Enjambres de abejas se incrementan en Táchira debido a altas temperaturas

enjambres de abejas

Los insectos buscan sitios con humedad o lugares donde haya naturaleza o flores para establecerse. Se espera que para octubre y noviembre aumenten las colmenas en la zona urbana.

San Cristóbal. Una “pinchada” de caucho hizo que Edgar Cárdenas, de 29 años, detuviera su moto en la avenida Libertador de San Cristóbal, cuando se dirigía al centro a hacer compras.

De repente le comenzó a doler el brazo y pensó que una piedra había saltado de un desmalezamiento que hacían cerca. Luego notó que se trataba de una picadura de abeja.

Con el correr de las horas, el prurito no lo dejaba tranquilo y la piel comenzó a enrojecerse.

“Como vivo cerca de un centro de salud me fui para allá y expliqué lo que me había sucedido. El médico que me revisó me dijo que tenía una reacción a la picadura. Me mandaron a poner un esteroide y tomar antialérgico”, expresó.

Al día siguiente Cárdenas tenía el brazo enrojecido, por lo que tuvo que usar una crema “refrescante” para aliviar la picazón. Destacó que nunca le había ocurrido algo así y lo relaciona con el desmalezamiento de la vía cuando quizás molestaron un panal en la zona.

Cárdenas presentó un enrojecimiento en todo el brazo. Foto: Maryerlin Villanueva
Más casos

Mary Carmen Álvarez es ama de casa y vive en la parte baja de San Cristóbal, al lado de árboles donde hay algunos panales de avispas.

Relató que estaba en la cocina cuando el insecto la picó. Rápidamente soltó el vaso que tenía en la mano para revisarse, mientras veía “que una avispa negra rabona se alejaba de ella”.

Al igual que a Cárdenas, a Carmen se le enrojeció la piel. Fue al ambulatorio para revisarse, porque no soportaba el dolor. Era la primera vez que le ocurría, pues tiene más de 30 años viviendo en barrio El Río.

Otro tanto le ocurrió a la docente Dayana Bolaños. Sintió que “despertó” cuando de la nada un abeja le picó en las inmediaciones de su vivienda en barrio El Lobo, en San Cristóbal. 

Sostiene que cerca hay mucha naturaleza, donde fácilmente se pueden hallar enjambres de abejas. Al vivir en un conjunto residencial donde habitan niños, presumió que ellos “las molestaron y por eso las alborotaron”. 

Le preocupa que las autoridades no se aboquen a controlar estos insectos, puesto que hay personas que son alérgicas y si no se trata con prontitud podrían fallecer. 

Crecimiento de colmenas

El ingeniero agrónomo y entomólogo, Raúl Casanova, indicó que por esta época es normal que la abeja reina produzca masivas crías. Esto genera un aumento de colonias, lo que hace que aumente las temperaturas y se reduzca el espacio donde ellas están.

Esto provoca un mecanismo de reproducción natural, donde las abejas obreras, que son las encargadas de controlar el comportamiento de las abejas, comienzan a tratar a la reina abeja “como una vieja”, la cual cumple esta función por un lapso de un año, esto debido a las condiciones climáticas. En sitios más fríos la abeja puede cumplir un ciclo de hasta cuatro años.

Los enjambres de abejas y avispas buscan zonas húmedas para hacer panales. Foto: Maryerlin Villanueva

El inclemente calor hace que las abejas seleccionen las larvas de las abejas obreras que luego son convertidas en celdas para criar reinas. Estas se reproducen en un período de 16 días. Al llegar este día comienza a nacer y “de allí esta abeja reina virgen estimula a la vieja para que se vaya y comience a enjambrar”, explicó.

Al marcharse se lleva consigo un grupo numeroso de insectos, que pueden superar hasta el 50% de esta población. El enjambre busca rutas específicas para su producción.

“Esa colmena no es agresiva, pero si la molestan, activan su mecanismo que busca defender a su reina y su producción que llevan su buche”, expresó.

El calor incide

Detalló que en la región, estos insectos buscan fuentes de hidratación para establecerse, es decir, donde haya humedad, así  como lugares donde haya naturaleza o flores. “A diferencia de las abejas, las avispas no hacen este tipo de labor”, dijo.

Las avispas son organismos poiquilotermos, aquellos cuya temperatura corporal depende de la temperatura exterior. Al no poder regular como hacen los seres humanos, les afecta de forma directa el aumento de las temperaturas.

En octubre y noviembre pueden aumentar las colmenas en la zona urbana. Foto: Maryerlin Villanueva

El jefe de operaciones de Protección Civil Táchira, Alexis Acevedo, indicó que en la zona urbana de la capital, se evidencia un repunte de enjambres, lo que pone en riesgo a la población.

“En el mes de octubre y noviembre es cuando más se registran estos casos. Lo ideal es que la población notifique de forma inmediata a los organismos correspondientes para que ellos se aboquen a tumbarlos de allí”, dijo.

En caso de picaduras, lo más recomendable es acudir al médico, debido a las erupciones que pueden generar en la piel, más aún en el caso de las personas alérgicas. 


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