Fe y Alegría cumple 66 años de su nacimiento. Fueron los esposos Reyes quienes donaron un espacio de su casa para que se fundara, en la parroquia 23 de Enero, la primera escuela de movimiento de educación popular y promoción social.

Caracas. Abraham Reyes fue un obrero que vivía en la parroquia 23 de Enero. Durante una homilía escuchó al sacerdote jesuita José María Vélaz hablar de la necesidad de la formación escolar, de salir de la ignorancia, de construir una escuela para los niños que ese día hacían su primera comunión. Al terminar la misa, Reyes se acercó al padre y le dijo: “Si usted quiere hacer una escuela, ponga las maestras que yo le regalo este local”.

El lugar donde se celebró la misa era la sala de la casa de Reyes y Patricia, su esposa. Al matrimonio Reyes le tomó siete años construir la casa. “Cuando lograban reunir cien bolívares, corrían a comprar cemento, bloques o cabillas, no fuera que se les presentara algún percance y tuvieran que gastar el dinero”, se lee en el sitio web de Fe y Alegría.

En esa sala nació la primera escuela de Fe y Alegría el 5 de marzo de 1955, hoy llamada Unidad Educativa Abraham Reyes. Un movimiento de educación popular y promoción social que está presente en 22 países de América Latina, África y Europa.

En Venezuela, Fe y Alegría tiene un total de 176 escuelas, 5 institutos universitarios, 23 emisoras de radio conectadas en red, 75 centros de capacitación laboral y un centro de formación, investigación y producción.

Fe y Alegría
Nancy Lara, directora de la Unidad Educativa Abraham Reyes. Foto: Luis Morillo

“Fe y Alegría nace en un momento del país que era difícil. Si Abraham Reyes cedió lo único que tenía por la educación, en este momento, nosotros estamos llamados a seguir adelante con este sueño, no podemos dejarlo decaer”, piensa Nancy Lara, directora de la Unidad Educativa Abraham Reyes, la primera escuela de Fe y Alegría.

Para Lara, ahora que el sistema educativo está golpeado y dolido, cuando el personal ha visto desmejorar su calidad de vida, es oportuno sembrar la esperanza: “No debemos desfallecer, perder los espacios que tenemos, la oportunidad de brindar un mundo de ilusiones y posibilidades”.

Foto: Luis Morillo

En Fe y Alegría solo se puede hablar de milagros para dar respuesta educativa a más de 100.000 niños, niñas y adolescentes en las zonas populares del país. En medio de la crisis humanitaria, la institución diseñó un currículo de emergencia para atenderlos. La labor también ha sido de ingenio para rendirle honor a sus maestros y no dejarlos solos en un momento en que son tan golpeados por los bajos salarios y las condiciones laborales.

“En medio de esta crisis que nos arropa debemos mantener viva la llama de la esperanza. Confiemos en Dios que esto pasará y tendremos una Venezuela próspera y llena de oportunidades para todos, propios y extraños”, dijo Lara.

Fotos: Luis Morillo


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