Para el politólogo Piero Trepiccione, que el nuevo TSJ esté conformado casi en su totalidad por magistrados con vínculos claros con el chavismo es un “retroceso” para lo que algunos consideraban como una apertura del oficialismo.

Caracas. El martes la Asamblea Nacional (AN) nombró a los nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), un proceso que acaparó la atención porque algunos creyeron que abría la posibilidad a una real transformación del sistema judicial venezolano. Sin embargo, que de los 20 magistrados seleccionados, 18 tengan vínculos con el chavismo, echa por tierra cualquier cambio o balance.

El proceso de selección de los magistrados del TSJ tuvo muchas similitudes al de la selección del directorio del Consejo Nacional Electoral en 2021, pero con resultados muy distintos. Mientras que el chavismo entregó dos de los cinco cargos de rectores a la oposición, una presencia considerable aunque minoritaria, para el caso del máximo tribunal el oficialismo se aseguró que la presencia “no alineada” fuera mínima.

Este miércoles el tribunal dio muestras de su homogeneidad al designar a Gladys Gutiérrez como la nueva presidenta del máximo tribunal, a Édgar Gavidia como primer vicepresidente y Henry Timaure (un militar) como segundo vicepresidente. Todos tienen un expediente que los vincula con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Foto Archivo

En el caso particular de Gladys Gutiérrez, esta magistrada, quien ya fue presidenta del TSJ de 2013 a 2017, los vínculos con el chavismo no son especulación, sino históricos. Para 2005 consiguió ser electa diputada suplente por el estado Nueva Esparta con el partido Movimiento Quinta República (MVR). En 2006 fue designada por Hugo Chávez como procuradora general de la República y cuatro años después logró que la AN de mayoría del PSUV la convirtiera en magistrada del TSJ, el cual no abandonaría hasta 2020 cuando el tribunal la designó como rectora del CNE.

Gladys Gutiérrez fue de esa forma, la última presidenta del TSJ antes del período de cinco años en los que Maikel Moreno (quien también repite en el tribunal) asumiera ese cargo.

Además de ser presidenta del TSJ, la magistrada presidirá también la Sala Constitucional, decisión que fue aprobada, según ella misma en declaraciones a la televisión del Estado, por “unanimidad”.

Los otros directores de las salas restantes son: Malaquías Gil (Sala Político-Administrativa), Cryslia Rodríguez (Sala Electoral), Henry Timaure (Sala de Casación Civil), Elsa Gómez (Sala de Casación Penal) y Édgar Gavidia (Sala de Casación Social).

Un retroceso en la supuesta apertura de Maduro

El politólogo Piero Trepiccione explica a Crónica.Uno, que lo que ocurrió con el TSJ fue un “retroceso” de la apertura que el chavismo inició con el nombramiento del CNE y que continuó luego con reuniones con el Foro Cívico para buscar soluciones a problemas sociales y encuentros con empresarios y trabajadores para mejorar la situación laboral en el país.

Es un retroceso. De eso no hay dudas. Con el CNE hubo una apertura a pesar de que el resultado no fue el anhelado, pero sí la hubo y fue importante, se le dio una señal importante al país y al mundo de que había una voluntad de mejorar. Ahora, con el TSJ, lo que hay es un retroceso significativo porque el mensaje es que en lugar de querer abrir el juego, lo que haces es cerrarlo”, comentó.

El politólogo aseguró que la nueva conformación del TSJ “profundizará las dudas en torno al sistema de justicia venezolano”, ya que a su juicio lejos de ser un proceso basado en méritos, para él este fue “profundamente partidizado”.

La designación obedeció claramente a los criterios del PSUV. No hay sorpresa cuando revisas los nombres y ves que muchos fueron diputados del partido o fueron funcionarios del gobierno. Lo que se demuestra es que no estás interesado en una apertura real, sino en blindarte ante cualquier ruptura o amenaza que pudiera surgir, explicó.

Rechazo pleno desde la oposición y la sociedad civil

Tras conocerse los nombres de los nuevos magistrados, el gobierno interino que preside Juan Guaidó condenó el proceso y señaló a través de un comunicado que la nueva composición del tribunal era reflejo de la ausencia de democracia en Venezuela.

Este hecho es la muestra más reciente de la ausencia de democracia en nuestro país, marcada por un proceso de repartición de cuotas entre los distintos grupos de poder de la dictadura y sus cómplices que aleja la posibilidad de encontrar justicia, verdad y reparación para miles de venezolanos, se lee en el texto.

Por su parte, el partido Voluntad Popular calificó de “imposición” el nombramiento de los magistrados y expresó en un comunicado que “la designación de falsos magistrados, que son diputados del PSUV y rectores del CNE, expone y corrobora la ausencia de democracia en Venezuela y, además, representa una mofa para quienes han sufrido las violaciones de derechos humanos perpetradas por esta dictadura”.

Una postura similar fue la del partido Primero Justicia el cual expresó en su propio comunicado que el país había sido “testigo de un proceso que ha estado marcado por una pugna interna del PSUV, que ha convertido esta designación de magistrados en un reparto de cuotas entre distintas fracciones del madurismo”.


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