La película animada se estrenó en Venezuela. Es el spin-off del famoso personaje de la saga Toy Story y cuenta su origen como guardián espacial.
Caracas. Finalmente, la película que Andy vio en 1995 está disponible para todos. Esa historia que generó tanta emoción en el niño que empezó a tener otro héroe, ese guardián espacial que fue visto como amenaza por el vaquero Woody, quien hasta 1995 fue el juguete preferido del joven en Toy Story, la película que se convirtió en referencia del cine y que posicionó a Pixar en la industria.
Veintisiete años después se estrena Lightyear, el spin-off de la saga de juguetes que durante más de dos décadas han experimentado toda clase de emociones, y que han conmovido y llevado a reflexionar a varias generaciones sobre los vínculos humanos.
La historia se centra en Buzz Lightyear. Es presentada como el largometraje que en ese universo vio Andy en el cine, y que puso de moda al moderno personaje, que inspiró entonces a toda una línea de productos, entre ellos juguetes, como el que Andy tuvo y desató el conflicto en la trama de aquella primera película.
Narra quién es el guardián espacial. Detalla su contexto, sus motivos y sus miedos. Todo comienza cuando el equipo que el héroe lidera queda atrapado en un planeta lejano.
Buzz Lightyear es firme en sus convicciones. Está determinado a complementar su misión: volver a casa. Por eso, todos los tripulantes establecen una base para desarrollar la mejor manera de volver. Años después, están listos para el primer intento. El protagonista será el encargado de realizar la misión que intentará el regreso. Lightyear se siente culpable: un error del que es responsable fue al causa de la falla que dejó al grupo varado.
Ese primer intento fracasa, pero él no se amilana. Sigue intentando a costa de pagar el precio. Lightyear presenta de manera amena, clara y sencilla el tema del manejo del tiempo. Como el protagonista alcanza la hipervelocidad en su ímpetu por salir del planeta hostil, no se percata hasta que regresa a la base de que los tiempos transcurren de manera diferente. Mientras él siente que solo estuvo afuera unas cuantas horas, en el planeta pasaron unos cuantos años más.
Por eso, mientras él se conserva joven, sus compañeros han envejecido bastante. Esta dinámica no solo lo sorprende, sino que lo va alejando cada vez más de su mejor amiga, Alisha Hawthorne, su superior y quien confía en él para que halle la forma de retornar. Sin embargo, cada intento se convierte en una distancia en años, y como la vejez no perdona, le cobra factura al dúo.
Lightyear presenta en su trama a un personaje entrañable, el gato Sox, una mascota robótica con una inteligencia muy desarrollada que sirve de soporte emocional y técnico al protagonista. Sin dudas, un acierto de Pixar en la consolidación de figuras en su universo, así como en los anaqueles de jugueterías.
El largometraje de poco más de hora y media es una historia de aventuras, con justas referencias a los planteamientos de dilemas que ha hecho la ciencia ficción durante décadas: todo ese debate entre lo humano y la máquina, en tiempos además de inteligencia artificial.
Aunque es una película animada, no ha estado exenta de polémica. En algunos países árabes ha sido censurada por un beso lésbico de Alisha Hawthorne con su pareja en la historia. En Occidente hay también quienes han cuestionado ese hecho.
Ahora bien, quizás el debate podría estar más bien en lo extemporáneo que resultaría cuando se piensa que aún cuando la película es estrenada en 2022, es presentada como la historia que vio Andy en 1995, momento en que la industria, y más aún el cine para niños, guardaba más tabúes.
Pero bueno, la ficción tiene concesiones fáciles de dar. Además, tampoco es el centro de Lightyear, tan solo es un contexto que también puede leerse como el paso del tiempo, del avance de las ideas entre quienes se quedaron en el planeta, mientras Buzz está obcecado en reparar el error cometido.
Porque sí, quienes se quedaron aprenden a vivir en ese lugar hostil, lidian con las amenazas, las enfrentan, mientras a lo largo de los años afianzan raíces, familias, amistades y proyectos. Todo esto en un lapso que para Buzz fueron unas horas de vuelo. Poco a poco se va quedando sin nada, solo con su convicción y con el gato. También se aprecia mucho más sobre Zurg, el gran villano del mundo de Buzz.
Lightyear es una buena película. Muy bien trabajada en sus escenas de acción, de tensión, de aventuras, la comicidad, vínculos entre personajes y la consiguiente reflexión. Sin embargo, es menos poderosa que todas las películas de la saga de Toy Story, con lecturas más contundentes sobre la vida, las relaciones, la necesidad de ser querido, el apego, el egoísmo, el adiós y tanto más. Dirigida por Angus MacLane (Buscando a Dory), esta es una obra más plana, directa y con menos cabida a múltiples interpretaciones, especialmente por parte de los adultos, quienes pueden estar más retados en las otras.
No por eso el mensaje de Lightyear deja de ser pertinente y potente. El protagonista debe replantearse sus objetivos a medida que se ve afectado por las condiciones del tiempo en el que está. Gracias a las personas que conoce en el camino se da cuenta de cómo ha llevado su vida, obnubilado por un fin en el que no contempló otras opciones, otras maneras. De este modo enfila hacia la resolución en la que puede encontrarle verdadero sentido a su existencia, sin ser un autómata, y volviéndose más consciente de sus potencialidades como un ser humano que pondera, reflexiona y lleva a cabo ese viraje necesario en toda vida. Lo inesperado que siempre aterra.
Lea también:
Samuel Darío Maldonado, un río por explorar registra el engranaje de un país
Jurassic World: Dominion, los dinosaurios no van a desaparecer
Top Gun: Maverick, la digna secuela de un piloto en su conflicto
Participa en la conversación