Libreros de la plaza Baralt de Maracaibo son un ejemplo de resiliencia y amor por la lectura

En la plaza Baralt de Maracaibo convive la historia y la resiliencia de los vendedores de libros que se niegan a dejar morir la lectura, el amor por los textos y la educación en la región. Armando, Ángel, Martha, Javier y Eleazar son de los pocos vendedores que sobreviven en el casco histórico de la ciudad.

Fotos: José Ángel Núñez

Texto: Mariela Nava

Armando hace cada mañana una selección de los libros que pondrá en exhibición en la acera lateral del Centro de Artes de Maracaibo Lía Bermúdez de cara a la histórica plaza Baralt. / Foto: José Ángel Núñez

El hombre, de 77 años de edad, acomoda con minuciosidad y paciencia la variedad de ejemplares entre los que destaca la ficción, la poesía y la historia zuliana. / Foto: José Ángel Núñez

Armando es flexible con la venta de sus libros, no le niega el conocimiento a nadie. Los precios son solidarios, recibe dólares, bolívares y deja a crédito. / Foto: José Ángel Núñez

La extensa fila de libros alcanza los cinco metros de largo donde Armando y su compañero Ángel exhiben con orgullo sus textos. Foto: José Ángel Núñez

A lo largo de los años los vendedores de libros de la plaza Baralt de Maracaibo ya cuentan con clientes fijos quienes pasan horas deleitándose con las obras literarias. / Foto: José Ángel Núñez

Martha, Javier y su ayudante Eleazar hacen equipo con Armando y Ángel durante la jornada de trabajo. / Foto: José Ángel Núñez

Los libreros de la plaza Baralt trabajan solo cinco horas al día debido al abandono en que se encuentra la emblemática plaza marabina. / Foto: José Ángel Núñez

Ángel Zambrano, un ingeniero petrolero de 66 años, se vio obligado hace siete años a desprenderse de algunos de sus libros para sobrevivir. / Foto: José Ángel Núñez

La pandemia de COVID-19 terminó de lapidar la vida bulliciosa de la plaza Baralt considerada patrimonio regional. / Foto: José Ángel Núñez

Ángel vende libros de muy buena calidad a muy bajo costo, a veces los deja a mitad de precio a los estudiantes marabinos. / Foto: José Ángel Núñez

Dalila es artista plástico, para ella los libros son su oxígeno y a veces prefiere comprar textos que comida. / Foto: José Ángel Núñez

Los vendedores permiten amablemente a sus clientes escudriñar en los textos y los orientan antes de hacer sus compras. / Foto: José Ángel Núñez

Fotos: José Ángel Núñez Texto: Mariela Nava