Uno de los pasos más importantes para la beatificación del doctor José Gregorio Hernández se dio este 26 de octubre: la exhumación de sus restos para seguir con un proceso que da fe de la existencia de un venerable que va a ser beatificado por la Iglesia católica. Pese a la pandemia, los devotos se acercaron a la plaza de la Candelaria a elevar sus oraciones y dejaron ofrendas al laico que llegó a los altares.

Caracas. Una cinta roja rodeó toda la plaza de la Candelaria. Detrás de ella había devotos que rezaban bajo la misma fe por el doctor José Gregorio Hernández, el laico que llegó a los altares. Las medidas de cuarentena no les permitieron a los feligreses estar cerca de su beato y presenciar la misa como les hubiera gustado, pero tampoco fue un impedimento para celebrar el nuevo paso de la exhumación de sus restos.

La acera que bordeaba la cinta roja se llenó completamente de personas. Mantener el distanciamiento social era casi imposible. Cada quien tenía su estampita, una foto, una vela, un busto de José Gregorio Hernández, o simplemente las manos entrecruzadas. Él es mi médico y mi medicina, aseguró Luisa Méndez al contar que el médico de los pobres la había salvado dos veces de la muerte, mientras que al fondo se escuchaba un Padre Nuestro.

La Iglesia católica dio uno de los pasos más importantes para seguir el camino a la beatificación de José Gregorio Hernández. Justo en el aniversario de su natalicio, el 26 de octubre, se hizo la ceremonia de exhumación de sus restos en la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria para cumplir con el proceso que exige el Vaticano y dar fe de la existencia del Venerable que ahora será beatificado. Una reliquia viajará a Roma, y otras se entregarán a las 40 diócesis de Venezuela para ponerlas en sus santuarios.

José Gregorio Hernández
Foto: Tairy Gamboa

Aunque el milagro que ascendió al Venerable a beato es el que le cumplió a la niña Yaxury Solórzano Ortega, quien cuando tenía 10 años recibió un disparo en la cabeza y pudo sanarse pese a un pronóstico bastante difícil por parte de los médicos, cada quien tiene un milagro que agradecerle a José Gregorio Hernández:

“Hace quince años José Gregorio Hernández me hizo un milagro”

Apretada por el cordón y rodeada de muchísimas personas, Ana Pérez contó que una noche que se quedó sola en su casa se puso muy grave de asma y sentía que no podía respirar. En la cocina tenía una estampita del beato y se paró a eso de la 1:00 a. m. para tratar de hablar con él. Yo salí casi que agachada porque no podía respirar y le pedí para que no dejara que me muriera. Sentí ese frío por los pies y después comencé a mejorar, agradeció.

Foto: Tairy Gamboa
“Salvó a mi hijo cuando tenía tres años”

Teresa recordó que los médicos pensaban que su hijo no tenía salvación luego de una triple fractura de cráneo. Pero como ella siempre fue devota de José Gregorio Hernández, no dudó en pedirle con la suficiente fe para que la escuchara. Los médicos quedaron impresionados de cómo se recuperó. Mi hijo ahora tiene 35 años y está sanito, sostuvo con una sonrisa.

Yo tuve un sueño con José Gregorio

Hace 17 años la nieta de María Alejandra estaba muy complicada de meningitis y creían que no iba a mejorar. Una noche se quedó dormida mientras veía la novela y soñó con José Gregorio Hernández. Al día siguiente, cuando fue al Hospital Militar les contó a las enfermeras que había soñado con el médico de los pobres y las enfermeras se quedaron pálidas. Durante la madrugada, la niña estuvo luchando con la muerte, y cuando las enfermeras fueron a buscar a los médicos y regresaron a la habitación, resulta que se había recuperado completamente. Ahora es una niña inteligentísima y me dice que quiere ser médico militar, agregó María.

Foto: Tairy Gamboa
“Que me dé fuerzas para estar con mis nietos”

María del Carmen recuerda muchos milagros que le ha pedido al doctor José Gregorio Hernández y que él le cumplió, pero este lunes pidió fuerza y salud para ver a sus nietos crecer, para estar con su familia.

Algunos católicos no sabían dónde ver la ceremonia de exhumación de los restos de José Gregorio Hernández. ¿Por qué no abren las puertas de la iglesia?, se preguntaban. Otros explicaban que por las medidas de la cuarentena solo lo iban a transmitir por redes sociales. Al menos hubieran puesto los parlantes, lamentaron.

Justo a las 9:50 a. m. salió el cardenal Baltazar Porras para agradecer de alguna manera la presencia de los devotos y precisó que el proceso de exhumación requiere dos días más para cumplir con todo el protocolo de conservación de los restos.

El proceso de exhumación tiene dos momentos, hoy y el sábado próximo. Ese lapso es porque, luego de que culmine la celebración de hoy, todo el equipo médico estará trabajando esta tarde y necesita dos días más para todo el protocolo y el examen médico para la conservación de los restos, explicó Porras.

José Gregorio Hernández
Foto: Tairy Gamboa

Los feligreses no se fueron de la plaza aunque no podían ver la misa en persona. Las puertas del templo permanecieron cerradas, tal y como se esperaba. Los que tenían celulares sabían que podían ver la ceremonia por ahí. Otros trataban de convencer a los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana para que los dejaran pasar rápido a poner unas flores o una vela en la entrada de la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria.

La mañana transcurrió entre oraciones y cantos. Para el mediodía la acera que rodea la plaza comenzó a quedarse sola. El próximo 31 de octubre el Arzobispado informará el análisis forense que será la fe de vida de José Gregorio Hernández. Se espera que en abril de 2021 se haga el acto de beatificación del primer laico venezolano.

José Gregorio Hernández
Foto: Tairy Gamboa

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