73 personas, del total de 149 entrevistadas por Onusida en el país, señalaron haber encontrado retraso en la prestación del servicio de emergencias durante la pandemia del COVID-19, las razones son: colapso del servicio, desorganización, crisis hospitalaria, no hay personal, horarios, entre otras.

Caracas. Según la más reciente encuesta de Onusida, Venezuela está a una diferencia de 38 puntos del promedio regional en cuanto al acceso al agua potable, lo que pone en riesgo la posibilidad de los venezolanos que viven con VIH de cumplir con una de las recomendaciones frente a la prevención del COVID-19, como es el lavado frecuente de manos, de acuerdo con lo expuesto por Alejandra Corao, asesora regional de ONUSida.

Este miércoles 10 de junio Corao, usando la plataforma Zoom, presentó los datos de 2300 respuestas de una encuesta aplicada vía Google desde el 16 al 30 de abril de este año, a 29 países de Latinoamérica y el Caribe, entre ellos México, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Costa Rica, Argentina, Chile y Panamá.

El foco del estudio se basó en áreas como protección frente al COVID-19, acceso a agua, a servicios de salud y tratamiento, salud mental, derechos humanos y discriminación.

  • Sólo 56,4 % de los entrevistados en el caso venezolano contó durante ese período con acceso regular al servicio de agua y saneamiento, frente al 43,6 % que señaló no tener el servicio de forma permanente.
  • Además, 70 % de los 149 encuestados no tiene suficientes elementos de protección: mascarillas, guantes, desinfectante, alcohol o gel alcoholado.

Y aquí Onusida también observó una diferenciación con el resto de los países de la región, esta vez de 14 puntos de desventaja, otro factor que merma las políticas de prevención frente al avance del virus.

Esos 14 puntos que marcan un retroceso se refieren a la generalidad de los mecanismos de protección, pero cuando preguntaron separadamente por los guantes la diferencia creció a 36 puntos de diferencia, 35 puntos en acceso a alcohol y 31 puntos en relación con el gel alcoholado.

En cuanto a los servicios de salud y tratamiento, con base en los resultados generales, sólo tres de cada 10 personas tiene los antirretrovirales para más de dos meses y solo 1 de cada 10 tiene para más de seis meses. A Onusida le preocupó de los datos levantados que solo 2 de cada 10 tenía para terminar el mes. 

En el caso concreto de Venezuela, donde se entrevistó a 149 personas que viven con VIH, 88 de ellas homosexuales, 73 de los encuestados (53 %) afirmó que no cuentan con esta cantidad de medicamentos.

Pero hay un dato relevante y es que 66 % de los individuos manifestó que su servicio de salud antes de la pandemia del COVID-19 les ofrecía la opción de abastecimiento por tres meses o más. Al comparar a Venezuela con la región en ese punto en específico se observa que el país superó al resto de los países por 36 puntos.

Para el período de aplicación del cuestionario en el país, solo 29 % del grupo objeto manifestó dificultades para obtener el tratamiento antirretroviral y como las principales causa se señalan: falta de medios de transporte y gasolina 29,9 %, la distancia del viaje 20 % y el desabastecimiento en el país 9,5 %. 

Y al comparar a Venezuela con los otros países de la muestra se observó que el transporte y la distancia del viaje son las mayores dificultades, además del poco acceso al agua, superándolos con 18 y 10 puntos, respectivamente. 

Otro valor estudiado, la oferta de servicios adaptados a la pandemia del COVID-19, no se ve reflejado en opciones par quienes viven con VIH y deben asistir al centro de salud, pues se ha generando una barrera por la situación de cuarentena y el aislamiento social. 

73 personas, del total de 149, señalaron haber encontrado retraso en la prestación del servicio de emergencias durante la pandemia, las razones son: colapso del servicio, desorganización, trabajadores abocados a la epidemia del COVID-19, crisis hospitalaria, no hay personal, horarios, entre otras. 

En el país, a diferencia de otras naciones, la oferta de servicios de teleconsulta y domicilio no son alternativas comunes, pero sí lo son las entregas de tratamiento por tres meses.

Sobre el último resultado de carga viral de las personas objeto del sondeo, se evidenció que 52 % se encuentran en indetectabilidad o supresión de la carga viral, frente al 7 % que no lo está, y estos pertenecen a la población LGBTI. 

Sin embargo, 40 % de los encuestados no sabe sobre el estado de su carga viral. Venezuela con respecto a la región muestra una diferencia en desventaja en quienes no están indetectables, alcanzando una diferencia de 19 puntos, siendo este un indicador no favorable en medio de la caurentena.

2,68 % manifestó tener diagnóstico de tuberculosis, 13,42 % hipertensión arterial, 7,38 % asma y 4,03 % diabetes, siendo estas patologías las asociadas a los riesgos de sufrir complicaciones graves en caso de contraer COVID-19.

Onusida también midió, además del acceso al agua y a servicios de salud, otros elementos como son las ayudas o transferencias en efectivo, requeridas por 58,4 % de la población, apoyo nutricional por 45 % y condones 43 %.

Estos factores también destacan como mayores necesidades cuando se voltea la mirada a otros países.

Y en cuanto a los derechos civiles, 69 % de las personas sienten que la confidencialidad en relación con el vivir con VIH puede verse afectada por el virus y si pertenecen a la población LGBTI, la tasa sube a 73 %.

En la región esto también es una preocupación y se manifestó en tres de cada 10 ciudadanos, que se han abstenido de usar el servicio asistencial por temor a ser discriminados.

Sobre el particular, Javier Hourcade, moderador del foro y quien es asesor de Quieroprep, una iniciativa que ofrece información sobre profilaxis preexposición al virus del VIH para promover su acceso, uso adecuado y efectivo, destacó que quizá los picos se comienzan a bajar en materia de nuevas infecciones y en mortalidad, pero hay COVID-19 para rato.

E hizo una reflexión: “La realidad es que el virus también viene acompañado de una serie de situaciones, por ejemplo el tema de los recursos, y no estamos hablando de la industria turística, hablamos de los pequeños comercios que dependen mucho de los trabajadores independientes que en estos momentos no pueden afrontar los gastos de comida o pago de servicios y acceder a agua potable. A veces nos encontramos con que los gobiernos y los equipos técnicos son inflexibles con el tema de la cuarentena, y me parece importante, pero hay que entender que si una personas no come o está expuesta a violencia intrafamiliar o necesita trasladarse por insulina con el aislamiento social eso es difícil, por eso los planes deben revisarse para salvar a las comunidades”.

La encuesta también midió el acceso a la información sobre el virus, si saben a qué instancia acudir en caso de violencia y, de acuerdo con Corao quien contó con el respaldo del doctor César Núñez, director del equipo local del organismo multilateral los valores encontrados seguramente variaron para la fecha de presentación de los resultados, por lo que adelantó la aplicación de un nuevo instrumento.

Los resultados, en su compendio, están ya publicados en las redes sociales de Onusida. 


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