La fracción parlamentaria de la oposición arranca 2019 dividida en 5 toletes

Pese a los llamados a la unidad que los propios diputados formularon una y otra vez desde el podio de oradores de la Asamblea Nacional, la fracción parlamentaria de la Unidad se dividió en tres oportunidades desde enero de 2018. Al cierre del año, la oposición terminó representada por 5 bloques parlamentarios. Aunque la mayoría absoluta sigue en manos del G-4, los nuevos bloques hacen ruido de cara a la opinión pública.

Caracas. El 6 de diciembre de 2015, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se alzó con una mayoría indiscutible de diputados y de votos: 112 parlamentarios electos por más de 7,7 millones de personas.

Para el momento de su instalación, la fracción de la Unidad Democrática quedó conformada por los 112 diputados, que si bien fueron electos por la tarjeta de la Unidad (la de la manito), provenían de ABP (1), AD (26), Avanzada Progresista (3), Causa R (4), Convergencia (1), Copei (1), Cuentas Claras (1), Camina (1), Gente Emergente (1), Movimiento Progresista de Venezuela (4), Primero Justicia (32), Proyecto Venezuela (1), Un Nuevo Tiempo (18 ), Tawala (1), Vente Venezuela (1), y Voluntad Popular (16).

Las primeras bajas de la fracción (los 2 diputados de Amazonas y el representante indígena del sur) ocurrieron en 2016 como resultado de decisiones inconstitucionales del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de acuerdos políticos entre el Gobierno y la oposición, que dejaron la bancada con 109 miembros.

Luego en noviembre de 2017 cinco diputados principales dejaron la Unidad. Tres parlamentarios principales de ABP, Vente y Convergencia crearon la fracción 16-J junto a otros tantos suplentes; mientras un diputado de Tawala y uno de Gente Emergente rompieron con sus partidos y se sumaron a Prociudadanos. Sin embargo, estos últimos tuvieron que esperar varios meses para conformarse como fracción, ya que según el Reglamento Interior y de Debates, se requiere un mínimo de tres diputados.

No obstante, fue en 2018 cuando la crisis de la Mesa de la Unidad (MUD) y su posterior extinción impactaron en la fracción de la Unidad Democrática. Algunas rupturas fueron individuales y otras en cambote. Al cierre del año, la oposición pasó de tener una sola fracción cohesionada a tener 5 fracciones parlamentarias: Unidad Democrática, Concertación, 16-J, La Causa R y Prociudadanos.

Si bien es cierto que la mayoría absoluta sigue en manos del G4 (PJ, AD, UNT y VP), también es cierto que la principal bancada de la oposición arrancó el año con 107 diputados y lo cerró con 94. Esta situación debería obligar a buscar acuerdos políticos, si el objetivo de los partidos sigue siendo impulsar un cambio político.

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Las primeras pruebas que deberá enfrentar la fracción mayoritaria están a la vuelta de la esquina: el 5 de enero se elige una nueva directiva que ya está cantada, con Juan Guaidó a la cabeza. En enero de 2018, cuando solo habían 3 fracciones opositoras (Unidad, Prociudadanos y 16J), la junta directiva dirigida por Omar Barboza obtuvo 102 votos a favor y 5 en contra. Es de esperarse que para el próximo enero, el respaldo a la nueva directiva sea menor.

De hecho, algunos diputados como Américo de Grazia (LCR) presentaron desde ya una terna directiva alterna, que a su juicio podría reponer la confianza de los venezolanos en la AN, ante los retos que plantea el año en ciernes.

La segunda prueba inmediata es lograr una posición consensuada de la oposición del Parlamento de cara al 10 de enero, día de la toma de posesión presidencial. A la fecha de publicación de esta nota, el país desconoce cuál será la estrategia del Poder Legislativo para enfrentar lo que desde hace rato se avisora como un evento que profundizará la crisis institucional. Mientras tanto, fracciones minoritarias como la de 16J plantean a la opinión pública debatir la legitimidad del Poder Legislativo. Y para el 15 de enero, el Ejecutivo debería consignar su memoria y cuenta ante el Parlamento, cosa que no hizo ni en 2018 ni en 2017.

Esto sin entrar a analizar el rol de la AN en eventuales procesos de negociación y transición,  y lo determinante que puede llegar a ser la cohesión y la unidad para el éxito o el fracaso de dicho trance político. El año 2019 será largo.

El recuento de la ruptura

Apenas iniciando el año, en enero, Timoteo Zambrano, miembro fundador de UNT y vocero de ese partido en las mesas de negociación gobierno-oposición en República Dominicana, se deslindó de su partido y de la fracción de la Unidad Democrática. Zambrano tomó la decisión tras no recibir el apoyo que esperaba para ser electo presidente de la Asamblea Nacional.

En abril, la convocatoria a una votación presidencial adelantada hizo aflorar más diferencias en el seno de la unidad. Enrique Márquez, presidente de UNT rompió con la línea partidista y llamó a votar por Henri Falcón el 20-M. Estuvo separado de su partido y de la fracción durante todo el año, hasta comienzos de diciembre cuando se reincorporó a ambas instancias.

El 11 de ese mismo mes, Maribel Guedez, Chaim Bucaram, Adolfo Superlano y Melva Paredes, todos de UNT, dejaron ese partido y junto a Timoteo Zambrano se inscribieron en Prociudadanos, que esta vez tuvo el músculo para registrarse como fracción. No obstante, tres semanas más tarde, el 7 de mayo, todos menos Bucaram abandonaron Prociudadanos y crearon un movimiento político con su respectiva fracción parlamentaria, Cambiemos. Unos días antes, el 30 de abril, José Antonio España dejó PJ y se fue también a Prociudadanos, militancia que le duró hasta septiembre cuando junto a José Aparicio, fue expulsado de ese movimiento.

Crisis de la MUD en la AN

El 5 de julio, la MUD sufrió un golpe mortal: AD anunció su separación de la coalición política. Sin embargo su secretario general y diputado por Caracas, Henry Ramos, enfatizó que la tolda blanca seguía dentro de la fracción de la Unidad Democrática y dentro del acuerdo de gobernabilidad parlamentaria, por lo que esa ruptura no incidió en la conformación de la bancada.

El 12 de julio, el ex candidato presidencial Henri Falcón, anunció que su partido, Avanzada Progresista, junto con Cambiemos conformarían la fracción parlamentaria de la Concertación. El bloque quedó integrado por 7 principales. Pese a pertenecer a otra fracción, AP no abandonó el acuerdo de gobernabilidad parlamentaria y en consecuencia se mantuvo ocupando la primera vicepresidencia del Parlamento, a cargo de Julio César Reyes (Barinas), todo el año.

En septiembre, el diputado larense Luis Florido, anunció su rompimiento con Voluntad Popular y se declaró independiente, pero al igual que AD, dejó sentado que se mantenía dentro de la fracción unitaria.

El 14 de noviembre, los 4 diputados principales y suplentes de La Causa R se deslindaron de la fracción opositora y anunciaron la conformación de una fracción propia, por considerar que tanto la fracción como los vestigios de la MUD no eran más que un “saco de gatos”.

El 13 de diciembre, la diputada Delsa Solórzano (Miranda) oficializó lo que para ese momento ya era un secreto a voces: dejó UNT y creó su propio movimiento político, Encuentro Ciudadano. De momento no cuenta con otros diputados que la apoyen, por lo que se declaró independiente, pero al igual que Florido y que AD, enfatizó su pertenencia a la fracción unitaria.

Al día siguiente, el diputado Teodoro Campos, electo por Lara, declaró a la prensa que se deslindaba de Avanzada Progresista, porque no se considera un dirigente “gobiernero”. No obstante, también decidió mantenerse dentro de la fracción, como diputado independiente.

La persecución también afectó

Entretanto, de los 12 diputados principales que han tenido que abandonar su curul desde que se instaló la AN, 7 lo hicieron en 2018.

La mayoría se fue al exilio forzado, como Julio Borges, José Manuel Olivares, Adriana D’Elía y Tomás Guanipa de Primero Justicia, así como Sonia Medina y Gaby Arellano de Voluntad Popular. Mientras Juan Requesens fue inconstitucionalmente apresado y acusado por el intento de magnicidio frustrado contra Nicolás Maduro.

Otros ya estaban fuera de sus cargos. Es el caso de Freddy Guevara, asilado en la residencia del embajador de Chile desde noviembre de 2017; y de Laidy Gómez y Antonio Barreto, electos gobernadores en octubre de ese año.

Finalmente está el caso del diputado de Amazonas Julio Ygarza que se desincorporó en octubre de 2016 y a diferencia de sus otros dos colegas, Nirma Guarulla y Romel Guzamana, no retornó a su curul este año.

En todos los casos excepto en el último, las vacantes dejadas por los parlamentarios fueron llenadas por los suplentes, que pasaron a cumplir tareas como principales tanto en las plenarias como en las comisiones y en el trabajo de calle.

Ese movimiento de salida de principales y entrada de suplentes, también modificó la composición interna de las fracciones partidistas, pues en siete de los casos, el principal pertenece a un partido y el suplente a otro.


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