“Este horario para nada nos favorece. Están acabando con el turismo de Galipán. La mayoría vivimos de los turistas que suben al teleférico”, comentó Ana, cuyo restaurante ahora empieza la jornada a partir del mediodía debido al nuevo horario de 3:00 p. m. a 9:00 p. m. en días de semana y hasta las 11.00 p. m. los sábados y domingos.

Caracas. En el pequeño restaurante de Ana*, en el pueblo de Galipán, solo atendieron a un cliente durante el primer día en que el teleférico de Caracas trabajó con nuevo horario. Este atractivo turístico que conecta la ciudad con la parte alta del parque nacional el Ávila reanudó operaciones hace apenas dos semanas, luego de haber estado paralizado por al menos tres meses, debido a trabajos de mantenimiento.

Pero desde el pasado jueves 18 de noviembre el teleférico solo funciona de jueves a domingo, de 3:00 p. m. a 9:00 p. m. en días de semana, y hasta las 11:00 p. m. sábados y domingos.

Foto: Tairy Gamboa

Estos últimos cambios en el servicio han afectado las ventas de los pequeños comerciantes que están en la parte alta del teleférico y también a los que están al otro lado de la montaña, en Galipán. Todos, además, han tenido que lidiar con los problemas económicos de los últimos años en el país y con la pandemia por COVID-19 que prácticamente los dejó sin trabajo durante gran parte del año 2020 debido al confinamiento.

Ustedes fueron las únicas clientas del día, dijo Ana a dos personas mientras pagaban la cuenta de 15 dólares en total. Este es el costo de una promoción de comida para dos personas con bebidas incluidas, oferta que ofrece el pequeño local, recientemente inaugurado, para atraer a los pocos clientes que por estos días visitan el pueblo, un lugar que, aún siendo un territorio pequeño, está lleno de restaurantes, tiendas y otra cantidad de comercios que deben competir entre sí para tratar de sobrevivir a la falta de turismo en la zona.

Foto: Tairy Gamboa

Este horario para nada nos favorece. Están acabando con el turismo de Galipán. La mayoría vivimos de los turistas que suben al teleférico, comentó Ana, cuyo restaurante ahora empieza la jornada a partir del mediodía debido al nuevo horario. Antes del cambio empezaban a trabajar a las 8:30 a. m. y cerraban a las 7:00 p. m., ahora están planeando cerrar un poco más tarde, pero todo depende de cómo vayan las cosas durante los próximos días.

Allá arriba hay más gente que aquí abajo, dijo Ana sobre la desventaja que tiene el pueblo ante los visitantes que llegan a la estación del teleférico y pueden elegir quedarse allí, en donde también hay una gran cantidad de restaurantes y pequeños quioscos de comida y artesanías (cuyos inquilinos en su mayoría son habitantes de Galipán), sin decidir bajar al pueblo. Además, ahora también está el Hotel Humboldt, un lugar que, debido a sus elevados costos, no representa una opción para todos los visitantes del teleférico, pero que aún así atrae a turistas que puedan costear, por ejemplo, los 60 – 80 dólares que cuesta un recorrido por el hotel.

Foto: Tairy Gamboa

Bajar desde la estación al pueblo tiene un costo de un dólar la ida, y el retorno otro dólar más. Ya son más de las 4:00 p. m. y Gabriela espera a que lleguen más clientes que quieran bajar a Galipán. Hay tres esperando en la parada, pero el vehículo todo terreno que maneja desde hace seis años tiene capacidad para al menos 12 personas. Cuando el teleférico estuvo paralizado ella estuvo haciendo traslados terrestres desde la estación en Maripérez, al igual que sus demás compañeros, que son más de 20 conductores.

Durante esos tres meses el beneficio para los transportistas fue “relativo”, según su experiencia. Más se beneficiaron ellos que nosotros, añadió Gabriela, quien hace referencia a los responsables del teleférico: Venezolana de Teleféricos (Ventel), una institución que pertenece a su vez al Ministerio de Turismo.

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Durante la paralización del teleférico la tarifa para los traslados terrestres desde Maripérez hasta la parte alta de la montaña tenía un costo de ocho dólares que los usuarios debían cancelar por taquilla y no directamente a los conductores, quienes solo se quedaban con cuatro dólares de cada pasaje y el resto iba para Ventel. Según Gabriela, esta tarifa redujo considerablemente la cantidad de visitantes. En este país no todos tienen para pagar ocho dólares, opina Gabriela.

Dicha opinión contrasta con los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) 2021, realizada por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB), la cual estima el índice de pobreza extrema en el país en 76,6 %.

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Pero no nos quedó de otra, era eso o nada. Si nosotros, por nuestra cuenta, cobrábamos a los turistas una tarifa de cinco dólares nos amenazaban con funcionarios de la Dirección de Investigaciones Penales de la Policía Nacional Bolivariana (DIP-PNB), añade Gabriela. La sede del DIP está dentro de la estación del teleférico en Maripérez. A este lugar trasladaron al periodista Roland Carreño al momento de su detención.

Durante el recorrido realizado por Crónica.Uno, el pasado 18 de noviembre, por la estación del teleférico en Maripérez se pudo verificar que hay personas detenidas en dicho comando policial. Además, por el lugar hay constante tránsito de patrullas y funcionarios policiales, vestidos tanto de civil como con uniformes identificativos y con armas en la cintura, cercanos a los visitantes del teleférico.

Foto: Tairy Gamboa

A los conductores de Galipán también les prohibieron bajar a los turistas al pueblo. El recorrido debía ser directo hasta la estación terminal del teleférico. Pero a pesar de esa prohibición, nosotros, por nuestra cuenta, tratábamos de llegar a un acuerdo con los turistas y decirles que si querían nosotros los esperábamos y los bajábamos al pueblo un rato, porque mi gente está allá abajo, y nosotros también vivimos del turismo, expresa Gabriela.

Qué dicen los comerciantes de arriba

Para Sandra, los tres meses de paralización del teleférico fueron días rudos, porque para ella, el mayor atractivo del parque es subir en los funiculares, y al no tener esa posibilidad este perdió muchos visitantes, al igual que ella perdió muchas ventas. En su pequeño quiosco ofrece variedad de dulces criollos, tortas, galletas, vinos y, lo más buscado por los visitantes del Ávila: el chocolate caliente y las fresas con crema, ambas opciones con precios que van desde un dólar hasta siete dólares.

Foto: Tairy Gamboa

El primer día con el nuevo horario no estuvo tan malo para Sandra. No habían pasado ni dos horas desde la apertura cuando la caminería que empieza al bajar del funicular y termina frente al Hotel Humboldt ya estaba siendo recorrida por una cantidad considerable de parejas, familias y grupos de amigos. Sin embargo, este recorrido se ve interrumpido con frecuencia por el paso de los vehículos pertenecientes al hotel, que a pesar de ir a baja velocidad, de igual forma obligan a las personas a orillarse y ceder el paso constantemente.

Foto: Tairy Gamboa

Los fines de semana son los días de más ventas. Pero en los días de semana también sube gente, incluyendo los martes y miércoles, opina Sandra, quien también considera que el problema no solo es dejar de trabajar dos días de la semana, sino que también comenzar a hacerlo a partir de las 3:00 p. m. es limitante tanto para los comerciantes como para los visitantes del parque.

Foto: Tairy Gamboa

En eso coincide Gladys, otra inquilina de uno de los quioscos del parque, sobre el recorte en el horario de trabajo. Esto va a limitar mucho las ventas porque es un horario nada cómodo. Nosotros aquí ya hicimos pedidos de menos mercancía debido a este cambio. La mayoría de las personas que sube lo hace desde temprano, para tener tiempo de recorrer el lugar, bajar al pueblo, regresar a la estación, y luego bajar temprano porque no todos vienen con carro propio, expresó Gladys.

Foto: Tairy Gamboa

La petición en la que coinciden los comerciantes entrevistados por Crónica.Uno es que desde Ventel implementen un horario más flexible para todos, ya que las visitas de personas con vehículos propios es menor que la de personas que dependen de otros sistemas de transporte para llegar hasta Maripérez.Eso es lo que pedimos, volver a un horario más flexible. Un horario a partir del mediodía sería mucho mejor porque este horario también afecta mucho al pueblo, porque el pueblo se beneficia de los turistas que suben por el teleférico, añade Gladys, quien también es habitante de Galipán.

pueblo de galipán
Foto: Tairy Gamboa

Coromoto llegó en taxi con su hija y su nieta. Unas semanas antes intentaron venir pero no sabían que el teleférico no estaba operativo, por lo que al enterarse de la reactivación del servicio decidieron visitarlo. Pero está vez llegaron a las 12:00 m., sin saber ahora sobre el nuevo horario a partir de las 3:00 p. m.

Hace unos días perdimos el viaje porque no estaba funcionando. Vinimos hoy y no sabíamos que abría a las 3:00 p. m., explicó Coromoto, quien sin esperar mucho tiempo, luego de llegar a la estación terminal del teleférico, decidió bajar junto con su familia al pueblo de Galipán. Las tres fueron de las pocas visitantes que hubo ese día en el pueblo.

Foto: Tairy Gamboa

Ya a las 6:30 p. m. quedaba solo un grupo de menos de cinco visitantes en Galipán. A esa hora tampoco había luz solar, lo que dejó en evidencia la falta de alumbrado público por todo el pueblo. Vamos a tener que instalar iluminación porque si ahora empezamos a trabajar hasta las 9:00 p. m. o 11:00 p. m. vamos a necesitar que el pueblo esté alumbrado, comentó Pedro, quien ya tenía planeado poner una lámpara frente a su negocio de venta de artesanías y dulces típicos de la zona. En cambio, toda la caminería de la estación del teleférico sí se encuentra iluminada.

Ya nosotros adelantamos varios trabajos de mejora de la carreta e instalamos ojos de gato (reflectores viales) por toda la carretera, comentó Gabriela sobre esta iniciativa que, explicó, fue organizada y financiada por los propios habitantes del pueblo. A última hora”, fue que recibieron un aporte económico de parte del Gobierno. Pero tampoco fue mucho, aclaró Gabriela.

pueblo de galipán
Foto: Tairy Gamboa

Todos los nombres fueron cambiados a petición de los entrevistados por temor a represalias*


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