Fundación Me Diste de Comer tiene 23 años brindando ayuda a los más vulnerables en Ciudad Guayana

Diariamente entregan 550 almuerzos en los cuatro comedores de la fundación Me diste de Comer, en Ciudad Guayana. Además de los niños y sus madres, tienen un salón para brindar alimentación a adultos mayores

Diariamente entregan 550 almuerzos en los cuatro comedores de la fundación Me Diste de Comer, en Ciudad Guayana. Además de los niños y sus madres, tienen un salón para brindar alimentación a adultos mayores

Puerto Ordaz. Dice el dicho que “hablando se entiende la gente” y también del hablar surgen grandes ideas, como la fundación Me Diste de Comer, en Ciudad Guayana. 

Fue el 14 de agosto de 1999 cuando Carlos Corinaldesi, junto con su esposa y otras cinco personas conversaban sobre tapizar los bancos de la iglesia Sagrada Familia, en el sector de Unare, y hacer la iluminación de la zona. De allí surgió la idea de ayudar a los niños del Barrio Guayana.

Se percataron de que muchos de ellos estaban en situación crítica en cuanto a la alimentación, sus madres trabajaban todo el día o no tenían recursos para comprar todos los alimentos necesarios.

Comunicaron la idea al padre Clíve Mendoza, fallecido recientemente, así como al consejo parroquial, sin embargo, a este grupo le pareció un proyecto muy complicado.

“Salimos desolados, pero el padre Clíve nos dijo: ‘Dios les dará resultado si eso tiene futuro’. Y así fue que nos juntamos 30 personas que apoyan en la iglesia e hicimos el primer almuerzo para 10 niños con sus mamás”, recordó Carlos Corinaldesi.

Esos 10 niños, pronto se convirtieron en 30 y 40 al día. “El problema era más grande de lo que nos imaginábamos”.

No era igual dar de comer a 10 niños, que a 50. Además de la cantidad de alimentos, se requería de espacio y una cocina más grande y una nevera donde conservar los alimentos.

Diariamente entregan 550 almuerzos en los cuatro comedores de la fundación Me diste de Comer, en Ciudad Guayana. Además de los niños y sus madres, tienen un salón para brindar alimentación a adultos mayores
El primer almuerzo de la fundación Me Diste de Comer fue para 10 niños. Hoy tienen 550 comensales diarios en sus cuatro comedores
Comedores

A la fundación Me Diste de Comer también se fueron sumando colaboradores hasta lograr ampliar la ayuda con comedores en otras zonas de Ciudad Guayana. Abrieron uno en el sector Las Amazonas y otro en San José de Chirica con el padre Carlos Ruiz. 

La gente estaba entusiasmada porque lo que donaban se veía en la obra, y Dios no nos abandona”, afirmó.

El de Las Amazonas tuvieron que cerrarlo al tiempo. La política de la fundación es que sean las madres las que cocinen para los niños. Pero para entonces, el presidente Hugo Chávez estableció que las ‘madres del barrio’ debían cobrar un sueldo. Esta exigencia se la hicieron a la fundación, pese a no tener recursos para pagar un salario.

No obstante, con el cierre del comedor en Las Amazonas, vino la apertura de otro en Brisas del Sur, y posteriormente en Brisas del Orinoco. Allí se determinó la existencia de un alto porcentaje de niños con desnutrición.

Paralelamente iban todos los domingo al sector de Cambalache a llevar dos toneladas de alimentos a los indígenas waraos. Esta labor la mantuvieron por ocho años, hasta que la situación país empezó a dificultar cada vez más la ayuda.

En la actualidad solo mantienen cuatro comedores: el principal en el sector de Unare; y los de Brisas del Sur, Brisas del Paraíso y San José de Chirica. A diario tienen a 550 comensales, más 120 desayunos en la sede principal. Esa ayuda se extendió no solo a los niños y sus madres, también tienen un comedor para adultos mayores y otras personas en situación de calle.

Hay muchas personas de la tercera edad abandonadas y viejitos que están solos porque la familia se fue del país”, comentó Corinaldesi.

Diariamente entregan 550 almuerzos en los cuatro comedores de la fundación Me diste de Comer, en Ciudad Guayana. Además de los niños y sus madres, tienen un salón para brindar alimentación a adultos mayores
La fundación Me Diste de Comer también brinda alimento a personas de la tercera edad y en condición de calle
Más que una fundación

La fundación Me Diste de Comer depende únicamente de personas particulares e instituciones no gubernamentales.

“Esperamos seguir teniendo la ayuda de Dios”, sostiene Carlos Corinaldesi.

Con la crisis económica de Venezuela, los donativos disminuyeron, pero esto no ha sido impedimento para detener la labor que han mantenido por más de 20 años Carlos y su esposa, Ana Dolores de Corinaldesi, Lolita.

Para las comidas, casi no usan proteína cárnica, pero lo sustituyen con granos. Durante la época más dura de la pandemia no detuvieron su labor. En lugar de servir en los comedores, fueron directamente a las calles a entregar los almuerzos.

Al pedirle que defina en pocas palabras qué significa la fundación Me Diste de Comer, responde Lolita:

Esta es nuestra vida, es nuestra fortaleza, nuestro apoyo espiritual. Es un apostolado que llevamos en nuestra vida. Nos sentimos gozosos de poder servir y que el Señor nos permita servirle a los necesitados”.

Además de alimentos, la fundación Me Diste de Comer recauda ropa y zapatos para donarlos a los necesitados en el sector de Cambalache.

“Hay muchas personas sin zapatos. A veces llegan a la fundación descalzos. Se vienen a pie desde Cambalache hasta el comedor de Unare”, comentó Lolita.

Para cualquier donación, los contactos son: carlosjorgecorinaldesi@gmail.com y fundacionmedistedecomer1999@gmail.com.

Teléfonos: 0414 858 9961 y 0414 858 9915.

La sede principal de la fundación Me Diste de Comer se ubica en Unare II, Sector 1, Calle 3, Puerto Ordaz; detrás de la iglesia Sagrada Familia.


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