El mecanismo garantiza que las vacunas e insumos adquiridos sean de alta calidad, seguros y efectivos y ofrece líneas de crédito a sus Estados miembros. En Venezuela, el proceso de vacunación de 20 % de la población contra la COVID-19 podría costar alrededor de 84 millones de dólares, si se toma en cuenta la estimación de la OPS.

Caracas. Este miércoles el director de Emergencias de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Ciro Ugarte, aseguró que Venezuela no podrá adquirir vacunas ni otros insumos a través del Fondo Rotatorio de ese organismo debido a que acumula una deuda aproximada de 11 millones de dólares.

La decisión se suma a la tomada el 29 de septiembre de este año, cuando la OPS suspendió el derecho a voto de Venezuela en el Consejo Directivo por deudas acumuladas desde 2017 que superan los 7,8 millones de dólares.

De esa forma, el país tendrá un escollo más para adquirir una eventual vacuna contra la COVID-19, pues además de ofrecer líneas de crédito a países que así lo requieren, el Fondo Rotatorio permite acceder a otros suministros médicos esenciales a precios inferiores a los del mercado.

¿Qué es el Fondo Rotatorio de la OPS?

Es un mecanismo de cooperación que permite comprar vacunas, jeringas y suministros como la inmunoglobulina, en nombre de los Estados miembros de la OPS, a precios bajos gracias a que se adquieren en grandes cantidades.

Se enfoca en apoyar los programas de vacunación de 41 países y territorios de América Latina y el Caribe, garantizando el acceso a 46 vacunas, 29 productos de cadena de frío y jeringas. Según cifras de la OPS, el Fondo Rotatorio cuenta con un capital de más de 120 millones de dólares que permite ofrecer líneas de crédito que los países pueden pagar en un plazo de 60 días.

Así mismo, el mecanismo garantiza que las vacunas e insumos adquiridos sean de alta calidad, seguros y efectivos, pues deben ser precalificados por organismos de Naciones Unidas o, en su defecto, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos, la Agencia Europea de Medicamentos o sus pares de Canadá, Australia y/o Corea del Sur.

¿Qué obligaciones deben cumplir los Estados miembros?

La OPS señala tres requisitos primordiales para participar en el Fondo Rotatorio:

  • La asignación de un rubro en el presupuesto nacional con una partida específica destinada a cubrir el costo de las vacunas y las jeringas.
  • El nombramiento de un director del PAI (Programa Ampliado de Inmunización) nacional facultado para elaborar y ejecutar el programa.
  • Un plan nacional de operaciones que sea integral y realista, que abarque al menos un período de cinco años y se ajuste a las políticas generales del PAI en las Américas, siguiendo las directrices del Consejo Directivo de la OPS.

De igual forma, cada pedido hecho por un Estado miembro cuenta con un cargo por servicios de 4,25 % que se aplica al costo neto, 3 % de ese cargo se deposita en una cuenta de capitalización del Fondo Rotatorio que permite proporcionar las líneas de crédito.

La OPS señala que el Fondo también puede recibir contribuciones por una suma global de los Estados Miembros u otros asociados, lo que facilita la participación de más países y la incorporación de más vacunas en los programas.

¿Venezuela ha cumplido con esas obligaciones y requisitos?

Venezuela no detalla las partidas del presupuesto nacional desde, al menos, 2016 y se limita a informar simplemente el monto de la asignación o créditos adicionales. La ONG Transparencia Venezuela detalla que en 2018 solo 6,22 % del presupuesto de ese año fue asignado al Ministerio de Salud.

Las coberturas de vacunación tampoco son claras, porque el Ministerio de Salud mantiene opacidad en las cifras desde 2016, año en el que publicó su última Memoria y Cuenta. El Observatorio Venezolano de Salud evidenció inconsistencia en esas cifras, pues mostraban aumento en el porcentaje de coberturas entre 2014 y 2015, pese a que administraron menos dosis.

En cuanto al aporte económico al Fondo Rotatorio, desde 2018 las autoridades venezolanas acusan a las sanciones impuestas por Estados Unidos, y a un supuesto “bloqueo financiero internacional”, de impedir el pago de sus compromisos con la OPS.

En julio de 2019 ese organismo participó en el PAI del Ministerio de Salud, que incluyó la capacitación de trabajadores y el mejoramiento de los sistemas de cadena de frío, pero no hubo mención a aporte de vacunas, por lo que se desconoce desde cuándo el país está vetado del Fondo.

¿Qué consecuencias tiene para Venezuela?

La OPS calcula que el proceso para vacunar a 20 % de la población de América Latina y el Caribe podría costar aproximadamente 2000 millones de dólares. Tal proceso incluye tanto las dosis como el traslado, refrigeración, implementos, entre otros.

En el caso de Venezuela, si se toma en cuenta al 20 % de población estimada de 28 millones de habitantes hecha por la Encovi 2020, dicho proceso podría costar alrededor de 84 millones de dólares.

El país atraviesa una emergencia humanitaria compleja desde 2015 y –según datos de HUM Venezuela– 71 % de la población ha estado expuesta a enfermedades que se expandieron o resurgieron como epidemias por causa del debilitamiento de los programas de salud pública y de vacunación.

A modo de ejemplo, la OMS estima que la cobertura de la triple vacuna contra difteria, tétanos y tosferina pasó de 87 % a 64 % entre 2015 y 2019, la más baja de la región después de Haití.

Sin acceso al Fondo Rotatorio, Venezuela tendrá que comprar las vacunas y tratamientos a precios internacionales, lo que –en plena contracción económica y con falta de ingresos petroleros– podría acentuar la emergencia y hará más difícil contrarrestar la COVID-19 y otras epidemias como el VIH, la malaria, la difteria y el sarampión.


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