Jinete Adrián Montes asegura que en casa “se liga” a los dos hermanos por igual

El látigo falconiano terminó a todo tren la temporada 2022 en el hipódromo La Rinconada, donde comparte profesión con el menor de la familia. El aprendiz de cuatro kilos aspira conseguir lo antes posible el grado profesional en el óvalo de Coche.

Caracas. El jinete aprendiz Adrián Montes cerró la temporada 2022 a todo tren en el hipódromo La Rinconada, donde comparte profesión con su hermano, el también látigo Abrain Montes.

El nativo de Punto Fijo en el estado Falcón registró nueve de sus 14 victorias del año entre el 16 de octubre y el 4 de diciembre e inclusive pudo duplicar en los programas de carreras del 20 y 27 de noviembre.

El destacado cierre de Montes le valió terminar noveno en la estadística anual de jinetes del circuito capitalino. Allí su hermano Abrain fue quinto con 30 fotos en la campaña que finalizó con la disputa de la Serie Hípica del Caribe.

Los dos jóvenes Montes siguen los pasos del exjinete Abrahan Montes, quien condujo purasangres de carreras en los años 90 y, según Adrián, los introdujo en el mundo del hipismo.

“Mis inicios fueron en el hipódromo de Paraguaná. Incursioné en la profesión porque mi padre también fue jinete y desde muy pequeño me llamó la atención. Mi padre fue nuestro impulso”, recuerda el mayor de los Montes- Adrián tiene 25 años y le lleva tres años a Abrain.

Agarró confianza poco a poco

Adrián Montes admite que lo que más le costó al principio fue lidiar con el carácter a veces impredecible de los caballos en la pista. “Le tenía un poco de miedo al animal, pero poco a poco fui agarrando confianza gracias a los consejos de mi padre y con el tiempo perdí esos miedos”, señala.

Montes se levanta muy temprano para estar desde el primer hasta el último turno de los ejercicios matinales en La Rinconada. Por las tardes descansa antes de trotar y hacer hora y media de trabajos físicos.

El jockey falconiano dice estar muy agradecido con “su gran amigo el entrenador Gabriel Márquez” y con los también entrenadores Fernando Parilli y Fernando Parilli Tota, quienes lo apoyaron en la pasada temporada y, dado su buen rendimiento sobre los ejemplares, seguramente le seguirán tendiendo la mano en 2023.

Al mencionar a sus referentes en la pista, Montes no duda y expresa su predilección por un agresivo fusta zuliano que ahora hace vida en los hipódromos estadounidenses.

“Mi jinete preferido por su forma y su estilo es Iván Pimentel jr y muchos colegas me aconsejan. Eglinder Betancourt, Jaime “Pocho” Lugo y otros me dan tips cuando corro caballos que ellos vienen de conducir”, subraya.

No hay favoritismos en casa

Como en otras ocasiones en el año, la cuarta carrera del domingo 4 de diciembre enfrentó en la arena a los hermanos Montes. Abrain salió en la punta y parecía ganador en la recta final con El Gran Fifo, pero Adrián le quitó el manjar de la boca en los metros finales al rematar por dentro y llevarse la victoria con el castaño King Bulbs de la cuadra de Jesús Romero.

Cortesía INH

“Fue un final reñido y los sorprendí por dentro. Siempre bromeamos en el transcurso de la semana y en el recinto de jinetes. A veces estamos concentrados con nuestros compromisos o nos hablamos en carrera cuando se puede”, indicó el aprendiz, que tiene el beneficio de montar con cuatro kilos menos que los jinetes profesionales.

Según Montes, cuando se repiten enfrentamientos como el de la penúltima reunión de 2022, “la familia liga a ambos” sin favoritismos. A fin de cuentas, los dos caballeros viven bajo el mismo techo y pasan mucho tiempo juntos.

“Mi relación con Abrain es la mejor. Siempre estamos apoyándonos el uno al otro. Nos vamos juntos al hipódromo y regresamos de la misma manera. Nuestros estilos al montar son distintos, pero siempre nos damos consejos el uno al otro. Vemos los vídeos y nos hacemos críticas constructivas entre ambos”, detalló.

Quiere ser profesional

Montes aprovechó el asueto decembrino para trasladarse a El Vigía, estado Mérida, y pasar las fiestas con su pareja y sus dos hijos: Adriana Lucía de 2 años y el pequeño Diego Alejandro de seis. No teme ganar peso en estas fechas, pues “goza de un buen metabolismo” que le permite mantenerse.

En cuanto a las metas de año nuevo, el atleta hípico aspira conseguir el grado de profesional en La Rinconada lo antes posible y más a futuro reconoce que “montar en el extranjero es el sueño de todo jinete”.

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