Algunos productos cuyos precios están fijados completamente en dólares tuvieron vaivenes diarios en la última semana y variaron poco respecto a septiembre. Los comercios toman “con pinzas” el retroceso del dólar paralelo ante la incertidumbre de otro repunte al alza.

Caracas. Carmina* tenía tiempo sin tener que cambiar en tan poco tiempo los precios de los productos que vende en la charcutería que atiende en el mercado municipal de Quinta Crespo, específicamente desde inicios de 2019, cuando la inflación llegó a su pico más alto y la libre convertibilidad de divisas comenzaba a abrirse paso en la economía.

La relajación de controles de precios y la permisividad de poner precios en monedas distintas al bolívar “fue un respiro” para Carmina y el grueso de los comerciantes del país, sometidos durante años a fiscalizaciones, cierre de negocios y multas por no acatar lo que el gobierno de Nicolás Maduro decretó como “precios justos” y que incluso volvió Ley.

Desde hace dos años la dolarización transaccional se expandió a la nominal y ahora lo menos común es encontrar carteles con precios exclusivamente en bolívares. Pero a raíz de la nueva reconversión monetaria, vigente desde el 1° de octubre, el Gobierno parece retomar su política de impulso al bolívar, que en lo que va de año perdió 61 % de su valor.

Foto: Alberto Torres

La reconversión, además, generó un clima de incertidumbre económica entre la población que, según expertos, fue parte del porqué del alza de 12,70 % del tipo de cambio paralelo en la última semana de septiembre, poco más de la mitad de la variación que registró en todo el mes (24 %). Su impacto en los precios fue inminente y el Gobierno, mediante el Ministerio de Comercio Nacional, ordenó fiscalizar y multar a los comercios que fijaran montos con el dólar no oficial.

Aquí nosotros cobramos con la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV), el problema llega cuando toca cambiarlos a dólares y consigues es en 5 o 5,3 millones de los viejos (Bs. 5 o Bs. 5,5 actuales), cuenta a Crónica.Uno. Isabel, trabajadora de una carnicería. Carmina, por su parte, dice que la inercia de la tasa oficial durante la conversión hizo que tuviera que guiarse por el paralelo al menos durante esos días.

A inicios de esta semana el BCV intervino el mercado cambiario con una inyección de 50 millones de dólares para frenar el alza del tipo de cambio, logrando disminuir -de momento- la cotización del dólar en el mercado paralelo, que se encuentra incluso por debajo del oficial (Bs. 4,06 vs. Bs. 4,19). Expertos aseguran que el Central no tiene suficientes reservas para mantener esa política y firmas privadas proyectan un tipo de cambio de entre 12 y 14 bolívares por dólar a finales de año.

El dólar sigue estando rezagado

A pesar de que en los mercados municipales y las principales cadenas de supermercados de Caracas suelen hacer el cálculo con la tasa del BCV, la inflación sigue estando varios pasos por delante de la dolarización. El melón (Bs. 7 por kilo), la guayaba (Bs. 6) y la lechosa (Bs. 5), por ejemplo, tuvieron incrementos de 17 %, 20 % y 22 %, respectivamente, respecto a septiembre y superiores a la variación del dólar desde entonces.

Otros alimentos como la cebolla (Bs. 5), la yuca (Bs. 2,5) y el pimentón (Bs. 13) también reflejaron aumentos mayores al 20 %. Los costos de transporte, la baja o alta demanda y la incertidumbre de devaluaciones mayores a la registrada la semana anterior inciden en el alza, aseguran los comerciantes.

Foto: Alberto Torres

Aún así, rubros como el queso llanero y el requesón disminuyeron entre 5 % y 7 % sus precios de septiembre a octubre en algunos establecimientos. “Ahorita todo depende de cuánta mercancía nos llegue y cuánto tarde en venderse, porque hay otros quesos que sí aumentaron”, dijo un charcutero consultado.

En las carnicerías de mercados y supermercados el kilo de pulpa negra tiene precios que varían entre 14 y 16,5 bolívares, que a la tasa del BCV equivalen a entre $3,3 y $3,9. La carne de res, con sus diferentes cortes, forman parte de la lista de productos priorizados con precios acordados por el Gobierno, que desde el año pasado están fijados en dólares y varían según el tipo de cambio oficial.

Los comerciantes aseguran que, siempre y cuando el precio de venta les permita obtener ganancias, tratan de mantenerse en esa línea, pero el problema llega cuando deben afrontar costos como el arrendamiento de los locales, que puede llegar a valer entre 30 y 80 dólares mensuales.

Foto: Alberto Torres

Productos como la harina de maíz precocida ($1,20 en Quinta Crespo), la azúcar ($1,25) y el arroz ($1,4) suelen venderse por encima del precio máximo fijado por el Gobierno, mientras que otros como la pasta alimenticia ($1,30 por kilo, algunas presentaciones), la leche en polvo ($7 por kilo) y la leche líquida ($1,65) si se pueden conseguir por debajo de lo estipulado.

Según cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), hasta agosto el país acumula una inflación de 470 % y lleva cuatro meses consecutivos con desaceleración en el alza de precios. La tasa interanual hasta agosto también es la más baja en lo que va de año (1743 %).


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