Los trabajadores de la salud y los educadores no han dejado la calle como símbolo de protesta. Esta vez, igual fueron asediados por los colectivos que hacen vida en San Martín. Llegaron a los alrededores de la Maternidad Concepción Palacios, donde además se hacía un evento con grupos oficialistas.

Caracas. Este 4 de noviembre amaneció lloviendo en casi toda Caracas. Sin embargo, el motivo fue suficiente para sacar a cientos de trabajadores de la salud y del sector educativo de sus casas y puestos de trabajo. Salieron a pedir salarios dignos y libertad. Se concentraron a las 9:00 a. m. en las afueras de la Maternidad Concepción Palacios y, pese a la pandemia, al protocolo de seguridad y a la persecución de los grupos armados, los llamados colectivos, se unieron en una sola voz: “Este gobierno nos mata de hambre”.

Los convocantes de la acción de calle estuvieron visibles en todo momento. Pablo Zambrano, por Fetrasalud; Edgar Machado, por el Sindicato Venezolano de los Maestros; Ana Rosario Contreras, por el sector de enfermería; Luis Cano y Carlos Julio Rivera, por los jubilados; Eduardo Sánchez, por la UCV; igual los representantes sindicales de los principales hospitales de la capital, médicos y líderes comunitarios de las parroquias Coche, El Valle, San Martín, Santa Rosalía, Antímano.

No obstante, el protagonismo no tuvo nombre en esta concentración, la primera en ocho meses de cuarentena que recorre casi 10 cuadras y llega hasta el Ministerio del Trabajo con la exigencia de aumento salarial, respeto a las convenciones colectivas, equipos de bioseguridad y libertad.

nos mata de hambre
Foto: Luis Morillo

Vietnam Vera, intensivista del J. M. de los Ríos: Un médico está ganando dos, tres millones de bolívares. Algunos llegan a cuatro millones. Así es imposible cubrir gastos de alimento, transporte, ropa, calzado. Muchos se van. Hay un déficit alto en la Terapia Intensiva y en Cirugía Cardiovascular”.

Las pancartas que se repetían y que se alzaron a lo largo de una cuadra, que lograron ocupar durante su trayectoria, apuntaban precisamente a que el salario mínimo actual es un salario de hambre y que, mínimo –para poder comprar la canasta básica que supera los 114.000.000, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Nacional de Maestros–, deberían tener sueldos de entre 500 y 700 dólares como base.

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Foto: Luis Morillo

Los gremios de la salud y de la educación han efectuado varias acciones de calle frente a los ministerios de Salud, Educación, del Seguro Social, la Defensoría. También en los hospitales se mantienen en asambleas permanentes para visibilizar la crisis asistencial.

Las enfermeras, específicamente, desde hace dos años, decidieron ponerle rostro a la protesta y hasta se sumaron a un paro. Pero estas voces no han tenido eco.

  • El 5 de octubre, cuando se celebró el Día Mundial del Docente, maestros, profesores, personal administrativo e incluso representantes de otros gremios, como enfermeros y estudiantes, se concentraron y pretendieron llegar hasta la plaza Morelos. Denunciaron que a los maestros les adeudan 280 % de aumento salarial, estipulado en la contratación colectiva. No cuentan con seguro funerario ni póliza HCM.
  • El 7 de octubre, jubilados y pensionados de la administración pública estuvieron realizando acciones de calle, por más de tres horas. Ese día caminaron desde la sede del Seguro Social hasta el edificio de la Defensoría del Pueblo. En medio de la protesta desafiaron a la COVID-19 y a grupos armados civiles, conocidos como colectivos. “Pero ni ellos ni la COVID-19 nos callarán”, decían mientras caminaban por el centro de Caracas.

Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería de Distrito Capital: El Estado venezolano vulnera la calidad de vida de los ciudadanos con esos salarios. Por eso estamos motivados a salir a la calle. Estos aumentos son una burla. Hoy todos los colegios están en la calle y es una forma de decirle a Nicolás Maduro que no nos vamos a rendir, que no somos cómplices de la grave crisis que vive el sector salud ni de la crisis humanitaria del país.

  • El 8 de octubre estuvieron a las puertas del Ministerio de Salud, entregaron un pliego contentivo de la situación que atraviesan los hospitales y las clínicas, además de exigir reivindicaciones. El salario de un médico ronda aproximadamente entre uno y tres dólares al mes, denunciaron.
Foto: Luis Morillo

Los trabajadores no han dejado la calle como símbolo de protesta. Esta vez, igual fueron asediados por los colectivos que hacen vida en San Martín. Llegaron a los alrededores de la Maternidad Concepción Palacios, donde además se hacía un evento con grupos oficialistas.

Cuando la marcha iba flanqueada por una bandera tricolor y con los líderes dando la cara, cerca de 10 sujetos vestidos de negro se atravesaron en la esquina, justo al frene del asilo La Providencia de San Antonio, e hicieron una cadena con sus brazos para impedir la movilización.

Foto: Luis Morillo

Los funcionarios de la Policía Nacional, que estaban al tanto del permiso de la convocatoria, mediaron y abrieron el paso. No obstante, todo el trayecto estuvo empañado por la presencia de los colectivos que rodeaban a los manifestantes con sus motos, tomaban fotos y no dejaron de grabar en ningún momento.

Incluso funcionarios del Sebin que andaban en una camioneta Hilux sin identificación también sacaron sus celulares para capturar momentos de la protesta, que tenía un solo coro: el gobierno nos mata de hambre.

Esto no intimidó a quienes gritaban: Salarios dignos ya, no queremos irnos de Venezuela, queremos libertad.

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Foto: Luis Morillo

La caminata que pasó una pista de la avenida San Martín fue aplaudida, vitoreada desde las ventanas y por los conductores que accionaban sus cornetas en señal de acompañamiento.

Foto: Luis Morillo

No hubo escaramuzas. Así pasó por la plaza Miranda, donde había un contingente de la PNB. A las 11:00 a. m. llegaron al Ministerio del Trabajo. No entraron por la plaza Caracas, pues ya está ocupada por el CNE con las carpas electorales. Lo hicieron por la avenida Oeste 8, y en las escaleras un cordón de la Guardia Nacional los esperaba. Los trabajadores se juntaron y cuerpo a cuerpo haciendo presión hicieron retroceder a los uniformados.

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Foto: Luis Morillo

Lo que pretendían ahí era entregar otro documento donde exigían un salario que les permita vivir y mantener a sus familias.

Durante media hora estuvieron en el sitio, entonaron el Himno Nacional y pidieron a los cuerpos de seguridad unirse a la lucha salarial: “Esto es por nuestros aguinaldos, para que la gente no siga muriendo de hambre, por una vejez digna, por el rescate del salario”.

Como en las anteriores concentraciones, esta vez no hubo una respuesta. Todo está en manos de quien gobierna el país, Nicolás Maduro, por eso dejaron saber que no saldrán de las calles.

Edgar Machado, representante del magisterio: Nos une una sola lucha, los sueldos hambreadores que están matando a la población. El gobierno está matando al sector de salud y a los educadores, que son los pilares de un país. Con mi mes de aguinaldo compré una harina y medio kilo de queso, eso no alcanza para que mi familia coma dos días. Si queremos rescatar a Venezuela no puede ser con estos salarios de miseria.

Foto: Luis Morillo
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Foto: Luis Morillo
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Sonia Sosa, del Comité Ejecutivo de la Federación de Enfermería: Rechazamos ese salario que no supera los seis dólares, cuando la canasta pasa de los 120 millones de bolívares. No pueden seguir burlándose de los profesionales, nosotros cuidamos a los ciudadanos y ¿quién cuida de nosotros? Aquí hay un déficit de enfermeras de 50 % por los bajos salarios. Mínimo deberíamos tener un sueldo base de 700 dólares mensuales.

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