José Gregorio y Marisela han hecho crecer el jardín que embellece la avenida Manzanares

jardín de Manzanares

Poco tiempo atrás, el rincón más florido de la avenida principal Manzanares era un basurero. Pero los vecinos de Baruta la rescataron de la mano de Fudep.

Caracas. La casa de José Gregorio Pérez y Marisela Piña tiene la vista más colorida a las afueras de Manzanares. Desde su ventana ven los carros que entran a la urbanización o salen hacia el pueblo de Baruta, en el este de Caracas. Y entre un vehículo y el siguiente aprecian el único jardín de la avenida principal y un paisaje de fondo pintado sobre concreto.

La pareja riega las plantas, algunas que ellos mismos sembraron. El mural se dibujó durante la pandemia de COVID-19 por iniciativa de la Asociación Civil Fomento del Desarrollo Popular (Fudep), que también gestionó el equipo de arquitectos que plantó las primeras semillas.

Ellos cuando hicieron el mural, sembraron algunas matas, pero la comunidad no atendió eso. Nosotros trajimos esas matas amarillas (cariaquitos) y esas lenguas de suegra (sansevierias) las recogimos de un liceo. Y plantamos algunas otras que nos las han donado, relató Marisela a Crónica.Uno.

Además sembraron geranios, o los novios, como los llaman.

Marisela Piña y José Gregorio Pérez | Foto: @isabellareimi

Ambos son originarios de la zona rural Río Caripe, en Carúpano, estado Sucre, al oriente del país. José Gregorio explicó que al haber sido criado en el campo aprendió a reconocer las plantas y cómo tratarlas.

Apenas se creó el jardín, él tuvo que mudar unas enredaderas que los arquitectos habían sembrado, porque de lo contrario, habrían perjudicado el crecimiento de las flores.

Ahora se encarga junto con su esposa del mantenimiento. Uno de sus vecinos, llamado Carmelo, lo ayuda con la donación de bolsas negras para recoger la maleza. Y durante el verano, la vecina Miriam llevó a Marisela botellas de plástico para regar el jardín.

Con el carrito llevábamos y traíamos tobos para regar, de botellón en botellón, a las 9:00 p. m. y 10:00 p.m. Pero, gracias a Dios, ahora en el invierno llueve y se mojan, dijo ella.

Flores para apreciar y curar

Muchas veces la hija de los Pérez Piña, quien vive en el piso de arriba, vigila desde su ventana que no se arranquen las flores.

Baruta jardín
Calle principal de Manzanares, donde está el jardín. | Foto: @isabellareimi

Otras tantas, los vecinos piden autorización al señor José Gregorio.

Eso no es mío. Se plantó para que lo vean, les contesta.

Los esposos aseguran que la mayoría de las flores que arrancan los transeúntes terminan en la basura, y que esta preocupación solo la tienen quienes viven ahí, por lo cual ellos asumieron el rol de jardineros sin recibir ninguna remuneración.

Sin embargo, divulgan las propiedades medicinales de algunas de las plantas y, cuando se trata de salud, se las cortan a sus vecinos con gusto.

El cariaquillo, por ejemplo, se usa como antídoto para la gripe; el orégano orejón para la tos. La mala madre es antinflamatoria, e incluso una vecina paciente de cáncer de mama la ingiere como parte de su tratamiento.

Desde que en la televisión dijeron que era buenísima la lengua de suegra, eso se lleva por demás. Produce mucho oxígeno. Antes no la tomaban en cuenta, dice Piña con una sonrisa.

Además de su amor por las plantas, a ambos los motiva el saber que están contribuyendo a la belleza de su comunidad.

Fudep, la asociación que trabaja Sembrando Ciudades Sostenibles

Antes de ser un jardín de aproximadamente cinco metros de extensión, ese mismo espacio, aún rodeado por grafitis en la curva de la avenida principal Manzanares, era un pequeño botadero de basura.

La comunidad lo había rescatado antes y tenía el temor de que volviera a ser un punto de desechos sólidos, comentó Rosalba Gil.

Gil coordina el programa Sembrando Ciudades Sostenibles, que pertenece a Fudep en alianza con la Fundación Citi Bank. Desde 2015, dicho programa funciona en Zulia, Carabobo y Caracas.

Mural en la calle La Ceiba, sector Girardot | foto: @isabellareimi

En el Área Metropolitana de Caracas han transformado espacios públicos en los municipios Libertador, Sucre, El Hatillo y Baruta, principalmente donde hubo basureros. Actualmente hay huella del trabajo de Fudep en 42 comunidades del país.

Entre las acciones de Sembrando Ciudades Sostenibles las comunidades participantes diseñan el proyecto social de sus espacios públicos y a través de talleres de formación. Ahí definen si quieren murales en los lugares seleccionados.

Mediante otros talleres la comunidad consensua el tema que desea reflejar en el mural, normalmente relacionado con valores comunitarios. Una vez tomada la decisión, los talentos locales pintan el motivo. En el caso de Manzanares los talleres fueron virtuales durante el período de distanciamiento social por la pandemia de la COVID-19.

También definieron hacer dos murales en el sector, el de la avenida principal y uno para los niños en un parque infantil al final de la calle Los Mangos. En el primero, los vecinos quisieron plasmar la naturaleza en la historia de Manzanares.

En este municipio se han pintado en total 16 murales entre siete localidades: Manzanares, Negro Primero, Santo Domingo, El Higuito, San José, Placer de María y Girardot, que ganó un concurso por una intervención total.

Escaleras del sector Girardot, La Palomera | foto: @isabellareimi

La transformación a veces incluye jardines verticales u horizontales, como en el caso de Manzanares.

Jardín vertical, sector Girardot, La Palomera | foto: @isabellareimi

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