El Ejecutivo también fijó, vía Gaceta Oficial, el aumento del pasaje del transporte público superficial, en 3500 bolívares, monto que en la vida real pasó a otro plano comenzando enero, pues los camioneteros cobran entre 4000 y 6000 dentro de un mismo municipio.

Caracas.  “Ya los aumentos no sorprenden, ni los salariales siquiera”. Ese comentario lo hizo Cristina García en relación con las nuevas tarifas que se oficializaron este lunes 27 de enero, en el Metro de Caracas y en sus sistemas alimentadores Metrobús y Metrocable.

De 40 bolívares pasó a 1000 bolívares. “Eso no es nada, uno sabe que tienen que aumentar el pasaje, pero esa cifra es una burla, sabemos que eso no va a redundar en mejoras en el servicio”, refirió José Acosta, asiduo al Metro, quien salía de la estación Chacaíto, por cierto, libre a primeras horas de la mañana.

Aunque algunos en el andén –cuando escuchaban al operador anunciar el monto del boleto– se quejaban sin parar, pues es la reacción a todo aumento que afecta el poder adquisitivo, la mayoría de los usuarios estaban más que claros con la necesidad de un ajuste, siempre y cuando eso se traduzca en menos retrasos de trenes, más escaleras mecánicas en funcionamiento, limpieza y seguridad.

El ajuste se informó a través de la cuenta oficial en Twitter del Metro de Caracas. Muchos usuarios ni se enteraron y cuando ya estaban frente al torniquete recibieron la noticia.

Sin efectivo en las manos no podían comprar el boleto a 1000. Muchos cruzaron a lo bravo las máquinas y otros se regresaron a cumplir con el procedimiento habitual.

Pasó que en algunas estaciones no había operadores para recibir los tickets. Algo frecuente en estaciones de las líneas 2 y 3.

“No estaban cobrando los 40 bolívares porque no había boletos, ahora por cuánto tiempo será esto”, se escuchó decir a un pasajero, mientras el presidente del Metro de Caracas, César Vega, se apoderaba de una de las casetas de Plaza Venezuela, haciendo alarde de supervisión.

Lo cierto del caso es que con aumento o sin él, el Metro sigue cojeando de una pata. El reporte de la organización Metro Comunidad daba cuenta de una baja oferta. En Línea 1: quince trenes, en Línea 2: ocho trenes y el Línea 3: siete trenes.

Cercano al mediodía se registró un fuerte retaso en la Línea 2 por una vía única temporal (VUT) entre La Adjuntas y Antímano, debido a trabajos en una de las vías.

Y por si eso es poco, la merma también se hace efectiva en las rutas del Metrobús. Para la fecha hay 21 rutas suspendidas, entre ellas Casalta-Propatria, Catia La Mar-Gato Negro, La Guaira-Gato Negro, Hospital Lídice-Agua Salud, La Yaguara-El Algodonal, Bello Monte, Sarría, Petare-Guarenas.

Este aumento, que no mejorará las condiciones del subterráneo de acuerdo con los trabajadores y usuarios, no pasó por la consulta ni siquiera de la Asamblea Nacional, como solía ocurrir años atrás, ni por un estudio socioeconómico.

Más golpes al bolsillo

“Fui a cobrar la pensión, me fui y me vine a pie. Desde la Nueva Granada hasta El Valle, me dieron solo 50.000 bolívares. No podía gastar 10.000 en pasaje”, dijo Rosa Avilés.

Ella no usa el Metro porque tiene que subir y bajar muchas escaleras mecánicas dañadas. Además, se sofoca si está en un vagón sin aire. “Soy hipertensa y me pongo mal allá abajo”.

Por eso su opción está en la superficie. Pero ahora, con el aumento del pasaje a 4000 no la tiene fácil.

Desde hace más de una semana, los transportistas a la brava subieron sus costos y la gente viene pagando, aunque se les desangre los bolsillos.

Pues bien, los aumentos del Gobierno también vienen en combos. Tras el ajuste salarial, no tardó en subir el pasaje en el transporte público, aunque con cifras simbólicas.

Según Gaceta Oficial N° 41.805, del 22 de enero de 2020, los carros y buses que presenten el servicio en un trayecto menor a 20 kilómetros tendrán una tarifa de 3500 bolívares y si supera esa distancia 5000 bolívares.

Ya a mediados de mes, en la Gran Caracas, los bloques estaban solicitando 5000 bolívares y el Comando Intergremial del Transporte 0,20 centavos de un dólar.

Lo cierto del caso es que hay un descontrol a viva voz y en las camionetas que hacen rutas de La Rinconada a La Hoyada, o de Chacaíto a El Cafetal, el aviso oficial brillaba por su ausencia. Los colectores sin tapujos gritaban a 4000 bolívares y al pasajero no le quedaba sino sacar los billetes. De 500 en adelante, pues ya hay unos, ayudantes de choferes que –medio en broma, medio en serio– dicen que no reciben los de 200.

En respuesta el Comité de Usuarios del Transporte Público, se pronunció y exigió fiscalización ya que hay una Gaceta Oficial.

Luis Alberto Salazar, presidente, destacó que para este ajuste no se hizo un estudio con criterio técnico, pues no se garantiza el beneficio de la tercera edad ni de los estudiantes; lo mismo se hizo con el Metro, se subió 2400 %, usando una política de improvisación.

“No hay una contraprestación del servicio. No hay seguridad en las unidades y lo más grave aún es que no hay forma de sancionar a los infractores que desde hace mucho están cobrando tarifas por encima de lo estipulado”, dijo el ingeniero.

Además, criticó que el Sistema (Público) Integral de Transporte Superficial, Sitssa, no está en capacidad de enfrentar una contingencia. El parque automotor está convertido en chatarra, cuando pudiera estar subsanando la demanda que hay en las calles.