La revolución que presumía aumentos salariales los redujo 50% en 2019

impedir la proclamación de Freddy Superlano

Según Econométrica, el poder adquisitivo del salario cayó 25 % en el primer semestre de 2018, mientras que durante el mismo periodo de 2019 la contracción fue de 56 %. Para este 6 de agosto el salario mínimo de los venezolanos equivalía a 3,32 dólares al mes, calculado a la tasa oficial del BCV.

Caracas. El 14 de enero de este año, durante la presentación de la Memoria y Cuenta 2018, el mandatario Nicolás Maduro expresó que “La revolución ha decretado no menos de 47 aumentos salariales en estos 18 años y seis en el último año”. En el primer semestre de 2018 el Gobierno ajustó cuatro veces el sueldo, mientras que en el mismo periodo de 2019, apenas dos. Expertos coinciden en que la disminución en la frecuencia de los aumentos responde al paquete de medidas que aplica la administración de Maduro desde enero de este año, con el que buscan frenar la inflación y reducir el gasto público. Atrás quedó la consigna de la “protección a la clase trabajadora”. En 2019 el cambio en las políticas macroeconómicas lleva la batuta.

Hace cuatro meses el Gobierno decretó el último aumento de sueldo. En 40.000 bolívares quedó fijado el mínimo, lo que equivalía este martes 6 de agosto a 3,32 dólares al mes, calculados a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela, que se ubicaba en Bs. 12.041. Según la firma de análisis financiero Econométrica, el poder adquisitivo del salario cayó 25 % en el primer semestre de 2018, mientras que durante el mismo periodo de 2019 la contracción fue de 56 %.

La economista Tamara Herrera explica que el distanciamiento en la aplicación de incrementos salariales busca desacelerar la inflación, así como el gasto. Advierte que si no ocurre un aumento en agosto, debido al hundimiento del salario, pasará probablemente en septiembre. Eso demuestra prolongar la desinflación y tendrá que hacerse [aumento] para recuperar el poder adquisitivo, además hay la intención de hacer campaña electoral. Es muy probable que pronto sepamos de un aumento o que aparezcan nuevos bonos monetarios, dice en entrevista a Crónica.Uno.

La inflación cerró 2018 en 1.698.488,2 %, de acuerdo con la Asamblea Nacional. A diferencia del año pasado cuando los precios de los productos subían sin darle tiempo a la población de digerirlos, este 2019 llevan un ritmo más pausado, sin embargo, la Comisión de Finanzas asegura que la nación continúa en hiperinflación. En los últimos cinco meses el indicador se ha mantenido por debajo de 50 %, pese a la cifra los economistas son cuidadosos y sostienen que la desaceleración es producida por el aumento del encaje legal a 100 % y al tipo de cambio. Además, alertan que las medidas contraerán todavía más la economía. El Fondo Monetario Internacional desestimó la proyección de 10.000.000 % para este año y dijo recientemente que la inflación podría finalizar a menos de 1.000.000 %.

La incidencia en el gasto público es enorme, como son los compromisos del Estado con los trabajadores, por esa razón se ha ido distanciando [de los aumentos]. Que la inflación sea más baja es una meta que está en altísimo riesgo, porque se va a revertir y prevemos que en agosto haya un repunte en la tasa de inflación, debido en parte al repunte del dólar, a pesar de la fuerte política restrictiva que se aplica a la banca a través del encaje, añade Herrera.

En abril el salario mínimo equivalía a 7,69 dólares calculado a la tasa oficial, que para entonces era de Bs. 5201. Cuatro meses después el sueldo es de apenas $3,32, lo que representa unos $0,11 diarios, por debajo del nivel de pobreza ($1,90 al día) que establece el Banco Mundial.

El analista financiero y director de Econométrica, Henkel García, coincide con Herrera. En ese sentido, mantiene que disminuir la frecuencia de los aumentos salariales “sí tiene que ver con una política de mayor prudencia fiscal”, aunque duda en llamarlo de esa manera, también resalta que por otro lado “está la restricción monetaria”.

A juicio de García, esta política ha tenido un éxito relativo, motivado a que si bien el tipo de cambio y la inflación se han desacelerando, todavía persiste. Más de 20 % y 30 % de inflación mensual es alta todavía, aunque más desacelerada. El tipo de cambio ha variado un poco menos que la inflación, cosa que ha desembocado en una pérdida de poder de compra del dólar hacia lo interno, pero el costo ha sido altísimo, el costo ha sido una economía mucho más pequeña y este sacrificio, este supuesto éxito es totalmente temporal, porque es una economía mucho más precaria y más pequeña”.

El salario no es referencia para los privados

“El salario mínimo dejó de ser referencia para el sector privado”, explica Henkel García. Agrega que ya la parte baja de la nómina gana tres o cuatro veces más de 40.000 bolívares al mes. Un aumento en el corto plazo pudiese no representar alguna mejora relativa para las personas del sector privado, porque ganan más del mínimo. Habría que ver si la empresa está dispuesta a aumentar, aun cuando no estén obligadas a hacerlo, debido a que ya están pagando bastante más que el mínimo, asegura.

El analista señala que es un nuevo fenómeno que el salario mínimo haya dejado de ser referencia para el sector privado, asegura que en el pasado tenía mayor peso, no obstante, añade que en el público es distinto. “Allí sí tiene un impacto porque buena parte de ellos están referidos al mínimo, lo que ha hecho el Gobierno es tratar de compensar con algunos bonos por allí, las bolsas Clap, de compensar el ingreso familiar por esa vía. Es claro la intención de controlar un poco esto, está asociado a seguir dominando la inflación, además se refleja algo en el gasto público, sin embargo, todavía hay algo allí financiado por el BCV en menor medida que meses y años anteriores, pero sigue existiendo”, dice.

El salario real en junio de este año representó 50 % menos que en enero, según el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello en su informe “Coyuntura Venezuela Julio 2019”. La institución advirtió que “aun considerando que las ganancias desinflacionarias de los últimos dos meses se mantuvieran, los salarios reales seguirán deteriorándose”. El año pasado cerró con seis aumentos salariales, algo que el Gobierno se atribuyó como un trofeo, así como los anteriores aplicados durante 18 años de chavismo en el poder. Los anuncios que se pisaban mes a mes, hoy no entran en la lista de prioridades de la administración de Nicolás Maduro.


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