Hasta julio se le suministró desayuno a más de 800 niños. Ahora en vacaciones se sumaron voluntarios y brindan almuerzos a un promedio de 100 chamos. La red también trabaja en el fortalecimiento de la convivencia pacífica.
Caracas. Cada vez es más frecuente ver esos episodios donde los niños andan por la vida con dos o con un solo plato de comida al día. Incluso hay muchos que ni siquiera cuentan con el desayuno, sino que llenan sus barrigas con agua.
Esa situación no es ajena a las barriadas de la parroquia La Vega, donde un porcentaje importante de la población vive en situación de pobreza.
El sacerdote Jesuita, Alfredo Infante, director de la revista SIC del Centro Gumilla y quien lleva una importante labor pastoral en esta zona ubicada hacia el oeste de la capital, contó que a finales de mayo hubo un incremento en los casos de muchachos que presentaron malestar en pleno salón de clases, precisamente porque asistían sin haber comido.
Uno de los casos que más motivó a los docentes fue el de un adolescente que se desmayó en plena jornada y cuando volvió en sí contó que no estaba alimentándose, pues prefería dejar la comida para sus hermanitos. El joven tenía dos días tomando solo agua para engañar al estómago y en su colegio tampoco había suficientes insumos para garantizar el programa de alimentación escolar.
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La alarma se volvió general. “Empezamos a buscar soluciones a este problema, y a solicitar ayuda para fortalecer los comedores escolares. Organizamos la red educativa San Alberto Hurtado (que involucra a cinco planteles católicos) y comenzamos a redoblar los esfuerzos para reactivar los comedores. Llevamos cartas a todos lados buscando donativos ”, contó Infante.
La ayuda de gente solidaria les permitió cubrir el desayuno de 862 niños hasta el mes de julio. Y ahora en vacaciones continúan con el plan de alimentación. Están dando almuerzos diarios, y cuentan además con la colaboración del movimiento social promovido por Roberto Patiño.
El miércoles 3 de agosto atendieron a 90 niños de las escuelas e, incluso, dieron asistencia a otras familias de escasos recursos. Este viernes se beneficiaron 120 pequeños.
Cabe destacar que el proyecto abarca más que un plato de comida al día. También contempla la idea de reforzar la educación, formar al vecino y fortalecer la convivencia.
Ello porque en los barrios de La Vega hay mucha violencia, “y debemos rescatar los espacios para la vida y la convivencia, donde nuestros jóvenes aprendan sus derechos, y a resolver sus conflictos de manera pacífica”, concluyó el sacerdote.
Foto referencia: Cristian Hernández
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