Foto: Gleybert Asencio

Comunidad

Leonor se recuperó de la COVID-19 pero no de la discriminación de sus vecinos

By Mabel Sarmiento @mabelsarmiento

August 13, 2020

Cuando regresó a su casa, en el barrio Santa Cruz del Este, calle Unión, debía guardar cuarentena por 20 días más. Pero ese reposo no fue tranquilo. Los vecinos los trataban con desprecio y los amenazaban con enviarles la policía si alguno estaba en la calle.

Caracas. Supo que tenía la COVID-19 a pocos días días de su cumpleaños, el 12 de marzo y, aunque ya se curó del virus, por la discriminación de sus vecinos Leonor Lambertinez quedó padeciendo de tensión alta, y su hijo apenas empieza a sentirse mejor de cuadros de ansiedad y pánico, producto de la misma situación.

Los síntomas llegaron en un dos por tres. Dolor de cabeza, cansancio e insuficiencia respiratoria. No le dio fiebre, pero esas tres clínicas alertaron a su esposo e hijo. 

“Nos asustamos y fuimos al CDI de Santa Cruz del Este. Ahí nos hicieron esperar muchas horas y decidieron llevársela en una ambulancia hasta el CDI de Hoyo de la Puerta. No queríamos porque sin carro no podíamos ir hasta allá. Pedimos que la llevaran al Clínico Universitario, pero no nos escucharon”, contó su hijo Jesús Lambertinez, con una precisión como si ese evento solo tuviera horas de sucedido. 

Leonor, a principios de marzo, tuvo contacto con una pariente que llegó al país, primero pensaron que de España y, luego, se enteraron de que la mujer había estado en Ecuador, en donde el primer caso positivo se supo el 27 de febrero.

Para el 12 de marzo el virus estaba más que incubado. A Leonor, el primer caso en el municipio Baruta, se la llevan a Hoyo de la Puerta. Y posterior a las 72 horas, casi al cuarto día, fue cuando el doctor de la zona epidemiológica le dio directa y verbalmente el resultado de la PCR: positiva. 

“Lo hizo en forma de burla y ni siquiera le dio un papel. Entonces nos quedó la duda si realmente tuvo el virus”, dijo Jesús, a quien eso no le hace tanta mella como la discriminación de sus vecinos.

Los días posteriores fueron indignantes para él, pues su mamá estuvo sin cambiarse la ropa y sin comida, debido a que fue muy complicado que se trasladaran hasta allá.

En ese interín, el esposo y Jesús pidieron al personal de salud del CDI que les practicaran las pruebas, debido a que eran los contactos más directos: “En todo momento se negaron, nos decían que no teníamos síntomas”.

Leonor pasó 20 días hospitalizada. En ese CDI había otras dos muchachas del sector de La Limonera, también en Baruta, y otra de Guarenas. Una de ellas tuvo convulsiones varias veces.

Ahí le administraron cloroquina, medicamento cuyos ensayos clínicos fueron suspendidos por la Organización Mundial de la Salud, OMS, que le produjo a posteriori episodios de diarrea.

Cuando regresó a su casa, en el barrio Santa Cruz del Este, calle Unión, debía guardar cuarentena por 20 días más. Pero ese reposo no fue tranquilo. Los vecinos los trataban con desprecio y los amenazaban con enviarles la policía si alguno estaba en la calle.

“El que salía era yo a buscar la comida. No nos íbamos a morir de hambre. Pero a la gente eso no le gustaba. Al Clap le dije en una oportunidad que entonces por qué no nos llevaban la comida. En una oportunidad nos lanzaron cinco cajas y nos llamaron muertos de hambre. Mi mamá es el único ingreso fijo de dinero en la casa y cuando había un poquito de plata era que yo iba al mercado, pero me veían con repulsión. Todavía estamos discriminados, aun cuando ya en el barrio hay muchas personas afectadas y andan hasta sin tapabocas”, contó Jesús.

Baruta, el epicentro

El 16 de marzo, cuando el gobierno da su segundo parte de la pandemia en Venezuela, habla de 17 casos localizados en Distrito Capital y los estados Apure, Cojedes, La Guaira, Miranda, Táchira y Zulia.

No discriminó, en ese momento, por municipios. Sin embargo, para el 18 de ese mismo mes, el alcalde de Baruta, Darwin González, manejaba la cifra de seis casos.

Al 30 de marzo, el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, confirmaba que Baruta registraba 51,06 % de los contagios de la entidad, situación epidémica sin variación para la fecha.

A Jesús y a su papá no les dio el virus que está regado y en ascenso. 

Y hoy cuando se cumplen cinco meses de anunciados los dos primeros contagios en el país, hay –de acuerdo con las cifras del gobierno de Nicolás Maduro– 29.088 casos positivos, de los cuales 21.042 están recuperados

Leonor presume que, por el resultado verbal de la prueba que le dieron la primera quincena de marzo, está en ese lote. Pero de lo que aún no se repone es de la discriminación de sus vecinos que igual crece como el virus.