De acuerdo con la procedencia del discurso político, el país atraviesa un momento económico difícil que ha derivado en una migración forzosa y un deterioro de la calidad de vida de los venezolanos, además del colapso de la infraestructura del país. El oscuro panorama no parece afectar la campaña electoral de cara al proceso del próximo 21-N, en virtud de que una buena parte de los candidatos ha dado muestras de tener un importante músculo financiero para salir y tratar de que el electorado se decante por sus propuestas.

Regiones. Emergencia Humanitaria Compleja y Medidas Coercitivas Unilaterales. Dos escenarios que han servido para que el discurso político, dependiendo del lado en que se pronuncie, palabras más palabras menos, le dibuje a los venezolanos los motivos de la crisis que atraviesa el país, que va desde lo económico hasta lo social.

Lejos de aquel panorama de calamidad que en los últimos años ha derivado en una migración forzada de más de cinco millones de venezolanos, de acuerdo con cifras de la ONU, aunada al colapso de la infraestructura industrial, de servicios, educación y salud, en la actual campaña electoral de cara a las megaelecciones del próximo 21 de noviembre, los diversos factores políticos no escatiman en gastos para convencer al electorado de que acuda a expresar su voto y así renovar o elegir a gobernadores, alcaldes y diputados estadales.

Dependiendo del perfil del candidato, la utilización de recursos para la campaña puede incrementarse considerablemente. Aunque en los comandos el origen y totalidad del dinero que se invierten en cada caminata, caravana, asambleas, o donaciones que se hacen a comunidades. como por ejemplo, agua por medio de camiones cisternas e inclusive transformadores eléctricos, es tratado como un “secreto de Estado”, los costos aproximados se pueden cotejar dado los presupuestos de las empresas que intervienen en todo lo que respecta a la elaboración de la propaganda electoral.

En medio del ínterin de la campaña y pese al recelo con que guardan las cuentas, Crónica.Uno accedió al gasto promedio de uno de los candidatos a gobernador, pero que en su haber ya tiene una candidatura presidencial, y según los datos aportados por miembros de su equipo que no quisieron identificarse, el gasto básico solo para publicidad e incentivos a los activistas, sin incluir donaciones y otras logísticas para la actual contienda, está por encima de los 45.000 dólares.

En las tradicionales cruzadas de cara a una elección, es habitual la elaboración de pendones, afiches, llaveros, camisetas, gorras y cualquier otro elemento que sirva para promocionar a los candidatos durante la campaña, pero en pleno Siglo XXI, las redes sociales y páginas web también entran en juego y su manejo implica costos, más cuando en Venezuela los periódicos han casi que desaparecido.

Ante la casi inexistencia de medios impresos, las cuentas de Instagram creadas por periodistas se han convertido en una especie de medios de propaganda y si en la actual campaña los candidatos quieren que sus propuestas sean leídas o escuchadas, más allá del tradicional casa por casa, estos deben invertir una suma considerable por cada cuenta consultada.

En el oriente del país se encuentran hasta paquetes para las publicaciones en redes sociales. Para “enganchar clientes”, hay quienes hacen ofertas. Si el político quiere que la nota que envía su equipo de prensa sea publicada sin editar, cada publicación se cotiza alrededor de 10 dólares, entre las “ofertas de publicación”, los dueños de las cuentas afirman que pueden ofrecer un paquete de 25 publicaciones por 240 dólares. Y si la nota de prensa es elaborada por el equipo que integra la cuenta de Instagram, cada nota se redacta por 50 dólares, adicionales al monto de publicación.

Para una gira de prensa que implique al menos la visita a cuatro medios, un candidato debe invertir por día, un estimado de 150 dólares, que son cancelados a la persona que concreta las visitas.

Redes y oasis de papel

En casos como el estado Aragua, personeros de los diferentes comandos indicaron que han centrado sus esfuerzos en la publicación de pautas en redes sociales, debido a su gran poder penetración en la sociedad. La mayoría de los candidatos, sobre todo a gobernador, han contratado a equipos de comunicación, cuyos honorarios profesionales van desde los 600 hasta 1300 dólares al mes, por la redacción de notas para prensa escrita o portales y el manejo de la agenda de medios.

Algunos candidatos han invertido en contenidos para Facebook, cuyo valor puede oscilar entre $100 y $200 por dos semanas de difusión. Esto no incluye el pago para el administrador de redes, que va desde 600 a 800 dólares por el mes de campaña.

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Ciudadanos afirman que los recursos gastados en la campaña electoral deberían invertirse en el país / Foto: Cortesía

En la mayoría de los estados la presencia de medios impresos es casi nula, pero Carabobo se perfila como un oasis para los contendores en las regionales. En la entidad solo hay dos medios impresos: Diario La Calle y Notitarde y estos presentaron paquetes para los candidatos, que ya han contratado.

En el periódico impreso de Notitarde, los costos son los siguientes: una página blanco y negro se vende por 184 dólares, incluye publicación de nota de prensa. ½ página blanco y negro, con nota de prensa incluida, más llamado en portada vale 110 dólares; ¼ de página blanco y negro 84 dólares, incluye nota de prensa y llamado en portada.

También ofrecen el llamado Desayuno de la Redacción, que consiste en una entrevista personalizada en el periódico que abarca dos páginas centrales, un llamado en primera página y cuesta 250 dólares. En el Diario La Calle, la nota con llamado en primera se cotiza en 100 dólares y la publicación de nota de prensa, tanto en impreso y web, vale 20 dólares.

Omar González, miembro de la Asamblea Nacional elegida en 2015 y periodista, califica de obsceno el derroche de recursos que, asegura, están realizando los diversos candidatos en la campaña electoral del 21-N, más cuando se vende un discurso de que el país pasa por la peor tragedia económica de su historia.

Lo que estamos viendo en todo el país es un cuantioso derroche de recursos; vallas, pendones, camisas, banderas, publicidad en medios de comunicación. Sin duda, abrieron el grifo de los dólares. La pregunta es ¿de dónde viene tanto dinero? Es asqueante para los ciudadanos que están pasando necesidades y para los enfermos que se mueren de mengua en los hospitales, todo el poder económico que se ha desplegado en esta campaña electoral”, dijo González.

Para el comunicador, los recursos económicos que se invierten en la presente campaña electoral “pueden emanar de las pocas gobernaciones y alcaldías que medio controlan en el país, que no es mucho, pero por lo visto alcanza para pagar gorras, camisas, autobuses y demás gastos”. Desde los comandos aseguran que “hay amigos que nunca faltan”.

¿De corazón o por incentivos?

En estados como Anzoátegui, Zulia, Lara, Táchira, Miranda y Vargas, entre otros, se han escenificado grandes concentraciones para el apoyo a los candidatos, tanto del oficialismo como de los diversos sectores opositores que intervienen en la fiesta electoral. Ciudadanos como Karina Peláez, en medio de una concentración que transitó por el bulevar 5 de julio de Barcelona, se preguntan si estos seguidores son reales o acaso acuden a las marchas por un incentivo.

Saúl, así pidió identificarse, integra el equipo de movilizadores de uno de los candidatos a gobernador en Anzoátegui, y responde a las dudas ciudadanas. Sostiene que a los asistentes sí se les da un incentivo que incluye dinero, bebidas espirituosas y material pop.

“Para la inscripción de la candidatura hicimos una marcha hasta la sede del Consejo Nacional Electoral de Barcelona, a cada asistente le dimos 20 dólares. Cada movilizador tiene la misión de llenar mínimo tres autobuses que pueden ser de 28 puestos, ahí, además del dinero, ese autobús, al que se le pagan 60 dólares, se llena con ocho cajas de bebidas espirituosas, más las banderas, camisetas y gorras. En tan solo un autobús, fácil se pueden invertir 1000 dólares por acto”, sostiene Saúl.

El joven refiere que, últimamente, las caravanas de motociclistas han estado de moda y afirma que a estos, por cada acto al que asisten, se les cancelan 30 dólares y gasolina. Situación que se repite en estados como Zulia y Táchira, en donde les ofrecen entre 10 y 40 litros de gasolina, además del pago entre 30.000 y 50.000  pesos colombianos.

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Las donaciones buscan captar electores / Foto: Cortesía

La imagen del candidato debe proyectarse en la campaña electoral y detrás de ello hay un proceso que arranca desde el fotógrafo hasta la empresa que hace los pendones, afiches y vallas.

Un promedio de precios en el ámbito nacional sugiere que cada valla que se ve en las calles puede costar entre 800 y 1200 dólares y los pendones que adornan los postes de avenidas y autopistas se cotizan en 3 dólares cada uno. Las empresas encargadas de elaborarlos imprimen desde 1000 en adelante.

A continuación un promedio nacional de los gastos que realizan los diferentes comandos de campaña:

Pendones: se cotizan en tres dólares cada uno imprimen desde 1000 en adelante.
Gorras: se venden ya bordadas entre 3 y 6 dólares cada una.
Banderas: se venden entre 2 y 3 dólares cada una.
Franelas:  se venden entre 2 y 3 dólares cada franela.
Volantes:  se cotiza entre 50 y 100 dólares el millar, depende del tipo de papel
Sonido para el perifoneo por la ciudad: se cotizan entre 100 y 400 dólares, depende de los equipos y el tipo de vehículo usado.
Aporte a comandos: según voceros, el aporte a comandos municipales de campaña puede ser de 200 dólares al día.
Cuñas de radio: se cotizan entre 300 y 1500 dólares, todo depende de la frecuencia con que se emitan y el alcance y prestigio de la emisora.
Rotulado de vehículos: los precios varían desde los 100 dólares en adelante.
Cuñas de TV: arrancan desde los $400 el paquete y no incluye la producción en ningún caso, solo la publicación del material de los comandos de campaña.
Vallas: dependiendo del tamaño y sitio donde se va a instalar (normalmente vías principales) se cotizan entre 800 y 1200 dólares.

En algunos comandos indicaron que otorgan bolsas de comida a sus colaboradores y a algunos asistentes a las concentraciones, las mismas, sostuvieron, tienen un costo promedio de 16 dólares. Los costos no incluyen los gastos de logísticas durante el día del acto electoral, en el cual deben garantizar desayuno, almuerzo, cena, merienda y refrigerios a los defensores del voto y el pago a colaboradores para las tradicionales operaciones de remolque de votantes.

En la Ley Orgánica de Procesos Electorales desde el artículo 250 hasta el 288, obliga a los diferentes factores que intervienen en los comicios a rendir cuentas ante el organismo del dinero gastado en la campaña electoral. Ciudadanos consultados indicaron que el ente debería meter la lupa y obligar a quienes participan en la campaña a hacer inversiones en centros de salud o escuelas, que, indicaron, están en estado deplorable.


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