La historia de Marvel es muy ambiciosa, pero sus pretensiones se disipan en la búsqueda de una profundidad que no trasciende.

Caracas. Cuentan por doquier que Eternals es un cómic que durante años ha estado en el desván de la atención de muchos. Olvidado, alabado solo por unos cuantos, pero sin la suficiente popularidad como para estar en abundancia en portadas de cuadernos de salones saturados.

Desde el anuncio de su estreno, esta película del Universo Cinematográfico de Marvel generó todo tipo de expectativas en los seguidores de las distintas sagas de esta casa. No solo por cómo estos nuevos personajes para tantos desconocidos se incorporarían a este mundo conocido, sino también por el elenco vaticinado y el misticismo del mundo prometido. Hablamos de personajes interpretados por Angelina Jolie, Salma Hayek, Gemma Chan, Richard Madden o Kit Harington.

Eternals
La película no solo es ambiciosa en el elenco que se ve durante el metraje, sino en el que advierte, como Harry Styles

Luego se sobrecargaron las expectativas cuando se supo que Chloé Zhao sería la directora. Ella, que viene de un universo distante, en las antípodas de este tipo de cine de peleas, explosiones, personas voladoras y rayos láser; representantes de propuestas más consentidas por la estatuilla del Oscar, como las tres que ganó su Nomadland este año, entre ellas por Mejor Película y Mejor Dirección.

Ya Eternals está en pantalla. Sus primeros minutos son prometedores. Un planteamiento en el que se nota la búsqueda de una profundidad en trama y personajes. Los protagonistas forman parte de un grupo de seres creados por los Celestiales, liderados por Arishem, ser supremo que a los Eternos guía y ordena en la misión de proteger a la Tierra de los Deviants, monstruosas criaturas que devoran a los humanos.

Desde hace millones de años están en el planeta, en la constante lucha contra estos enemigos, que carcomen la existencia y el avance de la humanidad. Pero solo ante esta amenaza pueden intervenir. De resto, tienen prohibido entrometerse en cualquier dinámica humana, por más sangrienta que sea. Por eso, algunos eternos se frustran al no poder actuar ante guerras y otros conflictos, en procura de la ansiada armonía mundial.

Eternals
La película tiene una buena selección musical, que incluye a Pink Floyd

Eternals busca diferenciarse del resto de las películas de Marvel. Destaca el hecho de tener a un equipo de superhéroes que se aleja del común en la pantalla. Por ejemplo, una integrante del equipo es sordomuda, mientras que otro es abiertamente homosexual.

Pero más allá de las intenciones de contrarias ciertos convencionalismos, Eternals empieza a enredarse en una historia que se quiere vender intensa, pero que en su esencia resulta trivial hasta en el empaque; una mezcolanza de momentos que parecen retazos con autores que se turnan por ratos para llevar a cabo el objetivo.

Eternals
Angelina Jolie encarna a uno de los personajes menos convincentes del grupo de superhéroes

Al principio está claro y bien llevado todo el asunto de la complejidad del ser humano, el libre albedrío, la frustración de quien desea más participación. Así como también se prevé cierto discurso optimista, al muy estilo de Steven Pinker sobre los avances de la humanidad, y los buenos momentos alcanzados a pesar de las todavía existentes desgracias.

Sin embargo, en Eternals todo se va diluyendo cuando la razón de ser de los protagonistas se resquebraja y surgen los conflictos en el equipo. Entonces la película se convierte en una pesada exposición de motivos repetitivos que rozan con el terreno de las galimatías, discursos de coach novato que todavía hilvana argumentos potentes a través del ensayo y el error.

Tal vez es que no se siente realmente el peligro. Quizá uno está demasiado contaminado de peligro inminente por los Vengadores, una saga que no escatimaba en destruir ciudades, y el espectador sentía que podía estar ahí, en cualquier construcción demolida, en obvia desventaja ante el mal. 

En Eternals hasta las desnutridas peleas cruciales ocurren en parajes lejanos, difíciles de identificar y la amenaza luce como la orca que se come a la foca en una costa a punto de congelarse. Sí, es cierto, hay algunas entre calles y concreto, pero pueden ser la alucinación de un pandillero en una noche de pastillas y alcohol.

Eternals
El largometraje tiene dos escenas posteriores a los créditos

Eternals se traza tanto como meta diferenciarse del resto de Marvel, que hasta suele compararse con las intenciones de DC Cómics, con héroes poderosos que también se fortalecen de sus sombras. Y eso no está mal, el problema es cuando no fluye una identidad, sino que se queda tan solo en el esfuerzo.

La obra termina siendo tan solo pretenciosa en sus maneras, con una ambición de realzar sus ínfulas de marcar distancia, pero sin profundizar.

Es una lástima, porque ese ímpetu por cuestionar a su olimpo de dioses en la trama da para muchas lecturas incluso teológicas y filosóficas, con claras alusiones también al darwinismo, pero el agua se diluye sin llegar a ser torrente.

Una discusión casi eterna —la película dura dos horas y media— que parece más bien la reunión de viernes por la noche de estudiantes de primer semestre que entre bebidas se cuestionan ciertos preceptos de la vida.


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