El largometraje de Rafael Marziano ganó Mejor Película en el Festival del Cine Venezolano, que se celebró en Caracas este año. El filme de ficción cuenta con un elenco conformado por Marialejandra Martin, Carlos Cruz, Sheila Monterola, Indira Saturno y Gonzalo Velutini. Desde el 19 de febrero de 2021 está disponible en la plataforma del Trasnocho Cultural

Caracas. Fue una sorpresa. Los premios que se iban entregando durante la noche permitían prever que Yo, imposible de Patricia Ortega sería la ganadora como Mejor Película en el Festival del Cine Venezolano: antes de dar a conocer el galardón principal, este filme había recibido seis reconocimientos.

Pero no. El largometraje victorioso la noche del 20 de junio fue Historias pequeñas, dirigida y escrita por Rafael Marziano, que hasta ese momento solo había ganado como Mejor Sonido. Ahora, casi dos años después de su victoria en el certamen, está disponible desde el 19 de febrero de 2021 en la plataforma del Trasnocho Cultural.

El jurado reconoció una obra, que compitió con otros 12 filmes, a la que calificó como acorde a los tiempos que transcurren en Venezuela. “Por el estilo personal con que retrata, desde la ironía, la conducta del venezolano frente a los acontecimientos políticos recientes en nuestro país”, indicó el comité evaluador, conformado este año por los periodistas Juan Antonio González y Alexandra Cariani, el productor Pedro Mezquita y los cineastas Geyka Urdaneta y Luis Rodríguez.

Eligieron una obra que consta de diversas historias, que parecieran estar desconectadas, pero que tienen como trasfondo los sucesos ocurridos entre el 11 y 15 de abril de 2002, cuando Hugo Chávez fue derrocado durante pocas horas de la Presidencia.

Yo, imposible es la historia de una persona que no entiende lo que pasa con su cuerpo, un retrato íntimo de un personaje llamado Ariel (Lucía Bedoya) que vive en una casa rural, y que ve cómo su cuerpo no responde a lo que ella cree debe pasar. Agobiada, busca respuestas, pero le son esquivas, tanto su madre como la doctora que la trata desde hace tiempo no le hablan sobre lo que ocurre. Cuando nació, se dieron cuenta de que era intersexual. La operaron, y fue criada como niña, pero nada resultó como querían quienes se creían con derecho a decidir por ella. Ese retrato intimista, es el segundo largometraje de Ortega, quien realizó una campaña de crowdfunding para lograrlo.

Pero Historias pequeñas va más allá de la intimidad de una sola persona para mostrar, con sigilo, la interioridad de distintos sujetos mientras una marcha se dirige a Miraflores, unos pistoleros irrumpen en las pantallas venezolanas, militares desconocen al gobernante, un mandatario es sacado del poder, y se instaura otro gobierno, que brevemente es depuesto por soldados leales al gobernante previamente electo.

Marziano, desde la ficción, muestra la vida de gente común y corriente, ajena a las decisiones desde el poder cambiante, pero que no por ello dejaron de vivir las consecuencias. Una pequeña televisión apenas muestra en escena las imágenes de los momentos que definieron esas fechas, pero cada personaje está inmerso en sus tragedias, en la supervivencia de una realidad mucho más próxima que resulta agobiante.

El 11 de abril fue un pretexto para el guion. Solo quise mostrar estas familias, y a la vez, a nosotros mismos. Hablamos de un hecho que conmueve a la sociedad y que uso como ironía. Ante un gran hecho, reaccionamos de distintas formas. Es como un catalizador, afirma el realizador sobre su primer largometraje de ficción, que se filmó en el segundo semestre de 2014.

“Tardé un poco con ciertos detalles de efectos y otras cosas por hacer. En enero de este año estuvo lista”, explica.

Los sentimientos expuestos en cada una de las historias van cambiando, aunque tienden a vincularse con el desasosiego. En el elenco estuvieron actores como Marialejandra Martin, Carlos Cruz, Sheila Monterola, Indira Saturno y Gonzalo Velutini.

Un profesor engaña a su esposa mientras en las calles el plomo deja sangre en el asfalto. Un militar envuelto en un negocio aparentemente turbio ve cómo el éxito puede ser trastocado por los cambios en el poder. Un vagabundo abnegadamente vela por su compañera de calle mientras sobreviven a la represión. Una joven enamorada escucha cómo su novio es víctima de la violencia en esos días convulsos. Y una madre que se gana la vida como empleada de limpieza es testigo de los cambios en el poder en lugar de los hechos. Ella, indiferente, solo espera que su hijo esté bien. Al final, parece saber que no importa lo que ocurra. Su situación será la misma.

No sé si ven desesperanza en las historias, o desesperanzas en sí mismos. Lo importante es que en esta película veamos verosimilitud y crudeza. Hago que los espectadores se vean a sí mismos y reflexionen sobre cuán cercanos están a la vida que los rodea. Quizás eso causa cierta desesperanza con toda seguridad. Pero la vida, más que de falsas esperanzas, está hecha de hechos concretos que hay que afrontar, agrega el realizador de los documentales El camino de las hormigas (1994) y Swing con son (2009).

Y agrega: “Todos los personajes que están ahí seguramente son muy cercanos al público, que reconocerá al vecino, al amigo, alguna vivencia personal. Varias personas se han acercado para decirme que sus perspectivas se cruzan con muchas de las de estos personajes”.

Sobre el cine venezolano

Durante la premiación del jueves 20 de junio en el Trasnocho Cultural, el jurado indicó que la selección de los 13 largometrajes en competencia representa la buena salud en la que se encuentra el cine venezolano en estos momentos. Marziano, quien también es profesor, coincide: Como me toca curar muchas películas cada semestre, tanto en la UCV como en la Escuela Nacional de Cine, he visto en los últimos años, en los que ha arreciado nuestra gran crisis social histórica, que el nivel de películas se ha incrementado de forma exponencial. Parece que las más aciagas y adversas circunstancias hacen que la gente se exprese de una manera más acertada, sensible e eficaz. El arte se convierte un talismán para las sociedades y la cultura.

Está previsto que Historias pequeñas se estrene en la cartelera venezolana, pero todavía no hay fecha fijada. El autor reconoce además que son momentos difíciles para la obtención de presupuesto. “Tuve una financiamiento convencional. Desde el CNAC y coproductores nacionales. Cada vez más personas se apoyan en productores de afuera para lograr los objetivos. Pero el CNAC tiene sus recursos que dependen de la taquilla que se ha visto disminuida. Lo que puede dar es muy poco. También hay errores en la política de la conducción del organismo”.

No cree sin embargo que dejarán de realizarse largometrajes. “Antes una película podía costar medio millón de dólares. Pero tengo jóvenes amigos que están filmando con 2.000 y 3.000 dólares. Este momento lo pasaremos y lo recordaremos. Recuerdo cuando estudié cine en Polonia, en comunismo, un señor como Kieślowski hizo películas, obras maestras hechas en los ochenta, en la época de mayor penuria económica y escasez. Hay maneras de darle la vuelta a todo, mientras haya voluntad y talento”.

Sobre la premiación

La premiación del Festival del Cine Venezolano, que se llevó a cabo en el Trasnocho Cultural del 13 al 20 de junio, culminó con el anuncio de los ganadores en una de las salas del complejo, en la que hubo iluminación muy tenue, especialmente para los animadores, Nohely Arteaga y Rafael Romero, quienes agradecieron a los que estaban en primera fila que los alumbraran con las linternas de sus celulares para así poder leer sus discursos.

En 2019 el certamen se trasladó a Caracas debido a los apagones y problemas con el combustible en Mérida, la ciudad donde suele realizarse. En el acto, Karina Gómez, presidenta del festival, recordó las razones del cambio. Según sus registros, hubo una asistencia de 1.900 espectadores durante las proyecciones de los filmes en competencia.

Lamentó no haber tenido por razones logística los premios que otorgan la prensa y el público, un tema que generó discusión entre el gremio periodístico y la crítica. Pero celebró que se haya podido llevar a cabo la actividad competitiva de los 13 largometrajes participantes. La idea es regresar a Mérida en 2020 con todos los galardones, así como las actividades de formación. Es el objetivo de los organizadores.

Trailer

Ganadores:

  • Premio Mejor Película: Historias pequeñas, de Rafael Marziano.
  • Premio Mejor Director: Patricia Ortega (Yo, imposible).
  • Premio Mejor Ópera Prima: Jazmines en Lídice, de Rubén Sierra.
  • Premio Mejor Guion: Enmanuel Chávez y Patricia Ortega (Yo, imposible).
  • Premio Mejor Actriz: Lucía Bedoya (Yo, imposible).
  • Mención Especial: Voy por ti, de Carmen La Roche.
  • Premio Mejor Actor de Reparto: Santiago Osuna (Voy por ti).
  • Premio Mejor Actriz de Reparto: María Elena Duque (Yo, imposible).
  • Premio Mejor Dirección de Arte: Matías Tikas (La noche de las dos lunas).
  • Premio Mejor Fotografía: Alexandra Henao (La noche de las dos lunas).
  • Premio Mejor Edición: Paloma López Carrillo, Maricarmen Merino, Gustavo Rondón Córdova (Jazmines en Lídice).
  • Premio Mejor Sonido: Lino Ocando (Historias pequeñas).
  • Premio Mejor Música: Álvaro Morales (Yo, imposible).
  • Premio Mejor Casting: Luis Castillo y Carolina Riveros (Yo, imposible).


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