Los hospitales del país, sin insumos para atender emergencias y sin ambulancias, ponen en riesgo la vida de los pacientes. La familia Mata Vásquez no pudo salvar a su hijo Mateo, por la crisis sanitaria.
Chichiriviche. “¡Una ambulancia, por favor, una ambulancia!”, gritaban los padres de Mateo Josué, un bebé que a los 12 días de nacido se debatía entre la vida y la muerte.
El 4 de abril todo era alegría en casa de los Mata Vásquez, el cuarto miembro de la familia acababa de llegar tras una cesárea sin complicaciones. Mateo pesó 3,930 kilogramos y midió 55 centímetros.
De vuelta a casa todo estaba normal. Cuatro días después sus padres iban a consulta con el pediatra porque vieron al recién nacido con ictericia (estaba amarillo) y al ser auscultado se dieron cuenta de que presentaba dificultad respiratoria y 39 °C de fiebre.
Tras una serie de exámenes certificaron que Mateo padecía COVID-19 y ameritaba un ventilador mecánico con urgencia.
El bebé se encontraba en el hospital Dr. Prince Lara, de Puerto Cabello, porque el hospital Dr. Lino Arévalo, de Tucacas, no tenía capacidad para atender la emergencia del recién nacido.
Brimerci Vásquez, madre del bebé, accedió a conversar con Crónica.Uno y explicó que la opción era trasladarlo en una ambulancia privada. Sin embargo, los costos rondaban los 12.000 bolívares, es decir, 500 dólares al cambio.
Insuficiencia de vehículos
La realidad de la falta de ambulancia en Falcón está en terapia intensiva. En la entidad más de 24 unidades están inoperativas, informó Yoe Cabos, director regional de Protección Civil (PC).
Cobos aseveró que la flota de vehículos de emergencias está por crecer cuando entreguen seis unidades nuevas. Entre los centros beneficiados están el hospital Rafael Gallardo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) y Protección Civil.
Pero en Chichiriviche, municipio Monseñor Iturriza, donde habita la familia Mata Vásquez, no hay ambulancias en funcionamiento.
Elvis Hernández, director municipal de PC Iturriza, informó que realizan gestiones a través del Consejo Federal de Gobierno para arreglar las dos ambulancias asignadas a esta jurisdicción.
En Coro, capital de Falcón, una bebé nacida el 26 de abril en el ambulatorio tipo III José Rafael “Fay” Rodríguez, de la urbanización La Velita, debía ser trasladada con urgencia a un hospital. Pudieron llevarla en una camioneta habilitada por allegados para asistirla en la incubadora.
Freddy Figueroa, exdirector de PC en Falcón, señaló que la entidad tuvo uno de los mejores parques automotores del país de respuesta de emergencias, con 62 ambulancias en 2009. Comentó a Crónica.Uno que cada municipio tenía un vehículo para traslado médico.
Sin embargo, Mateo no corrió con la suerte de la “Venezuela próspera”. Sus padres, con mucha dificultad, lograron recaudar los $500 e hicieron el pago a una empresa privada para el traslado del pequeño.
La travesía
Era el 16 de abril de 2023, entre las 5:00 y 6:00 p. m., cuando Mateo, su madre, una tía, una médico y un paramédico, emprendieron la travesía desde Puerto Cabello hasta el hospital general de Coro Dr. Alfredo van Grieken. Allí, en la unidad de cuidados intensivos de neonatología, había un ventilador mecánico para asistir al bebé.
A Brimerci no le permitieron ir atrás con su hijo. Iba con el chofer de la ambulancia, quien no emprendió viaje hasta que se le cancelaron 500 dólares: 200 dólares en efectivo y el resto en bolívares a través de pago móvil.
El camino a Coro duró poco más de cuatro horas, tiempo en que la angustia aumentó, dijo la madre. El conductor, además de su mala actitud, no conocía el camino y se perdió. Tampoco supo usar el GPS del celular.
Quizás mi hijo lo habría logrado si ese señor supiera lo que estaba haciendo, no sabía dónde quedaba el hospital”, recordó entre llanto Brimerci.
Atrás, lleno de esperanzas, Juan Mata seguía a su hijo en otro vehículo. Debido a su gravedad, Mateo debía ser aspirado. La madre aseguró que el aspirador de la ambulancia no servía y cada vez que el asiento del chofer se movía se obstruía la manguera.
A las 10:40 p. m. llegaron al hospital de Coro. Los médicos de guardia certificaron que desde hacía 40 minutos Mateo ya no respiraba. Pasado un tiempo que Brimerci no recuerda en minutos, Juan su esposo llegó al hospital, a acompañar a su hijo.
Solo alcanzó a escuchar de voz de los paramédicos: “¿Es que no sabes nada? Tu hijo no llegó”.
“Me quedé sin mi hijo, sin la posibilidad de tener más y endeudada, todavía no lo puedo creer”. dijo la madre.
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