Grupo Ecológico San Pedro promueve la agricultura urbana como actividad sostenible

Parte del terreno que tiene el Grupo Ecológico San Pedro está a escasos metros del río Valle, allí han sembrado diversas frutas. Francisco Vásquez, farmaceuta y miembro de la organización, se encargó de señalarlas: tamarindo, aguacate, níspero, guayaba, café, granada, limonero, mamón, mango y stevia.

Caracas. Son las 9:00 a. m., el sol incomoda la piel, el calor ya se hace notar mientras se camina entre las calles María Teresa Toro y Reynaldo Hahn de la avenida Francisco Pimentel, en la Parroquia San Pedro del municipio Libertador. En el momento en que se cruza la reja hacia el Grupo Ecológico San Pedro, la temperatura se hace más tolerable bajo la sombra de los grandes árboles y varias especies de plantas que cuidan los miembros de esa organización.

El Grupo fue fundado en 2007 por Yrama Capote, con el objetivo de concientizar y sensibilizar a las personas sobre los daños que se han hecho contra la vegetación y de promover la participación ciudadana para velar por los espacios verdes. Desde su fundación, han plantado 3000 árboles y para este 2021, han sembrado 300.

Durante 14 años Capote ha participado en diversos voluntariados estudiantiles de todos los niveles académicos, así como también los vecinos de Santa Mónica y demás sectores del municipio. La mujer dirige el recorrido, explica cómo es el proceso para crear la composta, un abono orgánico que beneficia el crecimiento sano de las plantas y frutas, así como para ayudar a reducir las altas temperaturas.

Foto: Tairy Gamboa

Luego procede a señalar la zona que tienen destinada para la germinación, allí estaban creciendo robles, fresnillo, semeruca, caoba y demás especies para ser plantadas por todo el municipio.

Tienen que tener al menos 1,5 metros para ser plantados en el lugar que fue asignado, indica Yrama. También menciona que no todas las plantas destinadas a ser árboles son aptas para que crezcan en la ciudad, como es el caso del jabillo, ficus, higuerón, caucho, seiba, caoba, samán porque afecta el pavimento y aceras.

Agrega que todas las herramientas que utilizan son recicladas. A cada instrumento se le saca provecho, como fue el caso de un tobo azul que tiene una costura de alambres para que continúe como parte del equipo de trabajo.

Foto: Tairy Gamboa
La agricultura urbana

Parte del terreno que tiene la organización sin fines de lucro está a escasos metros del río Valle, allí han sembrado diversas frutas. Francisco Vásquez, farmaceuta y también miembro del Grupo Ecológico San Pedro, se encargó de señalarlas: tamarindo, aguacate, níspero, guayaba, café, granada, limonero, mamón, mango y stevia.

A pesar del trabajo que han hecho los voluntarios e integrantes de la organización para resguardar estas frutas, Vásquez señaló que es una constante lucha recordarles a las personas que no lancen desperdicios, han lanzado botellas y demás desechos que las perjudican.

Mientras lidera el camino, el farmaceuta señala unas manchas negras espesas en el suelo, el líquido oscuro es aceite quemado de motor y ha decolorado parte de ese tramo. Francisco explica que eso impide el intercambio bio-gaseoso con la atmósfera, ocasionando que sea afectada la fertilidad de la tierra para cultivar.

Foto: Tairy Gamboa

Por otra parte, agrega que la siembra urbana puede permitir generar otras fuentes de ingreso para los venezolanos y es una actividad de ecología sustentable.

Alerta con la tala de árboles

Tanto Yrama como Francisco están preocupados por la tala de árboles que ha ocurrido en la ciudad de Caracas, como en el resto del territorio nacional. Ante esa situación, diversas ONG enfocadas en la ecología convocaron una caminata para este 27 de noviembre a fin de rechazar la poda y la tala desmedidas.

Foto: Tairy Gamboa

Asimismo, Capote da una referencia clara: cuando el Gobierno realizó la ampliación de la autopista Valle-Coche, el Grupo Ecológico San Pedro identificó que fueron talados 700 árboles.

La organización pudo evitar que cortaran los que estaban en su territorio a las orillas del río Valle, los que siguen de pie tienen números pintados en sus troncos.


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