Durante las primeras horas de la mañana se evidenció baja asistencia de electores en los centros de votación. Los que más acudieron a votar fueron los adultos mayores. Los entrevistados por Crónica.Uno durante este 21 de noviembre en algunos centros electorales tenían entre 55 y 71 años de edad.
Caracas. Este 21 de noviembre fue domingo de elecciones de gobernadores, alcaldes, consejos legislativos y concejos municipales en Venezuela. Las detonaciones de innumerables fuegos artificiales al amanecer, por parte de simpatizantes del gobierno de Nicolás Maduro, fueron el primer recordatorio para los habitantes del municipio Libertador de Caracas.
En la Escuela Técnica Comercial Robinsoniana Manuel Palacio Fajardo, en la parroquia 23 de Enero, eran pocos los electores a las 8:00 a. m. A esa hora había más funcionarios de seguridad —vestidos de negro, sin identificación y custodiando la entrada del plantel— que votantes. Ese centro cobró relevancia hasta 2012, por era donde el expresidente Hugo Chávez ejercía su derecho. Tras la muerte de Chávez, su y actual ministro de Industrias y Producción Nacional, Jorge Arreaza, siguió la tradición.
En el tiempo que el equipo de Crónica.Uno cubrió el proceso en el lugar, Arreaza nunca llegó. A diferencia del ministro, Gladys Aguilar es de las personas que vota temprano. Tiene 71 años de edad y el mismo tiempo como residente del bloque 29 de la emblemática parroquia, ubicada muy cerca del Palacio de Miraflores. Su motivación para salir a votar es su deseo que la situación mejore en el país. Desde su visión, “la única forma de que sea bueno es votando”, explicó luego de salir de la mesa de votación.
La petición de Gladys para el próximo alcalde o alcaldesa del municipio Libertador es sencilla: “que arregle las calles”. Exigencia que remató con otra solicitud menos ambiciosa: “que sea una persona accesible al pueblo”.
Lista mata punto
Cerca de este centro no hubo “punto rojo”, espacios dispuestos por seguidores del oficialismo para recopilar los datos de los votantes a cambio de beneficios sociales, una práctica conocida desde los gobiernos de Chávez. Sin embargo, a un costado de la unidad educativa, dos jóvenes —una de ellas con un listado en la mano— preguntaban a los transeúntes si habían votado. Dichos listados estaban identificados con logos oficialistas.
En el Liceo Miguel Antonio Caro, parroquia Sucre, donde hasta el año 2018 votó el mandatario Nicolás Maduro, también se registró poca presencia de electores durante las primeras horas de la mañana. “El flujo de electores ha sido continuo, pero sin que se forme cola”, explicó un funcionario del Plan República a Crónica.Uno. Entre esos votantes estuvo Reyna Martínez, quien se trasladó desde los Frailes de Catia, a pesar de no poder caminar con normalidad debido a la osteoporosis.
La escasa presencia de electores evitó que se formaran largas colas a las afueras de los centros de votación. El país aún se encuentra en pandemia por la COVID-19, y una de las medidas de prevención recomendada por los expertos para este proceso electoral era mantener distancia de más de un metro entre las personas. En algunos centros solo se observó aglomeración de personas al momento de revisar los listados de las mesas electorales
“Yo siempre voto en las elecciones”, alegó Reyna, de 55 años, como parte de sus motivos para participar en estas elecciones. Ella quiere que el nuevo alcalde de Libertador mejore la situación de los hospitales y el tema del acceso a las medicinas. No obstante, las políticas de salud pública son competencia de otras instancias gubernamentales. “Que acomode la situación porque ahorita ni para un hospital se puede ir. Yo he recorrido todos los hospitales y en ninguno me han querido recibir”, contó Reyna.
Diferencia notoria
El centro de votación más grande de Venezuela es el que instala el Consejo Nacional Electoral (CNE) en el liceo Andrés Bello, parroquia Candelaria, con 14 mesas para más de 11.000 votantes. Pero esta vez el lugar no lucía como en otros procesos electorales, según la opinión de Franklin Ramírez, quien vive a pocas cuadras de este liceo en el que, además, vota desde hace años.
“Tratar de salir de este gobierno”, dice Franklin que fue su principal razón para acudir a votar. A pesar de que se trata de unas elecciones regionales, considera que puede ser un buen momento para “dar una demostración de que el pueblo está descontento”, explicó Franklin, quien cree en el voto, pese al contexto político de los últimos años en el país.
Lo ideal sería que, para empezar, mejore los servicios. Está ciudad está oscura, el aseo hay que mejorarlo”, añadió Franklyn de 62 años de edad.
En Montalbán, parroquia La Vega, a horas del mediodía había una pequeña fila en la entrada principal del colegio La Concepción. Entre las personas en cola estaba Tomás Guanipa, candidato a la alcaldía del municipio Libertador por parte de la Mesa de la Unidad Democrática. Muy cerca estaba Patricia Panillan, vecina de la institución y quien decidió salir a votar con la motivación de buscar “un cambio” y de “no hacer lo mismo que se ha venido haciendo de un tiempo para acá”.
Para Patricia votar es importante y se alegra de saber que en su centro electoral hay cola, aunque sea corta, de gente que esperaba para sufragar. “Quedará en la conciencia de cada uno. Yo lo único que pido es que todo funcione en favor de los ciudadanos”, finalizó Patricia, de 45 años de edad.
Las votaciones más recientes en Venezuela fueron las elecciones parlamentarias, celebradas en diciembre del año 2020, proceso en el cual la abstención llegó a casi el 70 %. Para este 2021, estaban convocados un poco más de 21 millones de electores.
Antes de que el candidato Guanipa ingresara a votar, un grupo de más de 10 funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) llegó al sitio con motos y carros. Por unos minutos hablaron con varios funcionarios del Plan República a las afueras del colegio y posteriormente se retiraron. Lo mismo hicieron frente a la escuela Amanda Schnell, parroquia La Vega, en donde no había cola para ingresar a votar pero sí aglomeración de electores en la entrada.
“Yo vine a votar porque consideró que es necesario para que haya un cambio”, expresó Pedro Escalona, habitante de la parroquia La Vega, mientras buscaba su número de cédula en uno de los listados pegados a la entrada del centro de votación. Lo mismo hacían al menos otras ocho personas más. A sus 58 años, Pedro considera que el país necesita gente joven en cargos políticos.
La verdad que no sé qué tanto pueda cambiar con estos mismos candidatos de siempre”, añadió Pedro.
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