta el metro y medio de distancia. La mayoría lleva el tapabocas, pero otros no, y, algunos, guantes de látex.

En abril el Observatorio Vecinal registró que el 50 % de una población de 1285 encuestados consideraron que se está cumpliendo parcialmente el distanciamiento social en el país. El 67 % respondió que solo está saliendo para abastecerse de comida y medicinas, mientras que 65 % opinó que se debe a la necesidad de las personas por salir a generar ingresos debido que viven del día a día.

Al principio de la cuarentena la mayoría de los locales del centro de la capital acataban la medida anunciada por el Ejecutivo, pero desde mediados de abril no aguantaron más y poco a poco decidieron abrir.

Vivimos del día a día y no nos podemos dar el lujo de cerrar tanto tiempo. Uno tiene que comer, coinciden varios comerciantes.

Algunas zapaterías, peluquerías, ópticas, ferreterías, tiendas de celulares, ropa y tela han abierto paulatinamente. Esta semana va en aumento la cantidad de negocios que suben sus santamarías y las calles se ven repletas de gente hasta final de la tarde.

Anabel Brito, peluquera, abrió una peluquería que dirige en La Candelaria desde el pasado lunes, 4 de mayo, con poco personal y citas previas para atender a sus clientes.

“Tengo que abrir porque pago alquiler, servicios básicos y otras cosas para mantener el local. En este momento lo que hacemos es que nuestras clientas nos llaman y las atendemos por orden. Ingresan de una en una. Además, les indicamos que deben usar tapabocas y guantes como medida de prevención sanitaria y, por supuesto, nosotras también”, dijo.

A esta peluquería asisten pocas empleadas porque no cuentan con dinero en efectivo para trasladarse y, en otros casos, habitan en sectores  muy lejanos. “Nosotros vivimos de lo que hacemos a diario. Tenemos cosas que pagar y familia a quien alimentar. No aguantamos y por eso decidimos abrir el local”, añadió Brito.

Cada comercio establece su hora de cierre, que puede ser entre las 12:00 m. y 2:00 p. m., pero en otros casos incluso hasta las 4:00 p. m.

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Foto: Gleybert Asencio
Como un día normal

Entre las avenidas Urdaneta y Universidad hay tanta gente como un día normal. Hay paso de vehículos desde las 6:00 a. m., mientras que las camionetas transitan hasta las 6:00 p. m.

A principios de la cuarentena los comerciantes recibían advertencias de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) sobre no permanecer con los negocios abiertos después de las 12:00 m. Solían abrir únicamente locales de charcutería, pescaderías, fruterías y abastos de venta de productos básicos.

Sin embargo, a medida que transcurren las semanas, otros negocios levantan sus santamarías. Algunos tienen sus puertas entreabiertas. Disimulaban la entrada con venta de comida, mientras que atrás se observa otro tipo de mercancía como ropa, bolsos, entre otros.

Por ejemplo, en la plaza Candelaria hay un módulo de la PNB. Los funcionarios recorren las adyacencias y ya no pasan por los negocios para hacer el recordatorio del horario de cierre de la actividad comercial. Ya no se oye en la calle las bocinas que piden a los ciudadanos quedarse en casa para prevenir la propagación del coronavirus.

Algunos vendedores informales deambulan por las calles. Cada día que pasa hay más buhoneros y compradores de dólares. También se ven barberos. Gente de varios sectores como La Florida, la avenida Andrés Bello, La Pastora, El Paraíso y la avenida Sucre acuden al centro de la ciudad. Dicen que comprar ahí es “más barato”.

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Foto: Gleybert Asencio

Quienes poseen kioscos también se han sumado al cúmulo de comercios que abren sus puertas. “En vista de que esto se está alargando y de que veo que se puede vender la chuchería, decidí abrir esta semana. Además, yo como del dinero que percibo a diario”, dijo una vendedora.

La Encuesta Nacional de Impacto del COVID-19, actualizada cada día por la Comisión de Expertos de la Salud de la presidencia interina, indicó que 98,6 % de los venezolanos no tiene recursos o ahorros necesarios para seguir afrontando la cuarentena.

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Foto: Gleybert Asencio
Niños y adultos mayores no aguantan 

El gobierno de Nicolás Maduro anunció en dos ocasiones la flexibilización de la cuarentena para que niños, adolescentes y adultos mayores salieran por unas horas.

No obstante, en los alrededores de las plazas Candelaria, El Venezolano e incluso la Bolívar se observó que varios padres llevaban a sus hijos a caminar, mientras que las personas de la tercera edad se mantenían caminando, charlando y sentados en bancas.

En la plaza El Venezolano un hombre de 68 años argumentó:

Es que uno pasa demasiado tiempo en su casa, hay que estirar las piernas. Mucho encierro ya. Además, hay que salir a comprar la comida y medicinas. Esas medidas de confinamiento las toma quien quiera.

En la avenida Universidad se observan varias colas de adultos mayores en cajeros automáticos solo para consultar saldo.

Venezuela, que hasta el 6 de mayo registra 367 casos positivos de coronavirus, atraviesa una crisis económica que se ha visto más agravada por la pandemia. Desde la administración de Maduro se ha impuesto el control de precios a 27 artículos de manera extraoficial para evitar la “especulación”.

La mayoría de las personas que viven en el centro de la ciudad han cumplido poco con el protocolo de quedarse en casa y lo siguen rompiendo en la medida que avanzan los días. Varias organizaciones internacionales y expertos advierten que la flexibilización de la cuarentena no debe ser motivo para descuidarse, pues se podría incrementar la cantidad de contagios.

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Foto: Gleybert Asencio

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